La mayor atracción del zoológico de Brazzaville -el único de Congo- es "Gregorio", el chimpancé, su más viejo morador.
Llegado al zoológico en 1944, Gregorio es el animal mejor cuidado. Un equipo especial de cinco personas se ocupa de él bajo el ojo vigilante del Instituto Jane Godall para la Protección de los Chimpancés.
"Los animales que llegan aquí viven en simbiosis con su nuevo ambiente y no sienten la diferencia entre este lugar y el ambiente de donde provienen", dijo el director del zoológico, Vheye Makosso.
"Les ofrecemos las condiciones fisiológicas y ecológicas necesarias para una buena conservación de las especies".
Gregorio, sin embargo, se pasó 50 años en una jaula de cemento, antes de ser transferido, hace dos años, al espacio cerrado de 25 metros cuadrados que ahora habita, donde por lo menos puede disfrutar del sol.
Su nuevo hogar fue construido con fondos de la Fundación Brigitte Bardot, que según se informó gastó 10.000 dólares en el habitáculo.
Makosso estimó que el costo total de alimentar a los 115 animales del zoológico de Brazzaville, que incluye primates, leones, aves y reptiles, es de unos 100.000 dólares anuales.
El director explicó que la institución tiene grandes dificultades para conseguir los recursos que le permitan mantener su nivel. Sólo recibe 25.000 dólares del presupuesto estatal cada año, mientras que los escasos 50.000 visitantes anuales le dejan algo más de 10.000 dólares.
El zoológico, por lo tanto, depende de la ayuda de organizaciones no gubernamentales extranjeras para sobrevivir.
La alimentación de los animales, por ejemplo, está a cargo de la Asociación Japonesa para la Protección de los Animales de Congo, mientras que una ONG estadounidense contribuye al cuidado de los gorilas pequeños.
El zoológico carece de personal calificado y no puede afrontar su contratación. Sólo dispone de 30 empleados, muchos de los cuales ya están cerca de la edad de retiro.
No tiene un centro veterinario, de forma que cuando los animales se enferman el instituto debe acudir a clínicas de veterinarios externas o al Centro de Investigación Zoológica y Veterinaria, a un alto costo.
"Este es uno de los pocos zoológicos africanos donde los animales pueden vivir tanto tiempo como Gregorio", dijo Makosso, quien lucha por salvarlo. (FIN/IPS/tra-en/nrn/kb/arl/en/96