Las reyertas entre dos líderes del partido opositor, Congreso Nacional del Pueblo (PNC), pueden comprometer la suerte del sector en las elecciones generales que se realizarán en Guyana el año próximo.
Un reciente desahogo del actual líder del PNC, Desmond Hoyte, puso sobre aviso a los periodistas de que es previsible una fractura partidaria si no se pacifican las relaciones de la actual dirección con el ex primer ministro y fundador del partido, Hamilton Green.
"El PNC debe concurrir a las elecciones en un ejercicio de decencia. No se puede transar en ese aspecto. Eso es lo que digo. Debemos presentarnos como un partido que sostiene principios de decencia, que sostiene algún tipo de normas éticas", declaró Hoyte ante la prensa.
Los observadores entendieron que las palabras de Hoyte fueron claramente dirigidas a Green.
El PNC perdió el poder en 1992, después de haberlo mantenido durante 28 años, cuando fue derrotado por el Partido Progresista Popular del presidente Cheddi Jagan. Esa derrota determinó la división del partido.
Se han hecho diversos esfuerzos, desde entonces, para remediar las discrepancias entre Green y la actual dirección del partido, pero el fracaso de esos intentos es generalmente atribuido a la irreductible posición de Hoyte.
No faltó una mediación del conductor de La Nación del Islam, Louis Farrakhan, de Estados Unidos, que el mes pasado intentó reconciliar a los dos líderes, pero la separación entre ambos no ha hecho más que agrandarse.
Los analistas recuerdan que en un país donde la población vota de forma tradicional siguiendo lealtades raciales, es importante que el PNC se mantenga unido ante las elecciones, que deben ser realizadas el año próximo por disposición constitucional.
Cuarenta por ciento de la población de Guyana desciende de esclavos negros, 50 por ciento tienen sus ancestros en India oriental y el restante 10 por ciento está compuesto por blancos, chinos e indios americanos.
La cuestión racial ha sido usada durante muchas décadas para dividir al país según líneas políticas y económicas. En los 28 años de gobierno del PNC, donde predomina la población negra o afroguyanense, los negros fueron los dueños de la política, con una posición dominante en la administración y el ejército.
Los indoguyanenses, por otra parte, desarrollaron una fuerte base económica y ahora controlan gran parte de la riqueza del país.
A pesar de esta realidad, los dos líderes del PNC no parecen dispuestos a resolver sus diferencias. Muchos analistas temen que el partido se va a presentar con listas separadas a la elección del año próximo.
Hoyte, un abogado formado en Gran Bretaña, se ve a sí mismo como el intelectual del partido.
Green, en cambio -miembro fundador del PNC a mediados de los años 50-, no tiene educación universitaria y ha cultivado una imagen de "hombre de las bases populares, interesado en los pobres".
Hoyte y Green están enfrentados desde 1985, cuando el primero se convirtió en Presidente de la República y líder del PNC.
Los colaboradores de Green recuerdan que el ex primer ministro se indignó en 1992, cuando no fue invitado por Hoyte a participar en una mesa redonda para discutir la reforma electoral con el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter.
Si los dos líderes compiten por el voto de los negros el año próximo, según los analistas, la confusión de los votantes podría añadirse a la apatía que ya está exhibiendo el electorado del partido opositor.
Los preparativos para esas elecciones ya han comenzado, con un ágil proceso de registro de votantes y la formación de nuevos partidos casi cada mes que pasa, y una fuerte actividad de reunión de fondos para la campaña electoral. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/ip/96