Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña pusieron a consideración de la Organización de Naciones Unidas (ONU) medidas multilaterales contra la propagación del terrorismo, entre ellas la negativa de asilo a quienes lo ejercen o propician.
Mientras tanto, los países en desarrollo recuerdan que sus reclamos en el mismo sentido habían sido desatendidos por Occidente cuando sufrían el fenómeno en sus propios territorios, y consideraron que las acciones que se adopten no deberán atacar a movimientos de liberación legítimos.
Una resolución de la ONU patrocinada por Gran Bretaña prohibirá, de ser aprobada, la aplicación del asilo político a terroristas que se hagan pasar por refugiados y a aquellos que planeen, financien o inciten actos de terrorismo.
"Nuestra propuesta apunta a negar el acceso al asilo a aquéllos que desarrollen o respalden activamente al terrorismo", dijo la diplomática de Gran Bretaña Elizabeth Wilmhurst.
Estados Unidos, que sufrió una serie de atentados con explosivos en los últimos años, uno de los más recientes en plena celebración de los Juegos Olímpicos en Atlanta en junio de este año, también procura cooperación internacional contra actos terroristas.
"El uso de bombas o artefactos similares por parte de terroristas es un problema importante que debe ser combatido con eficacia", dijo Carolyn Willson, integrante de la delegación de Estados Unidos ante la ONU, la semana pasada.
De las 440 acciones desarrolladas por terroristas en 1995, 304 fueron atentados con explosivos, recordó Willson.
Washington reclamó en la ONU una convención contra los atentados con bomba. Francia, por su parte, propuso otra tendente a "la eliminación de todas formas de terrorismo", mientras Rusia pretende una independiente con la finalidad de combatir el "terrorismo nuclear".
La propuesta británica, que, se prevé, recibirá el respaldo abrumadoramente mayoritario de la Asamblea General, procura abatir a las organizaciones que afirman recaudar fondos con fines caritativos o humanitarios pero los destinan a actividades terroristas.
El gobierno de Gran Bretaña afirma que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) ha recaudado la mayor parte del dinero que emplea en sus atentados entre simpatizantes en el extranjero, incluso en Estados Unidos.
Un diplomático del mundo en desarrollo que reclamó reserva sobre su identidad atribuyó que el repentino interés de los países occidentales por el terrorismo a la creciente violencia que, ahora, cunde en sus propios territorios.
"Por primera vez, percibimos que Occidente tiene un interés que va más allá del plano académico por un fenómeno que los países en desarrollo han sufrido durante mucho tiempo", dijo a IPS.
El canciller de India, I. K. Gujral, recordó en la Asamblea General que su país había alertado hace cinco años que el terrorismo es una amenaza a los derechos humanos.
"Nos satisface advertir que, a pesar de la oposición, a veces manifiesta, de algunos países occidentales, todos aceptan ahora que el terrorismo es en la actualidad la mayor amenaza contra los derechos humanos", sostuvo Gujral.
El diplomático indio anunció que su país propiciará la concreción de una convención internacional vinculante para combatir el fenómeno.
Pero aún se registran diferencias sobre el significado de los términos "terrorista" y "terrorismo" dentro de la ONU.
Pakistán, acusada por India de respaldar a los movimientos separatistas de Kashmir, pretende que el cuerpo mundial efectúe "una clara diferenciación entre el terrorismo y la legítima lucha por la liberación nacional".
La primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, manifestó ante la Asamblea General la semana pasada su preocupación por que "mil millones de musulmanes amantes de la paz" en todo el mundo sean calificados injustamente de terroristas.
"Están intentando mostrar el terrorismo como característica de los fieles del Islam y eso es un error. En el Islam no hay espacio para actos de terrorismo", afirmó Bhutto.
"Con el aumento de la incidencia del fundamentalismo hindú, la militancia islámica, el extremismo judío, el racismo de Jean Marie Le Pen en Francia o el atentado en Oklahoma, numerosos jóvenes se vuelcan hacia acciones violentas", agregó.
El canciller de Sri Lanka, Lakshman Kadirgamar, dijo que el epíteto "terrorista" ha sido endilgado injustificadamente a movimientos de liberación genuinos, particularmente los que han luchado contra la dominación extranjera o contra sistemas injustos como el "apartheid" en Sudáfrica.
"La legitimidad de esas organizaciones ha sido reconocida por la ONU", sostuvo Kadirgamar.
La comunidad internacional no debería, por lo tanto, invertir tiempo para definir el término "terrorismo" o, de lo contrario, "se introducirá en un campo minado semántico", agregó.
"A lo largo de los años, el consenso internacional contra el terrorismo maduró en base al reconocimiento de la dura realidad. Ahora tenemos la obligación implementar ese consenso", manifestó el diplomático.
El secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, informó a la Asamblea General que existen 13 tratados mundiales o regionales sobre terrorismo.
Pero la mayoría de esas convenciones, entre ellas las relacionadas con el secuestro de aviones, toma de rehenes y terrorismo indiscriminado, no han sido ratificadas por la mayoría de los países del cuerpo mundial.
La vocera de la ONU Sylvana Foa dijo que entre las cuestiones a considerar figuran acciones colectivas para la eliminación de los "refugios seguros", como se denomina a los países o territorios donde se asilan terroristas. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/mj/ip/96