Vestida con el tradicional atuendo singalés, K.A. Ariyawathie, describió como la instalación de un banco para mujeres en su aldea, situada a 250 kilómetros de Colombo, ayudó a mejorar el nivel de vida de las lugareñas.
Tesorera del banco, Ariyawathie dijo que "eliminamos a los prestamistas de dinero que llegaban a nuestros campos durante la época de la cosecha y ahora disponemos de crédito para comprar lo que necesitamos".
"Nuestras vidas no están ahora enajenadas en el pago de deudas con tasas de interés exhorbitantes", apuntó.
La oradora fue escuchada con gran atención por una audiencia informal, algunos sentados en sillas, otros recostados en el suelo, la mayoría representantes de organizaciones similares de comunidades de base procedentes de Sudáfrica, Camboya, Nepal, Tailandia e India.
Todos viajaron a Mumbai (ex Bombay) para participar en el intercambio de estrategias en un taller de ahorro y préstamo organizado, entre otros, por la Sociedad para la Promoción del Centro de Recursos de Area (SPARC), una ONG local.
Ariyawathie explicó que primero estudió en Colombo cómo ahorrar dinero y luego, armada con esa experiencia, creó tres grupos en su aldea, la cual está en un área de recolonización.
"La gente es muy pobre y los alentamos a ahorrar de los gastos diarios. Antes acostumbrábamos a tomar préstamos para comprar aperos, semillas y pesticidas. Durante la cosecha debíamos amortizar el doble de la suma gastada. El precio del producto cosechado lo fijaba el prestamista…", contó.
"Ahora nosotros negociamos las tasas", afirmó.
La gente en todos los ámbitos del mundo en desarrollo se está organizando a nivel de comunidades de base. En Sudáfrica, donde las leyes de tenencia de la tierra son rigurosas y la pobreza, junto con el desempleo, rampantes, los ahorros comunitarios tienen un papel crucial en el fortalecimiento de la gente.
Rose Molokoane, de la Federación Sudafricana de Gente sin Hogar y titular de su Esquema de Ahorro para la Vivienda creado en 1992, dijo que había más de 500.000 programas bajo su supervisión que han generado la cuantiosa cifra de 500.000 rand (111.000 dólares).
"Al principio era muy tímida para hablar, y las normas bancarias me atemorizaban. Ahora puedo conversar incluso con (el presidente sudafricano) Nelson Mandela y los reglamentos no me asustan. Comenzamos a construir viviendas y el año pasado superamos las 500 casas", explicó.
Agregó que "nuestra lucha ha tenido un impacto sobre el gobierno y fuimos capaces de influir la política sobre la tierra".
La Federación recibió un préstamo gubernamental de 2,5 millones de dólares, lo cual le otorgó el estatuto de instituto de préstamos financieros. El préstamo se convirtió en un fondo de crédito renovable.
Molokoane explicó el proceso de los distintos esquemas. "La gente va a cada casa para recolectar el dinero y cada miembro acuerda ahorrar un rand por día. Dos días de la semana son seleccionados para depositar el dinero".
No obstante, el esquema de ahorro de vivienda no significa solo recabar dinero sino tambien comprometer a la gente. "El dinero es prestado para generar ingresos ajenos a los créditos de emergencia".
Añadió que "resolvemos nuestros problemas de personas sin techo organizando encuentros. Incluso si somos poco educados y pobres, manejando el dinero aprendemos a lidiar con las tasas de interés".
Ademas de las reuniones, tambien existe el intercambio de información entre los diversos esquemas de ahorro para viviendas, con boletines de información interna y, para los analfabetos, cintas grabadas.
Mientras los grupos de crédito y ahorro comunitario están bien atrincherados en Sudáfrica y Sri Lanka, recién han aparecido en Nepal, uno de los países menos desarrollados del mundo.
Una comunidad ha comenzado a ahorrar hace cuatro meses. El grupo, que hasta ahora atrajo a 35 miembros, fue creado para dar crédito y facilitar el pago de arancelees escolares. Otra comunidad, que tambien ha comenzado a ahorrar, aún no se calificó para otorgar préstamos.
Activistas nepalíes dijeron que el principal problema fue conseguir que las mujeres salieran de sus casas, una situación con la cual tropiezan muchas organizaciones de base. Sin embargo, la experiencia demuestra que si el pobre gana confianza es capaz de tutelar sus intereses.
Los éxitos obtenidos han desarrollado nuevas iniciativas y algunas son realizadas por gobiernos. La Oficina de Desarrollo Comunitario Urbano de Tailandia (UCDO) fue creada hace cuatro años con un presupuesto oficial de 50 millones de dólares. Ha otorgado préstamos a 96 organizaciones y 228 proyectos para 13.000 familias.
En Camboya, las organizaciones de crédito han sido modeladas sobre los lineamientos de la ONG india SPARC, la cual ha organizado a mujeres sin techo de Mumbai en grupos de ahorro.
Un delegado camboyano, Someth, que trabaja con las Naciones Unidas, dijo que las ONG en su país se inspiraron en la labor de SPARC con los pobres urbanos. Como SPARC, en Mahila Milans existen 52 grupos en Camboya que juntos poseen un capital de crédito de 74 millones de real (la moneda local).
Celine D'Cruz, de SPARC, dijo que el índice de reembolso era de casi 100 por ciento. Este sistema de ahorro alternativo esta mejor equipado que los bancos normales para manejar créditos y ahorros que satisfagan las necesidades de los pobres.
Shahnaz Sheikh, una miembro de Mahila Milans, pidió prestado el equivalente de 130 dólares para poner en marcha un modesto negocio. "Mi marido no puede trabajar porque es asmático. De todas maneras ya pagué el préstamo y pedí un segundo crédito. El único problema que tengo ahora son los agentes de policía que constantemente me exigen hafta (coima)". FIN/IPS/tra- en/mm/an/ego/if).
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