Gente de otras naciones de Africa Occidental siempre consideraron a Gambia la puerta de salida hacia Europa y Estados Unidos, pero muchos de los que llegaron a este país con la esperanza de marcharse vieron sus sueños frustrados.
La mayoría de los inmigrantes vienen a Gambia gracias a una política de puertas abiertas que este país ha mantenido durante años respecto a profesionales de la subregión.
Los salarios relativamente altos en Gambia atrajeron a médicos, abogados y contadores, pero la mayoría de los naturales de Ghana, Nigeria, Guinea, Sierra Leona y Liberia en Gambia son maestros que escaparon a los sueldos de hambre pagados en sus países de orígen.
Los maestros en Nigeria, por ejemplo, ganan el equivalente de 30 dólares mensuales, menos de un quinto de los salarios pagados en las escuelas de Gambia.
La mayoría de los inmigrantes llegan con la idea de usar a Gambia como puerto de recalada, un lugar donde pueden ganar y ahorrar más dinero y para luego comprar un pasaje aéreo hacia un país desarrollado.
Sin embargo, la mayoría termina por quedarse en Gambia.
Tunde, un maestro nigeriano que además trabaja como barbero, es uno de los que fracasó en ir más allá de Banjul. "Enseño en Gambia desde hace seis años porque mi sueño americano no se convirtió en realidad", declaró a IPS en su negocio en Serrekunda, 16 kilómetros fuera de la capital.
"Ahora estoy bloqueado aquí en Gambia…, enseñando", lamentó. "El salario no me puede llevar a cualquier parte así que abrí la barbería para suplementar mi ingreso regular. Si logro obtener una visa estadounidense, entonces me marcharé".
Los inmigrantes fueron alentados a dejar sus hogares por las innumerables historias sobre profesionales africanos, especialmente maestros, que lograron llegar a Europa, Canadá o Estados Unidos, luego de trabajar un año o dos en Gambia.
Sin embargo, por cada uno que tiene éxito, muchos otros quedan en el camino. Saquee, un natural de Sierra Leona, está amargado porque ha perdido toda esperanza de marcharse. "No creo que eso ocurra ahora. Despues que uno paga el alquiler, viáticos y transporte, no queda nada para ahorrar del salario", apuntó.
Kweku, un maestro de Ghana, tambien tiene pocas esperanzas. Ha trabajado en Gambia durante tres años. "Dos de mis amigos están ahora en Canadá donde se acaban de reunir con sus familias", dijo. Trató de obtener una visa pero fue rechazado. Volver a su país sin dinero no tiene sentido, pero de todas maneras dijo estar harto.
"Me estoy cansando de Gambia. El costo de la vida supera los 150 dólares que gano mensualmente, así que nunca será suficiente para que pueda marcharme", dijo.
La caída del valor del dalasi, la moneda de Gambia, y el aumento del costo de la vida, ha golpeado duramente a los inmigrantes. Cuando el gobierno introdujo una cotización de cambio flotante en 1986, una libra esterlina británica era equivalente a tres dalasis. Ahora el cambio es de 15,5 dalasis por libra.
Además, con el endurecimiento de las leyes de inmigración, las visas son cada vez más difíciles de obtener. Para aquellos que están cansados de Gambia, la unica opción es dejar el país.
Una está volviendo a su hogar. Bisi, una maestra nigeriana en Banjul, dijo que desde hacía tiempo pensaba repatriarse. "Lo que pasa es que soy escéptica sobre la evolución política en Nigeria", dijo. "De lo contrario, podría comprar mi pasaje y marcharme. Ahora sé que no puedo viajar a Estados Unidos".
La otra opción es probar suerte en Dakar, donde hay numerosos asesores en cuestiones de visado e inmigración. De todas maneras, los bien intencionados son muy pocos, señaló Ismail, un graduado universitario en el norte de Nigeria.
"Gasté 1.500 dólares en abril para tratar de obtener una visa en Dakar. La compañía era falsa y todo lo que querían era mi dinero. Sigo bloqueado en Banjul", lamentó.
Los más audaces tratan de llegar a España desde Senegal, a través de Mauritania y Marruecos, con la ayuda de organizaciones que se especializan en introducir inmigrantes en Europa. Sin embargo, muchos son interceptados por guardacostas en el Mediterráneo.
Previsiblemente, todo se hará más difícil aquí para los inmigrantes de Africa Occidental porque hay señales que la política de puertas abiertas está llegando a su fin.
Para comenzar, el gobierno de Gambia ha instalado un instituto de formación para reemplazar a los maestros de naciones vecinas que son mayoría en sus establecimientos, si bien no hay estadísticas confiables que lo prueben.
"Esperamos formar a muchos maestros para que se hagan cargo de las escuelas", dijo un funcionario del Ministerio de Educación. "Nos dimos cuenta que nuestros connacionales desaprueban el trabajo y queremos crear incentivos para mejorar todavía más las condiciones en las aulas de clase". FIN/IPS/tra-en/lf/kb/ego/ed).
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