El líder nacionalista negro Louis Farrakhan denunció hoy el tráfico mundial de armas y la violencia en Estados Unidos, durante una manifestación frente a la sede de la ONU en Nueva York, un año después de la Marcha del Millón de Hombres en Washington D.C.
Ante una multitud de 50.000 personas, Farrakhan, jefe de la organización Nación del Islam, censuró a los gobiernos que compran y venden armas por su "inversión en la muerte".
El líder destacó que Arabia Saudita es "el comprador número uno de armas de guerra", con una inversión de 240.000 millones de dólares en armas durante la última década, pero también criticó a Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania por ser los principales vendedores del mercado mundial.
Tales ventas contribuyeron a guerras en más de 50 países en los últimos cinco años, así como a la proliferación de armas y de la violencia en el propio Estados Unidos, donde el año pasado fueron asesinadas casi 30.000 personas, señaló.
Uno de cada cinco niños estadounidenses vive en la pobreza, mientras 26 naciones superan a Estados Unidos en materia de salud y otras 26 lo aventajan en educación, agregó el líder religioso.
Al Sharpton, un ministro religioso de Nueva York que proyecta presentarse como candidato a alcalde el próximo año, destacó que los afroestadounidenses son quienes más sufren la brutalidad policial.
Según un informe de Amnistía Internacional, argumentó, Nueva York tiene "el más alto índice de brutalidad policial" del país, con signos de discriminación racial.
Un año atrás, Farrakhan se convirtió en figura de primera plana luego de la Marcha del Millón de Hombres, en la que se congregaron más de 700.000 hombres negros en el declarado "Día de la Expiación".
La manifestación de este miércoles reunió líderes negros para un "Día Mundial de la Expiación" contra la violencia.
"Estamos aquí para expiar nuestros pecados de violencia, asesinato y guerra", dijo Farrakhan al comienzo de una jornada de ayuno entre los miembros de la Nación del Islam, que exhortó a todos los afroestadounidenses a reconocer el día absteniéndose de realizar compras.
Pero como en la Marcha del Millón de Hombres, el principal mensaje de la manifestación fue el despliegue simbólico de unidad y paz entre la mayoría afroestadounidense de los participantes.
En una declaración leída en la manifestación, la líder sudafricana Winnie Mandela se refirió a ese simbolismo, diciendo que "Para mí, este es el mayor símbolo del Día Mundial de la Expiación, de que tantas personas puedan ser una".
La manifestación frente a la sede de las Naciones Unidas, aunque menor en escala, recordó a la Marcha del Millón.
"El año pasado, (la marcha) fue no sólo la mayor movilización en la historia estadounidense; también fue la más segura", señaló el religioso Ben Chavis, organizador de la marcha del año pasado y de la demostración de este miércoles.
La dignidad de la marcha de Washington ayudó a establecer a Farrakhan como uno de los líderes negros más influyentes del país, a pesar de preocupaciones sobre comentarios antisemitas que el líder de Nación del Islam ha hecho en el correr de los años.
Pero el hecho de que Farrakhan y sus seguidores manifestaran cerca de la sede nacional de la Liga contra la Difamación (ADL), el mayor grupo judío contra la discriminación del país, recordó la posición a menudo hostil de los manifestantes.
Aunque Farrakhan negó ser antisemita, en el último número de "The Final Call" (la llamada final), el diario oficial de Nación del Islam, el líder sostuvo que "12 presidentes de las mayores organizaciones judías" urgieron al secretario de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, a disminuir las críticas a Israel por el ataque a Líbano, en abril.
En la misma declaración, Farrakhan argumentó que "la Reserva Federal debe volver a manos del Congreso", en referencia a varios trabajos antisemíticos según los cuales los judíos controlan el sistema bancario estadounidense.
Un editorial en "The Final Call" del 8 de octubre se refirió a la ADL como "el Enemigo del Pueblo".
Los manifestantes no se reunieron frente a la sede de la ADL, y la policía describió la manifestación como pacífica.
Además, con críticas a los países musulmanes que son grandes compradores de armas, como Arabia Saudita, Kuwait y Turquía, el líder de Nación del Islam planteó que favorece la expiación de todos los pueblos en lugar de la búsqueda de chivos expiatorios.
En ese sentido, al menos, la manifestación alcanzó uno de los objetivos clave de la Marcha del Millón: aumentar el prestigio del líder afronorteamericano que puede reunir a tanta gente para sus días de expiación. (FIN/IPS/tra-en/fah/mj-lp/ip/96