Las relaciones entre el presidente Abdalá Bucaram y la vicepresidenta Rosalía Arteaga llegaron a tal punto de tensión que analistas locales pronostican un "divorcio" en la cúpula del poder en Ecuador.
"Me causa pena y lástima que la vicepresidenta esté una vez más en contra de las opiniones del gobierno", declaró Miguel Salem, secretario general de la Administración.
El último desacuerdo entre Bucaram y Arteaga se dio esta semana, cuando el presidente anunció que promoverá un proyecto de ley que dispone la castración de los culpables de violaciones.
Ese proyecto "no toma en cuenta las causas verdaderas de problemas que se relacionan más con una compleja estructura social, con el machismo en que vivimos, es decir, con nuestros patrones culturales, que no se pueden solucionar por medio de una ley que genera más violencia", dijo Arteaga.
"Ella (Arteaga) se opone a las cosas que se quieren resolver en el gobierno. ¿Será que le falta ética y lealtad?", se preguntó este miércoles Salem, uno de los políticos más cercanos a Bucaram.
Anteriormente Bucaram había propuesto la pena de muerte para los autores de violaciones, pero su iniciativa fue rechazada por amplios sectores de la población, la Iglesia Católica, a quien se pidió su aprobación, y la propia vicepresidenta.
"Arteaga tiene libertad total de exponer su punto de vista", pero "no tiene facultad para emitir o aprobar leyes", pues "es la vicepresidenta y nada más", concluyó Salem.
"Las fricciones entre Bucaram y Arteaga vienen desde la campaña electoral. Desde entonces Bucaram se ha empeñado en restarle funciones a la vicepresidenta", consideró Luis Macas, jefe del bloque parlamentario indígena.
En julio, tras su triunfo en las elecciones, el Partido Roldosista Ecuatoriano, que lidera Bucaram, anunció su oposición a que el vicepresidente continúe siendo sucesor "natural" del presidente en caso de ausencia total o parcial de éste.
Esta iniciativa careció del apoyo parlamentario necesario para ser aprobada, "pero sentó un precedente significativo, respecto a las intenciones de Bucaram", apuntó Macas.
Posteriormente, cuando Bucaram emprendió sus primeros viajes al exterior como jefe de Estado, se negó a delegar las funciones presidenciales a Arteaga, como lo estipula la Constitución.
Magdalena Adoum, dirigente de la Red de Mujeres en la Comunicación, citó también el caso de la ministra de Educación, Sandra Correa, acusada de plagiar una tesis doctoral para escribir un libro.
"Arteaga pidió de inmediato una investigación al respecto, a pesar de que la ministra era su amiga personal, y Bucaram protegió a Correa", recordó Adoum.
"Es dificil saber cuánta gente votó por Arteaga y cuánta por Bucaram, pero es evidente que la imagen de esta mujer fue utilizada con habilidad para conseguir la presidencia", señaló, destacando que el actual presidente "ya había participado en dos elecciones sin lograr su propósito".
"Nuestra Constitución otorga el poder unipersonal al presidente. Arteaga lo sabe y tiene que negociar para llegar a sus metas, por gradual que sea este proceso, o renunciar", concluyó.
Comentando la situación, la vicepresidenta desmintió que haya habido "un divorcio" con Bucaram. "No puede existir porque nunca hubo matrimonio", remarcó. (FIN/IPS/mg/dg/ip/96
