DESARME: Juzgan inminente prohibición de minas terrestres

Activistas en favor del desarme confían que los gobiernos aprueben una prohibición sobre la producción y venta de minas terrestres antipersonales para diciembre de 1997.

La iniciativa está ahora en manos de los gobiernos que buscan una prohibición total sobre esas minas, dijo Robert Lawson, especialista del ministerio canadiense de Exteriores, a la Comisión de las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) sobre Desarme.

Tras un encuentro de 50 gobiernos contrarios a las minas el mes pasado en Ottawa, Lawson sostuvo que hay reales progresos en el esbozo de "un texto básico y simple que diga que debemos prohibir las minas antipersonales".

Además de Canadá, las naciones que más propugnan la prohibición son Sudáfrica, Alemania, Filipinas, Australia, México e Irlanda, apuntó el experto.

El impulso crucial de la campaña antiminas, sin embargo, no consiste simplemente en el creciente número de partidarios de la prohibición, sino tambien en el hecho que el ministro canadiense de Exteriores, Lloyd Axworthy, propuso que el plazo para aprobar la prohibición sea diciembre de 1997.

Steve Goose, director del proyecto de control de armamentos de Human Rights Watch, apuntó que las naciones discuten ahora si prohibir solo las minas con baja tecnología, en oposición a aquellas sofisticadas, más fáciles de desactivar.

Esa propuesta solo favorecerá a gobiernos de países industrializados que venden minas con alta tecnología, mientras penalizará a naciones pobres sin poner fin a la crisis causada por las minas, reclamaron muchos activistas.

Goose expresó a la comisión que "ahora todo el movimiento prohibicionista ha adoptado una clara actitud restrictiva" de prohibir solo cierto tipo de minas.

"Para mí es obvio que habrá una prohibición, y la vamos a tener muy pronto", dijo. "Los progresos han sido espectaculares".

Atribuyó el hecho al suceso de las campañas antiminas para convencer al público que la devastación humanitaria que causan esos artefactos explosivos desvirtúan cualquier valor militar que pudieran tener.

"La clave del suceso de la campaña fue el énfasis anticipado sobre el desastre humanitario que causan las minas", explicó Jim Wurst, editor de "Disarmament Times". El enfoque ha hecho más difícil a los gobiernos justificar las minas como armas legítimas.

"Las minas terrestres no son armas estratégicas. En muchos casos son armas tácticas… de dudoso valor táctico", apuntó Lawson. Agregó que cuando las tropas croatas equipadas con tanques sofisticados irrumpieron en zonas bajo control serbio en Bosnia, "trataron a las minas como meros obstáculos callejeros para reducir la velocidad".

En cambio grupos de ayuda humanitaria y refugiados no fueron tan afortunados, lamentó.

Por sus características, las minas siguen siendo un arma favorita en muchos conflictos en países en desarrollo, tanto internos como entre estados. En Afganistán, Angola y Camboya arrojaron un saldo devastador de muerte y miseria. Más de 30.000 perecen o quedan mutiladas anualmente por minas terrestres.

Esas tres naciones tienen la mayor parte de los 110 millones de minas plantadas en 69 países del mundo, dijo Sadig Rasheed, asesor de un estudio de la ONU, en preparación, sobre niños y conflictos armados. "Las víctimas principales de las minas son siempre civiles, especialmente niños", afirmó.

Sin embargo, algunos países, en particular Estados Unidos, temen una prohibición demasiado precipitada de las minas. Si bien Washington pidió a todos los países comprometidos llegar a una conclusion "lo antes posible" sobre su restricción, la Casa Blanca debe decidir todavía cuál cree que es el plazo más breve.

El gobierno estadounidense incluso debe decidir si asistirá a la reunión sobre prohibición de minas que Axworthy ha fijado para fines de 1997 en Canadá, señaló Goose.

Otros países tambien podrían demorar la medida restrictiva si logran que la Comisión sobre Desarme en Ginebra maneje la cuestión. Canadá se opondrá decididamente a esa maniobra con el argumento que las minas terrestres son una preocupación humanitaria ajena a las atribuciones de la comisión, apuntó Lawson.

Goose sigue confiando que la campaña de "estigmatización" de las minas pueda ser llevada a los fabricantes estadounidenses. Cuando Human Rights Watch escribió a 50 fabricantes para urgirlos a que poner fin a la producción de minas antipersonales, 14 aceptaron por escrito.

Estigmatizar esas armas como indiscriminadas y militarmente dudosas ha funcionado, indicó Wurst. Añadió que ahora esa comprensión debe ser ampliada para que abarque a todas las armas livianas.

Las próximas en la lista deben ser las bombas de fragmentación y todas las armas que contienen uranio empobrecido, una sustancia densamente radiactiva hecha con el potencialmente tóxico isótopo de uranio-238, arguyó. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ego/ip).

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