INDIA: El miedo expulsa de la calle a niñas sin hogar

Abandonada por sus parientes en un abarrotado bazar de la capital india, Pawan sintió enorme agradecimiento cuando marido y mujer la llevaron a su casa.

Como había vivido antes en las calles de la ciudad, la huérfana de nueve años confió en comenzar una nueva vida y no ser abandonada como ocurrió otras veces.

Sin embargo, sus penurias recién comenzaban. Algunas semanas despues de haber llegado a su nuevo hogar, Pawan bebió algo que le ofreció el dueño de casa. Lo único que recuerda es que cayó dormida y al día siguiente sintió dolores en todo el cuerpo y sangraba entre las piernas.

"Esto ocurrió de nuevo en varias ocasiones", dijo Sunil Choudhary, un educador que trabaja en una organización no gubernamental (ONG) con niños de la calle.

"Afortunadamente, pudimos intervenir y lograr que la niña fuera admitida en un hogar para mujeres y niños desamparados", apuntó. Pawan ahora concurre a clases impartidas por el grupo "Mariposas" para niños sin hogar.

Pawan es uno de los 100.000 niños desamparados que viven en la capital de India. Segun cifras extraoficiales, hay cerca de medio millón de niños que vagabundean en las calles de las seis principales ciudades del país.

A pesar que la mayoría son niñas, no es fácil descubrirlas entre los grupos callejeros.

Igual que Pawan, las niñas sin hogar aprenden rápidamente que las calles les acarrean otros serios peligros. No solo resultan aterrorizadas por los delicuentes callejeros y apaleadas por la policía, sino tambien caen víctimas de proxenetas que las reclutan para trabajar en burdeles.

Urmila Bendre, de Mariposas, dijo que las niñas prefieren apelar al amparo de parientes lejanos o familias para lograr protección. La trabajadora social indicó que es raro ver a niñas mayores de ocho años viviendo en las calles con varones de su misma edad.

Apuntó que las organizaciones sociales aún carecían de información suficiente sobre niñas sin hogar que, además de caer en la prostitución, tambien son vendidas en casas como domésticas en condiciones de semiesclavitud.

Una investigación de la filial en Nueva Delhi de UNICEF, encontró que niñas sin hogar que viven en las calles normalmente pasan a integrar bandas de varones, y se visten como éstos todo el tiempo que pueden para pasar inadvertidas.

"Cuando alcanzan la edad de 11 años, es común que los proxenetas las quiten de la calle y las vendan a los burdeles", dijo el informe de UNICEF.

Este es un hecho bien conocido por familias sin techo que viven en las calles de Nueva Delhi. Por esa razón, Fátima enroló a su hija de 13 años, Shabnam, en un centro controlado por una ONG.

Fátima, que proviene de una aldea lejana, fue abandonada hace mucho tiempo por su marido. Con el temor constante que su hija pueda caer en manos de proxenetas, se siente aliviada que Shabnam no deba pasar su jornada en la calle y reciba educación y alguna formación vocacional en el centro.

Tambien pretende que la ONG resuelva el problema de ambas de lograr un lugar donde pasar la noche. "Todavía dormimos en la calle y a veces cierta gente nos dá fastidio", explicó.

La ONG "Bal Sahyog" cuenta con un refugio nocturno, pero solo para varones. "No tenemos hogares para niñas. Nuestro refugio nocturno es solo para niños, la mayoría de los cuales escapó de su casa", dijo Nirmal Dhingra, un instructor vocacional del grupo.

Nueva Delhi es una de las pocas grandes ciudades en India donde las autoridades civiles dirigen refugios nocturnos para personas sin hogar, pero como el Bal Sahyog, solo reciben verones.

La mayoría de los asistentes sociales viene demandando refugios separados para niños y niñas con armarios donde puedan guardar sus pertenencias. Además, piden que sean administrados por ONG.

Niños sin hogar tienen muy pocas posibilidades de hablar de sus problemas. Un taller de trabajo que tuvo lugar el mes pasado en Nueva Delhi fue una rara ocasión, y estuvieron presentes una docena de organizaciones de niños de la calle.

Babita, de 14 años, cuyo único hogar es la vereda de un centro comercial urbano, contó cómo se vive con el miedo constante de ser desalojado de su improvisado refugio.

Junto con dos hermanos más jóvenes y sus padres, duerme por la noche bajo un encerado de plástico extendido sobre el pasamanos de la vereda. Sus madre y su padre trabajan como domésticos en casas vecinas y Babita los ayuda.

La mayoría de los niños presentes en el taller, que fue organizado por ONG locales y extranjeras, eran prófugos provenientes de todas partes del país. Las razones de su abandono del hogar oscilan del maltrato al trabajo forzado.

Incluso los varones tienen problemas nocturnos. Vikas Kuwar, de 15 años, vive desde hace dos meses en un atestado refugio administrado por Bal Sahyog.

"Nos dijeron que debemos marcharnos dentro de tres meses porque el refugio esta superpoblado. ¿Cuál es el beneficio, si nos arrojan de nuevo a la calles donde nos rescataron?", demandó. (FIN/IPS/tra-en/njb/mu/ego/pr).

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