La "comandante Ramona" de la guerrilla zapatista, quien llegó a la capital hace una semana, recibe más de 40 cartas de apoyo por día, decenas de regalos y múltiples llamadas telefónicas, mientras es atendida por médicos y espera una posible intervención quirúrgica.
Portavoces de los grupos sociales que apoyan al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) indicaron a IPS que Ramona, quien necesitaría con urgencia un transplante de riñón, se mantiene en reposo casi total. Sólo ve televisión, lee algún diario y hace tarjetas de agradecimiento, señalaron.
Afectada por un cáncer, la dirigente del EZLN llegó a ciudad de México, tras negociaciones en el estado sureño de Chiapas entre la comandancia del grupo armado y mediadores del Congreso, para particiar en la clausura de una reunión indígena nacional, realizada entre los días 8 y 11.
Sin abandonar su pasamontañas ni su vestido indígena, Ramona permanece hospedada en las instalaciones de un centro cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, lugar donde alrededor de 50 jóvenes, divididos en tres turnos, controlan todo el día el acceso de personas.
Simpatizantes del EZLN, diputados y representantes de organizaciones no gubernamentales mantienen conversaciones con médicos para definir cuándo y dónde se operaría a Ramona, una mujer indígena menor de 40 años, quien, según reconoció el "subcomandante Marcos", está moribunda.
Considerada símbolo femenino de la guerrilla zapatista desde que en 1994 participó en negociaciones con el gobierno presidido por Carlos Salinas (1988-94), Ramona recibe diariamente en su lugar de hospedaje arreglos florales, regalos de diverso tipo y llamadas telefónicas.
"La enviada de los zapatistas resume los agravios históricos y la penosa condición de los indígenas y de todos los marginados de México: su complexión es una acusación por la desnutrición en que viven las etnias", señaló el historiador Lorenzo Meyer.
"Su dificultad en leer y hablar en español dice más que todo un libro sobre el fracaso del compromiso educativo del Estado mexicano con los indígenas", anadió.
Ramona intervino en la clausura de la reunión indígena realizada hace una semana y en los actos posteriores que recordaron la llegada de los europeos a América con un discurso pausado y lento que reveló más allá de su precario estado de salud, un escaso conocimiento del español.
"Armada de una bandera mexicana y de un comunicado al país, la pequeña encapuchada resultó ser un golpe político genial de los zapatistas, que tomó por sorpresa a sus adversarios y les hizo perder, una vez más, la batalla de la imaginación", sostuvo Meyer, al referirse a la presencia de Ramona en la capital.
La dirigente guerrillera, que llegó a la capital a bordo de un avión comercial, fue recibida por cientos de personas que portaban carteles y flores, mientras gritaban consignas a favor del grupo armado.
Según informaron los simpatizantes del EZLN, la presencia de Ramona en la capital podría extenderse hasta por tres meses.
Desde este miércoles, la comandancia de la guerrilla zapatista negocia con mediadores del Congreso en el sureño estado de Chiapas la reactivación de su diálogo de paz con el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, suspendido en septiembre. (FIN/IPS/dc/dg/ip/96)