El tema de la interconexión física de las redes eléctricas de los países andinos revela la gran distancia que puede existir entre los discursos sobre integracion y los pasos concretos hacia ella.
La interconexión física de las redes eléctricas regionales fue aprobada en junio de 1994, y su estudio técnico y económico, que debería concluir este año, aun no se ha iniciado, "demorado" por el retraso de los gobiernos de dos países miembros en cumplir un simple trámite.
El asunto es fundamental para la integración subregional, porque la energía es un insumo importante y sus niveles de costo en cada país influyen decisivamente en los precios finales de la mayoría de bienes y servicios, por lo cual afectan la competitividad en la Comunidad Andina.
Los estudios nacionales de situación energética en los países andinos no permiten sacar conclusiones definitivas en relación a los efectos que los diferenciales de precios de la energía han tenido sobre la competitividad industrial entre ellos, situación que el estudio mencionado se propone superar.
Según el acta de la cuarta reunión sobre "Uso Racional deEnergía" en la Comunidad Andina, realizada recientemente en Lima, "los principales factores que han demorado la iniciación del estudio son el escaso compromiso de los países con el estudio y la dificultad para conseguir la financiación del mismo".
En realidad, ambos problemas son uno solo, pues la expresión "escaso compromiso" es una diplomática frase para aludir al incumplimiento de los gobiernos de Ecuador y Perú en enviar una carta al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para respaldar una gestión de financiamiento.
Los otros tres países miembros, Bolivia, Colombia y Venezuela, han remitido ya sus respectivas comunicaciones al BID, pero este organismo internacional demanda que la gestión se realice a nombre de los cinco miembros.
El estudio, cuyo costo se estima en 300.000 dólares, de los cuales 217.000 serían aporte no reembolsable del BID, elaborará la estrategia de integración energética, delineará el perfil de la oferta y la demanda, las oportunidades de comercio y las acciones a corto, mediano y largo plazo.
Una fuente boliviana que pidió reserva sobre su identidad, dijo a IPS que el incumplimiento obedece a factores internos: los problemas energéticos y el tema electoral en Ecuador y el programa de privatización en Perú.
"No tendría que haber sido así, pues sólo se trata de mandar una carta de respaldo al BID para que este organismo apruebe el financiamiento del estudio, cuyas recomendaciones serán revisadas luego por los gobiernos de los cinco países andinos", comentó la fuente.
Por su parte, Luis Geng, coordinador del Programa Andino de Integración Energética (PAIE), comentó que la frontera entre Ecuador y Perú es la única entre países andinos en que no hay ningún avance en la integración eléctrica.
"Ya hay interconexión en la frontera entre Venezuela y Colombia, también entre Colombia y Ecuador y en la frontera peruano-boliviana", dijo.
El programa andino de interconexión eléctrica se cumplirá en un momento en que la economía de los cinco miembros del pacto subregional, al igual que el proceso de integración que protagonizan, cambian de orientación y modelo.
Tras varias décadas de buscar el desarrollo industrial dentro del marco de la sustitución de importaciones, los países andinos han optado por la economía de mercado, un modelo de desarrollo abierto a la economía mundial, que los obliga a reformular sus políticas energéticas.
La sustitución de importaciones era un esquema proteccionista, que incluía la provisión de energía de bajo costo y disponibilidad abundante, condiciones que implicaban subsidios a los precios e inversiones públicas.
Colombia es la única nación andina que ha mantenido una política de precios energéticos más racional, respondiendo de manera coherente a las situaciones de abundancia y escasez de sus recursos.
En el otro extremo se sitúa Venezuela, país que ha mantenido durante más tiempo la política de precios más baja en su mercado interno, creando distorsiones importantes en su propia industria energética.
El modelo de desarrollo que rige ahora en la subregión propende al uso racional de la energía disponible y se propone incrementar la producción energética mediante inversiones privadas atraídas por la posibilidad de obtener adecuada rentabilidad empresarial.
En consecuencia, la tendencia en el área es ajustar los precios y tarifas a los niveles internacionales, con excepción de Venezuela, el mayor productor de petróleo en la subregión y en donde existe la mayor brecha entre los precios domésticos y los internacionales. (FIN/IPS/dg/al/if/96