El Mercado Común del Sur dio un salto esta semana y superó su preocupación casi exclusiva por el comercio intrarregional, pues la defensa, los sindicatos, las políticas tributarias, Bolivia y las relaciones extrarregionales se incoporaron al proceso de integración.
Las negociaciones en torno al acuerdo de libre comercio con Bolivia concluyeron este viernes en Brasilia, mientras comenzaron este sábado en Argentina ejercicios militares sin precedentes que involocran a dos ejércitos históricamente hostiles, el brasileño y el argentino.
Simultáneamente, las centrales sindicales de los cuatro países del bloque acordaron un programa conjunto de manifestaciones contra el desempleo y los efectos de la globalización, que comenzarán el 17 de diciembre, cuando se celebre la próxima cumbre del Mercosur.
El Grupo Mercado Común, órgano ejecutivo del Mercosur, confirmó esta semana un intenso calendario de negociaciones externas.
En ese sentido, se prevé que en dos reuniones a realizarse este mes con representantes de la Comunidad Andina, en Montevideo y Lima, se diseñará el acuerdo marco que se firmará en diciembre.
Eso abrirá paso a negociaciones sobre el libre comercio entre los dos bloques, que se aspira a implantar a partir del año próximo, lo cual extenderá la integración comercial a prácticamente toda América del Sur.
Por otra parte, la Comisión de Comercio conjunta del Mercosur y la Unión Europea se reunirá los días 5 y 6 de noviembre en Belo Horizonte, Brasil, para sacar del papel el acuerdo marco firmado el año pasado.
La Cancillería de Brasil informó que en esa oportunidad se crearán tres grupos de trabajo, que considerarán respectivamente bienes, servicios y disciplinas comerciales.
También en noviembre se celebrará la primera reunión entre el Mercosur y la Comunidad de Estados Independientes. La alianza de repúblicas otrora pertenecientes a la disuelta Unión Soviética aspira a abrir consultas bilaterales con el bloque, tal como hizo Japón a inicios de este mes.
Estas acciones de relacionamiento extrarregional multiplicaron las dimensiones de la integración entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Mientras tanto, los ejercicios militares conjuntos de los dos socios mayores, los primeros desde el fin de la guerra en que ambos se aliaron con Uruguay para atacar a Paraguay hace 130 años, apunta a misiones de paz compartidas y a la posibilidad de acercamiento en materia de defensa.
También los sindicatos decidieron unir sus fuerzas y actuar en conjunto, agobiados por el creciente desempleo, fenómeno común a los cuatro países.
Los dirigentes reunidos esta semana en Sao Paulo reactivaron la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur, creada en 1986, y acordaron promover actos simultáneos en los cuatro países y allí donde se realicen reuniones importantes del bloque.
El objetivo de los sindicalistas es influir en las negociaciones tanto del Mercosur como del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), proceso del cual estuvieron marginados hasta ahora, dijo Vicente Paulo da Silva, presidente de la Central Unica de Trabajadores (CUT) de Brasil.
Los sindicatos deberán globalizar su actuación ante "la globalización económica irreversible", declaró Luiz Inacio Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores que empezó su vida pública al encabezar el nuevo sindicalismo brasileño y la CUT.
La negociación sobre comercio e inversiones desarrollada esta semana en Brasilia por Argentina y Brasil también fue una señal de la amplitud que ganó al proceso de integración del Mercosur.
La preocupación inicial de Argentina, de la que fue portavoz el secretario de Industria, Comercio y Minería de ese país, Alieto Guadagni, era comercial.
Guadagni manifestó su alerta ante el gran aumento de las exportaciones brasileñas a su país registrado en agosto. Esa corriente puso fin a un ciclo de superávit argentino, que ascendió a más de cien millones de dólares mensuales en los dos últimos años.
En la discusión quedó en evidencia, sin embargo, la disputa por las inversiones, que, a su vez, se vincula con cuestiones tributarias. Los distintos estados brasileños viven una "guerra fiscal", pues ofrecen exenciones y ventajas cada vez mayores para atraer la radicación de nuevas plantas industriales.
La disputa afecta a todo el Mercosur, pues las empresas extranjeras se establecen en la región atraídas por el mercado ampliado gracias al libre comercio y podrían instalarse en cualquier país.
"Habrá que discutir una armonización de las exenciones fiscales", sostuvo Guadagni, quien antes de asumir su cargo actual fue embajador de Argentina en Brasil.
Los argentinos también pretenden integrar las reglas tributarias y financieras. En Brasil, las gobernaciones provinciales gozan de una autonomía tributaria que interfiere en el Mercosur.
El estado nororiental de Pernambuco, por ejemplo, protege sus molinos al gravar la harina de trigo procedente de fuera de su territorio.
El objetivo era impedir la entrada de harina procedente de otros estados brasileños, pero afectó a Argentina y violó el libre comercio acordado por Brasil en el marco del Mercosur.
Se trata de "asuntos más complejos y profundos" que ocuparán la atención del Mercosur en los próximos cinco años, tras el período inicial durante el cual se concentró la atención en el incremento del comercio, pronosticó el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, Jorge Campbell. (FIN/IPS/mo/mj/if lb/96