Italia debe reformar profundamente y lograr una "fuerte reactivación" de su política de cooperación al desarrollo de los países del Sur, afirmó hoy el subsecretario de Relaciones Exteriores de este país, Rino Serri.
La política de cooperación al desarrollo vive un momento particularmente delicado después que el nuevo gobierno, el primero de centro izquierda en la historia de Italia, continuó la reducción de fondos iniciada a partir de 1991.
El gobierno, integrado por el ex comunista Partido Democrático de Izquierda (PDS), su fuerza principal, y grupos de centro, y apoyado externamente por el partido Refundación Comunista, decidió "un nuevo y grave recorte de los fondos de 100 millones de dólares", dijo Serri.
Los fondos destinados por la ley de Presupuesto de 1997 alcanzan a sólo 337 millones de dólares.
Serri calificó la decisión del gobierno como "un error político" y expresó su esperanza que sea reconsiderada durante la discusion de la ley en el Parlamento.
La cooperación alcanza en la actualidad a 0,14 por ciento del producto interno bruto (PIB), con lo cual Italia pasó del quinto lugar de los países donantes de la Organización de la Cooperación al Desarrollo (OCDE) de los primeros años 90, al décimo lugar.
Las ayudas al desarrollo (donaciones y créditos) alcanzaban en 1991 a 2.554 millones de dólares.
Para el próximo año se destinaron 309 millones de dólares en donaciones y 28 millones de dólares en ayudas alimentarias, mientras no se otorgarán fondos para créditos de ayuda.
"Nuestros fondos, afirmó Serri, son mucho menos de la mitad de los otorgados por Francia, Inglaterra, Alemania y España".
Los fondos destinados al voluntariado, 13 millones de dólares, "suenan como una ofensa al empeño generoso de estas personas esenciales a la ayuda al desarrollo", afirmó.
"Espero que el gobierno reconsidere su posición y que de todos modos lo haga el Parlamento", que debe despachar la ley antes del 31 de diciembre próximo, señaló Serri.
De todos modos, agregó, se deberá continuar la discusión con todas las fuerzas políticas, de gobierno y de oposición, para realizar una reforma profunda de la cooperación que permita su reactivación.
"El próximo año, antes que entre en vigor la reforma, nosotros haremos de todo para que la cooperación italiana no se interrumpa, respetando los compromisos esenciales, las esperanzas más que justificadas de tantos países y pueblos amigos".
Expresó su esperanza que el o los proyectos de reforma de la cooperación los pueda discutir el Parlamento en enero de 1997 para que la nueva ley entre en vigor en 1998.
"Recurriremos a otros recursos, utilizaremos de la mejor manera aquellos fondos que nos pueda otorgar el Parlamento", manifestó.
Serri dijo que la política de cooperación debe ser descentralizada, que deben participar los gobiernos locales y regionales, las organizaciones de voluntarios y las empresas.
La "nueva cooperación" delineada en el proyecto de Serri prevé que el ministerio de Relaciones Exteriores "mantenga y refuerce" su capacidad política y de programación por países y por áreas prioritarias y de control.
Los proyectos y su realización, puntualizó, no deberán ser de competencia directa del Estado, sino administrados por organismos de carácter público pero de derecho privado, capaces de responder a las exigencias de la nueva cooperación.
Anunció la creación de un centro para formar a quienes deseen trabajar en las grandes instituciones internacionales que concentran el 80-90 por ciento de la cooperación, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, bancos regionales de desarrollo y agencias de la ONU.
Se constituirá una agencia que administre los proyectos de cooperación y que asignará su ejecución concreta a los gobiernos locales, a las agencias de la ONU, cuando exista co financiamiento, a las organizaciones de voluntarios y a otros entes públicos y privados.
Reiteró que las prioridades de la cooperación serán la orilla sur del Mediterráneo y Africa, en particular Africa Austral y el Cuerno de Africa, después algunas intervenciones esenciales en Centro y Sur América y en algunos países asiáticos.
El apoyo a las reformas del este europeo político y económico, precisó, no podrá ser adscrito a los fondos de la cooperación. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96