La criticada burocracia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) es como el asno de la fábula, al que se reducía continuamente la ración de comida, mientras aumentaba todos los días la carga que transportaba, según el secretario general adjunto Benon Sevan.
"Una mañana, el asno murió. 'Te mueres precisamente cuando he logrado optimizar la relación costo-rendimiento', se lamentó su amo". Sevan pidió esta semana a los representantes de los 185 estados integrantes de la ONU que presten atención a la moraleja de la fábula.
"Algo cederá en algún momento, si persiste la reducción de personal y de otros recursos y al mismo tiempo aumenta el trabajo" en la ONU, advirtió el funcionario.
La ONU no puede mantener servicios de calidad cuando pierde presupuesto y personal, agregó. La cantidad de empleados del secretariado de la ONU en Nueva York se reduce gradualmente y sólo restarán finalmente 1.000 de los 4.800 que se contaban antes de la crisis financiera de la organización.
Pero el número de reuniones y conferencias patrocinados por la ONU se incrementó abruptamente en los últimos ocho años.
En el bienio 1994-1995 hubo en la sede de Nueva York 1.760 reuniones más que en el periodo 1988-1989, un aumento de 30 por ciento. La traducción de documentos se incrementó en 43 millones de palabras, o 130.000 páginas, un salto de 25 por ciento, según informes de la ONU.
Así mismo, la impresión de páginas de documentos creció 14 por ciento, para alcanzar un total de 1.570 millones en el bienio.
En cambio, fueron eliminados 271 puestos, o 20 por ciento del total, en el servicio de asistencia a las conferencias, dijo Sevan.
Para organizar una reunión regular de la ONU, el secretariado necesita no sólo una sala de conferencias, sino también 14 intérpretes, un funcionario especializado y otro de documentación.
"Hemos respondido al desafío (de la crisis) con el aumento de la productividad, el ajuste de procedimientos y el mejoramiento de la gestión administrativa, y con la incorporación de tecnología de vanguardia", destacó Sevan
Pero los nuevos equipos y la mayor eficiencia, si bien permiten a la ONU dar más y mejores servicios, no bastan para equilibrar la capacidad operativa y la demanda, puntualizó.
La Asamblea General solicitó el año último a los estados miembros "moderación en los pedidos de informes" y que consideraran la posibilidad de respuestas verbales. Sin embargo, la producción de documentos continuó este año en aumento.
Sevan lamentó la dilapidación de recursos que significa desechar documentos sin siquiera revisarlos, como hacen todos los días varias delegaciones en la sede de la ONU.
"Si los documentos no son necesarios, por favor, no los pidan", instó Sevan a los delegados oficiales.
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Madeleine Albright, señaló que la explosión de la demanda de informes y de material documental exige a la insolvente organización un excesivo esfuerzo.
Cada documento de la ONU se imprime en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso, las seis lenguas oficiales de la organización.
El aumento de los estados miembros de 155 en 1990 a 185 en 1994 también tuvo impacto en las instalaciones físicas de la ONU. Actualmente, el secretariado dispone de 15 salas de reunión, pero sólo seis presentan capacidad suficiente para albergar a todos los delegados.
Los países miembros deben 2.500 millones de dólares a la ONU. Estados Unidos, el principal contribuyente de la organización, responsable de 25 por ciento del presupuesto total, es también el mayor deudor, con atrasos por 1.500 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-en/td/pz/ff/ip/96