Una anunciada visita de dirigentes de la guerrilla zapatista a la capital, prohibida por el gobierno de Ernesto Zedillo, puso en tensión el clima político de México y podría ser préambulo de la reanudación del conflicto en el sur.
La salida de miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del sureño estado de Chiapas significaría la ruptura definitiva del diálogo de paz. El gobierno actuará en consecuencia, advirtió este viernes el portavoz oficial, Marco Bernal.
El EZLN es un grupo clandestino, armado e ilegal, por lo que cualquiera de sus miembros será detenido fuera de Chiapas, dijo Bernal. Los dirigentes guerrilleros se proponen participar en el Congreso Nacional Indígena, que se realizará entre el miércoles y el sábado de la semana próxima en ciudad de México.
Simpatizantes del EZLN informaron que los delegados del grupo armado partirán este fin de semana de la selva de Chiapas en caravana de automóviles y acompañados de personalidades políticas, miembros del grupo Pastores de la Paz y artistas e intectuales.
Decenas de organizaciones sociales opositoras que respaldan las posturas del EZLN anunciaron que cuidarán la seguridad de los guerrilleros, quienes de momento no han confirmado si emprenderán camino a la capital inmediatamente después de salir de Chiapas.
Mientras la tensión sube, los mediadores del diálogo entre representantes del EZLN y del gobierno, comenzado en abril de 1995 e interrumpido el mes último, realizan contactos entre las partes para evitar la ruptura definitiva de las conversaciones y disipar el riesgo de enfrentamientos.
Portavoces de la Iglesia Católica pidieron al gobierno y a la guerrilla reflexionar sobre los hechos, retomar la negociación y renunciar a cualquier medida violenta o unilateral.
El presidente Ernesto Zedillo exhortó el jueves a los zapatistas a impedir "que intereses ajenos, motivados por afanes protagónicos, distantes de las causas que originaron el conflicto, traten de obstruir la voluntad genuina de dialogar".
"Reitero a los dirigentes del EZLN que no debemos permitir que diferencias claramente salvables interfieran en el diálogo", expresó Zedillo en visita a Chiapas.
Su declaración siguió a un comunicado del subcomandante Marcos, líder del EZLN, quien aseguró que la guerrilla "demostrará, aún a riesgo de la vida de sus dirigentes, que no especula con situaciones coyunturales".
Los zapatistas suspendieron en septiembre sus contactos con el gobierno hasta que las autoridades, según dijeron, detengan la militarización de Chiapas, liberen a presuntos guerrilleros detenidos, demuestren voluntad para atender sus demandas e integren una comisión para verificar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados.
Las dos partes se declararon dispuestas a reanudar las negociaciones, pero la prevista presencia de miembros del EZLN en el Congreso Indígena de la capital provocó tensiones.
El gobierno sostiene que la salida de los zapatistas de Chiapas violará los términos de una ley de amnistía promulgada para permitir el diálogo de paz.
Pero los promotores del Congreso Indígena, la oposición política y algunos jurístas responden que la ley, llamada de Concordia y Pacificación, no impide el libre tránsito de los dirigentes zapatistas.
En el artículo seis de la ley, que entró vigor en 1995, las autoridades garantizan "el libre tránsito de los dirigentes y negociadores del grupo (EZLN)", y la norma no limita ese derecho a un territorio en particular, puntualizó el jurista Emilio Krieger.
El gobierno tiene otra interpretación. Toda acción unilateral de la guerrilla, incluso una visita a la capital, violaría el espíritu de la ley, cuyo espacio de acción es Chiapas, afirmó Bernal.
El portavoz agregó que el viaje de los integrantes del EZLN sería una provocación y que éstos "quieren romper el espíritu de la negociación para tener un foro mayor en la capital".
Manuel López, presidente del opositor Partido de la Revolución Democrática, exigió al gobierno que autorice la visita de los zapatistas.
El proyecto del EZLN de asisitir a un congreso no expresa la intención de reanudar la guerra, sino de convertirse en fuerza política legal, dijo López.
Los organizadores del Congreso Nacional Indígena, que reunirá delegados de todo el país para discutir la situación de sus pueblos, advirtieron que el encuentro no podrá realizarse sin participación del EZLN.
Según explicaron, el interés por la situación de los indígenas surgió en México como consecuencia del levantamiento zapatista de enero de 1994. (FIN/IPS/dc/ff/ip/96)