Todavía es posible, aunque muy difícil, que se pueda negociar con la organización separatista vasca ETA el abandono de la violencia, consideraron hoy analistas políticos españoles.
La conclusión fue sacada al comprobarse este martes que era falsa la noticia del secuestro de Josi Luis Martín Prieto, un conocido periodista y analista, actualmente en el diario El Mundo.
ETA no ha cometido ningún atentado en los últimos tres meses, aunque mantiene secuestrado desde hace nueve meses a un funcionario de prisiones, José Ortega Lara, mientras el gobierno no ha cerrado la puerta a una eventual negociación.
Al mismo tiempo, se suceden declaraciones en favor de una "solución política" al conflicto vasco.
En ese sentido se pronunciaron todos los partidos políticos vascos, excepto el Partido Popular, la jerarquía católica de esa región y la ex viceministra socialista del Interior Margarita Robles.
Las diferencias llegan a la hora de determinar qué se puede negociar y qué no.
En un extremo el gobierno dice que lo único a discutir es cómo y cuándo la organización separatista entregará las armas, y en el otro ETA plantea que se discuta sobre la autodeterminación del País Vasco. Entre las dos puntas hay una multitud de variaciones.
Pero ese incipiente clima propicio a la negociación se cubrió con una densa nube negra al saberse que esta madrugada la esposa de Martín Prieto denunció su secuestro ante la policía.
El periodista es un pzblico adversario de ETA, a la que en sus columnas retó a que lo secuestre advirtiéndole, además, que él carece de escoltas y de armas.
Si su momentánea desaparición hubiese sido obra de los separatistas vascos ello hubiera sido una señal de que una unilateral tregua tácita de ETA había sido rota.
Todos los pequeños pasos que se habían dado para volver a montar una mesa de negociación habrían quedado anulados.
Pero no ha sido así, al confirnarse este martes que la ausencia de Martín Prieto se debió a motivos personales ya superados.
Por lo tanto, la posibilidad de una negociación sigue abierta. La incógnita que se mantiene es su alcance y condiciones.
ETA ha sufrido duros golpes policiales en los últimos años, sus posibilidades de refugio en Francia se han reducido al mínimo y un reciente acuerdo de la Unión Europea facilita la extradición de sus militantes desde todos los países europeos.
En el frente político, el moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha logrado importantes concesiones del gobierno central para la autonomía del País Vasco. La última le permite manejar la recaudación de impuestos y subirlos o bajarlos.
Por otro lado, el PNV, que gobierna en el País Vasco en coalición con los socialistas, en el plano español está aliado al centroderechista Partido Popular (PP), al que contribuye a mantener en el gobierno con el voto de sus diputados en el parlamento nacional, en Madrid.
Esa alianza con el PP, impensable seis meses antes, permite al PNV impulsar las gestiones para que se concrete la negociación.
En su perspectiva, de lo que se trata es de ofrecer a ETA una salida digna para su medio millar de presos y para un centenar de activistas que se mueven en la clandestinidad.
La debilidad operativa de ETA, su creciente aislamiento internacional y la paulatina pérdida de apoyo político en el País Vasco podrían llevarla a aceptar ese criterio.
Por ahora, lo único cierto es que la puerta para una eventual negociación está entreabierta y lo estará en tanto no se abra del todo o un atentado obligue a cerrarla otra vez, concluyeron analistas locales. (FIN/IPS/td/dg/ip/96)
