Con una danza tradicional, unos 1.500 delegados de diversos pueblos indígenas de México iniciaron hoy un encuentro en el que la primera demanda presentada fue que el gobierno permita que miembros de la guerrilla zapatista asistan a la cita.
Vestidos como los antiguos aztecas y al compás de tambores y sonidos arrancados a grandes conchas, una docena de danzantes ofrendaron vasijas de humeante incienso a deidades nativas para pedir que la reunión, convocada bajo el lema "Nunca más un México sin nosotros", se desarrolle en armonía.
Terminado el acto en las afueras del edificio sede de la reunión, en el interior mujeres nativas abrieron su participación con una rueda de prensa en la que demandaron al gobierno del presidente Ernesto Zedillo acepte que visiten la capital miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Dionisio Pérez, vocero del gobierno, reiteró este martes que si los zapatistas salen del sureño estado de Chiapas para participar en el Congreso Nacional Indígena, que finalizará el sábado, sin haber negociado antes con las autoridades, violarían una ley de pacíficación por lo que podrían ser detenidos.
A 1.000 kilómetros de la capital, en las selvas de Chiapas, una comisión de diputados y personalidades median desde este lunes con la comandancia del EZLN para definir su posible participación en el Congreso Indígena y los términos en los que se reactivaría el diálogo de paz suspendido desde septiembre.
En tanto, y cerca de la zona de influencia de la guerrilla, unas 150 personas, entre las que se encuentran líderes sociales nacionales y extranjeros, esperan que las negociaciones sean exitosas para acompañar en caravana motorizada hasta la capital a los representantes del EZLN.
"El gobierno no tiene motivos para no permitir la presencia de los compañeros del EZLN, esta reunión no está completa sin ellos", dijo a IPS Margarita Gutiérrez, dirigente indígena del estado de Hidalgo, al norte de la ciudad de México.
Más de 2.000 personas de organizaciones sociales opositoras se inscribieron los últimos días como voluntarios para cuidar de la seguridad de los zapatistas, quienes se afirma podrían llegar a la capital el sábado para clausurar el Congreso con un masivo acto con motivo de los 504 años de "resistencia indígena".
El encuentro de los nativos, que reúne a representantes de más de 50 pueblos, tiene como objetivo concertar estrategias para pugnar por la aprobación de leyes que garanticen la autonomía de las etnias, "apoyar la lucha zapatista" y pedir que termine la injusticia.
"También exigimos que acabe la militarización, se investiguen recientes violaciones contra mujeres nativas, se detenga la persecución a líderes indígenas y nos permitan participar como personas con todos los derechos", señaló a IPS Zoila Cortes, dirigenta del estado sureño de Oaxaca.
En México viven alrededor de 12 millones de indígenas, quienes como en otros países de América Central y del Sur, integran las franjas más pobres y discriminadas de la sociedad.
Repartidos en unas 18.000 comunidades, la mitad de ellas con menos de 100 habitantes, los indígenas mexicanos sufren graves rezagos sociales. 59 por ciento es desempleado y más de 45 por ciento desnutrido, indican estudios oficiales.
"Queremos que se cumplan y extiendan los acuerdos firmados entre el EZLN y el gobierno respecto a los derechos indígenas. No podemos esperar otros 500 años de injusticias", declaró Julio Atenco, uno de los líderes de la Asamblea Nacional Indígena por la Autonomía.
En febrero el gobierno y los zapatistas firmaron un acuerdo en el que se establecen compromisos oficiales para garantizar niveles de autonomía a las étnias en materias de justicia, educación y territorio.
Aunque las autoridades prometieron presentar al Congreso proyectos de reformas sobre el tema, aún no lo han hecho.
"El gobierno comenzará a sentir nuestra fuerza organizadora en todo el país, porque en México no sólo está el EZLN, estamos millones de indígenas hartos de la injusticia", declaró Lola Santiago, nativa del estado de Oaxaca, vecino de Chiapas.
En México existen decenas de organziaciones indígenas, y pese a que han participado en varios encuentros nacionales, no han logrado aún establecer una coordinación unitaria.
Quienes asisten al Congreso Indígena se alojan en la capital en más 2.000 lugares, entre casas, pensiones, escuelas y hasta iglesias. La posible presencia de delegados del EZLN atrajo a decenas de activistas extranjeros, así como a periodistas de varias partes del mundo.
Uno de los miembros del comité organizador indicó que más de 150 extranjeros se han inscrito para participar como periodistas u observadores. (FIN/IPS/dc/dg/ip-pr/96)
