COMUNIDAD ANDINA-MERCOSUR: Brasil envía señal tranquilizante

El canciller de Brasil, Luiz Felipe Lampreia, lanzó desde Venezuela un tranquilizador mensaje del Mercosur a la Comunidad Andina: no buscamos un acuerdo para establecer monopolios o destruir industrias locales, sino para aprovechar ventajas recíprocas.

En Lima, en tanto, deliberan este fin de semana ministros de la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) sobre el proyectado acuerdo-marco de asociación comercial con el Mercado Común del Sur (Mercosur), a firmarse en diciembre en la ciudad brasileña de Fortaleza.

Empresarios y políticos de Colombia y Venezuela han expresado aprensión por las negociaciones andinas con el Mercosur (formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), por lo que para sectores como el automotor, el agrícola y el textil significaría la apertura a empresas argentinas y brasileñas, de mayor escala.

"Pero exactamente por eso es que los acuerdos de integración se negocian con reglas generales, pero también con reglas particulares", observó Lampreia a periodistas en Caracas.

Eso significa, señaló, que "se toma en cuenta la sensibilidad de las preocupaciones específicas, las velocidades distintas de algunos sectores críticos, y se toman medidas excepcionales, como sucedió con Chile", que hace tres meses pactó un acuerdo para liberalizar su comercio con el Mercosur.

"En el Mercosur no hay libertad total de circulación de mercancías. Hacemos gestiones, estamos muy adelantados, como un 80 por ciento, pero no hay 100 por ciento de libre circulación de mercancías, ni internamente ni con terceros", dijo Lampreia.

Con la Comunidad Andina "habrá que prever, en los dos sentidos, excepciones y reglas particulares que contribuyan a aliviar los temores muy legítimos que existan, y a poner de relieve las ventajas para ambas partes: expandir mercados".

La fórmula que Lampreia recomienda a los negociadores de uno y otro bloque es "no ir con demasiado apuro, ni con demasiada ilusión que vamos a hacer los acuerdos en una semana, sino con disposición de hacer los ajustes y las previsiones que los gobiernos consideren necesarias".

En síntesis, "no buscamos un acuerdo de asociación entre la Comunidad Andina y el Mercosur para establecer monopolios o para destruir la industria local, sino para poner de relieve ventajas comparativas y recíprocas que surgen en este proceso".

Además, "quizás para los andinos lo más importante es que se sepa que este acuerdo de integración agrega al horizonte de sus empresarios, colombianos, ecuatorianos o venezolanos, un mercado de 200 millones de personas donde el poder adquisitivo está en alza", dijo el canciller brasileño.

También "agrega espacios muy importantes" a la actividad comercial, industrial y de servicios, y Lampreia puso como ejemplo el incremento de vínculos económicos y comerciales entre el sureste venezolano y el norte brasileño.

Ese incremento determinó que Lampreia y su par venezolano, Miguel Angel Burelli, acordasen en su reunión de este viernes en Caracas que ya completaron su trabajo los comités binacionales que se ocuparon de Transporte y Comercio e Integración.

Cuando relanzaron su relación bilateral en 1994, Brasilia y Caracas crearon una Comisión de alto nivel, integrada por sus cancilleres, para atender los frentes de interés común, y el mecanismo organizó comités o grupos de trabajo sectoriales.

Los grupos fueron Comercio e Integración, Energía, Transporte, Minería y Siderurgia, Medio Ambiente, Desarrollo Fronterizo, Comunicaciones, Planificación, Agricultura y Minería Ilegal.

Completado el trabajo de dos de los grupos, se decidió la creación de dos nuevos, Turismo y Pequeña y Mediana Empresa, y a la vez se ordenó a todos concentrarse en una programación "pragmática, volcada a resultados concretos".

Ese tejido de relaciones, la atención a su selvático norte y la balanza comercial que se inclina en favor de Venezuela por crecientes ventas de petróleo, motivó que Brasil tendiese puentes para una rápida asociación venezolana con el Mercosur.

Esa búsqueda descansaba en un previo acuerdo andino-sureño para negociar en dos fases su asociación comercial: primero se consolidaría el patrimonio histórico o ventajas recíprocas bilaterales ya existentes, y luego las normas comunes de la nueva relación entre los nueve.

Venezuela avanzó más rápido en su segmento de la primera fase, pero esa diferencia de velocidad disgustó a sus socios andinos, y se decidió entonces fundir en una sola las etapas de negociación, bajo un 'acuerdo-paraguas' que se prevé firmar en Fortaleza.

Entre tanto, Brasilia y Caracas han desarrollado proyectos de integración económica, como llevar electricidad desde el sur de Venezuela hasta el norte de Brasil y la construcción en el norte o noreste brasileño de una refinería para 180.000 barriles diarios de crudo.

Ambos proyectos, sin embargo, todavía están en fase de estudio y en el caso de la interconexión eléctrica hay un fuerte obstáculo por diferencia de precios, pus el vendedor -Venezuela- los ubica sobre 30 dólares el megavatio, y el compador -Brasil- en apenas algo más de 20.

Pero Lampreia se negó a cerrar o siquiera entornar la puerta al proyecto: "Si hay un sistema nacional con superávit importante de oferta y otro con déficit considerable, y demanda, llegará el momento en que la conexión se hará". (FIN/IPS/hm/jc/if-ip/96

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