Las propuestas políticas del guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara dejaron de ser hace mucho, según opinión de politólogos, historiadores y escritores, referentes de los grupos insurrectos de México y Guatemala, países donde vivió el mítico personaje.
El mundo y el tiempo del Che, muerto hace 29 años, son ya historia, aunque sus utopías continuan vigentes, quienes lo siguen son ahora muy pocos y ciertamente no están entre ellos las actuales guerrillas, dijo a IPS el escritor y poeta mexicano Carlos Montemayor.
Para el periodista boliviano José Luis Alcázar, autor del libro "Ñacahuasú: la guerrilla del Che en Bolivia", ni el Ejército Popular Revolucionario (EPR) de México, que presenta un discurso parecido al de los grupos armados de los años 70, parece tener actualmente alguna relación con Guevara.
El Che proponía integrar vanguardias armadas con focos en diversas áreas rurales de América Latina para derrocar a gobiernos e instaurar regímenes socialistas, basados en los principios del marxismo-leninismo.
Derrotados los Estados de corte socialista durante las décadas de los años 80 y 90, ninguna organización guerrillera de América Central o México habla ya de marxismo o comunismo: el discurso de los grupos armados gira en torno a la promoción de la democracia y la justicia.
En Guatemala, las guerrillas con más de 30 años de vida se aprestan a firmar antes que termine 1996 acuerdos definitivos de paz con el gobierno, mientras en México los zapatistas negocian con las autoridades y buscan movilizar a la sociedad para conquistar "justicia y democracia".
Por su parte, el EPR, grupo que hizo su aparición pública en junio pasado, sostiene que sus miembros se mantienen en "defensa armada" contra un Estado opresor y llama a la sociedad a sumarse a su lucha por un "gobierno popular".
Según el politólogo mexicano Jorge Castañeda, autor de varios libros sobre las fuerzas de izquierda en América Latina, "el presente del Che" es ser una figura recurrente en el mercado de camisetas, discos y música y mantenerse como "amigo de algunos guerrilleros ya jubilados".
El historiador y escritor Paco Ignacio Taibo II, quien acaba de presentar en México una nueva bografía del guerrillero argentino, sostiene que del Che, "nuestro santo laico", sólo queda "la imaginería".
Ojalá las nuevas generaciones logren llenar de contenido todas las imágenes que circulan sobre Guevara para que se entienda mejor la historia contemporánea de América Latina y el valor de un personaje de alta calidad humana, expresó Taibo II.
Antes de sumarse a la guerrilla triunfante de Cuba, Guevara vivió durante la década de los años 50 alrededor de nueve meses en Guatemala y más de dos años en México.
Fue en esos países, como en otros de América del Sur, donde nacerían en las décadas de 1960 y 1970 movimientos armados, estudiantiles y hasta musicales inspirados en las luchas que libró el combatiente nacido en Rosario, Argentina.
En Guatemala, un Che viajero de 25 años se involucró con fuerzas de izquierda, que más tarde serían germen de las guerrillas que actualmente negocian la paz, pero luego debió huir tras un golpe militar contra el gobierno de Jacobo Arbenz.
En México, donde el argentino trabajó como fotógrafo y médico, conoció a Fidel Castro y fue encarcelado por involucrarse con su movimiento, fue donde inició su carrera de guerrillero, que terminaría en Bolivia el 8 de octubre de 1967, cuando fue ejecutado por el ejército.
Para Alcázar, que cubrió periodísticamente la guerrilla guevarista entre marzos y octubre de 1967, el mundo actual desconoce quién era el Che. "Aunque muchos lo intuyen, y lo tienen como símbolo de rebeldía, ya nadie propone seguir las estrategias armadas que finalmente lo llevaron a la muerte".
Alcázar recuerda que el Che, calificado de bandolero por los militares bolivianos, se elevó rápidamente a la calidad de mito tras su muerte.
En Bolivia, como en otras zonas de América Latina, las fuerzas de izquierda se radicalizaron en aquellos años y crearon nuevos grupos armados, muchos de los cuales tenían al Che como su principal referente.
Actualmente en América Latina, a excepción de Colombia, donde existe una guerrilla que se proclama guevarista, el Ejército de Liberación Nacional, los pocos grupos armados que subsisten, como los de México y Guatemala, ya no se reclaman de las ideas del combatiente argentino-cubano. (FIN/IPS/dc/dg/ip/96)
