COMERCIO: TLC, tema marginal en campaña presidencial de EEUU

Las escasas menciones al TLC y a la proyección de ese acuerdo en América Latina durante la campaña presidencial de Estados Unidos demuestran el poco interés de los candidatos y electores de ese país respecto a sus vecinos del sur, opinaron analistas consultados en México.

Tanto Bill Clinton como Bob Dole, los dos principales contendientes, afirmaron que apoyan al TLC (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), integrado por Canadá, Estados Unidos y México, pero no definieron ninguna estrategia especial sobre el tema.

Tampoco indicaron si continuarán el proyecto de abrir ese bloque a otros países del continente.

El desinterés en el acuerdo contrastó con la importancia que tuvo en los comicios presidenciales anteriores, cuando los candidatos discutieron y especularon sobre sus posibles impactos en materia de empleo y competencia para los productores estadounidenses.

"El TLC no es para Estados Unidos una preocupación, pues es un acuerdo que no logró adquirir, como se había pensado, mayor influencia en la realidad de sus trabajadores y empresas", dijo a IPS Jorge Chabat, investigador de estudios internacionales en el Centro de Investigación y Docencia Económica de México (Cide).

Durante su gestión, el presidente George Bush promovió la creación de un mercado común desde Alaska a Tierra del Fuego, que según los planes estaría listo en el 2005, y tendría como bases al TLC y al Mercosur, acuerdo al que pertenecen Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Aunque no se han cambiado los planes, al menos públicamente, Estados Unidos parece ahora tener mucho menos interés en ellos, sostuvo Chabat.

El presidente Bill Clinton, quien durante su gestión nunca visitó América Latina, incumplió su promesa de avanzar en ese proceso integracionista impulsado por su antecesor, al no lograr sumar a Chile al TLC durante el primer semestres de 1996.

Bush habló de libre comercio continental para tranquilizar a los gobiernos americanos, pero la realidad es que a Estados Unidos le importa poco lo que está al sur del Río Bravo, excepto México, que representa un nueve por ciento de su comercio.

Un estudio del Cide indica que América Latina representa en conjunto para Estados Unidos, fuera de México, menos de ocho por ciento de su comercio exterior.

En oposición, para los latinoamericanos Estados Unidos es su principal inversionista y socio comercial.

El sur espera definiciones, pero a los candidatos estadounidenses no parece importarles más que su imagen doméstica, determinada por asesores y firmas publicitarias, dijo Emilio Zebadúa, investigador del Colegio de México.

Respecto a América Latina en la campaña presidencial sólo se dio interés a los problemas de la inmigración ilegal, las relaciones con Cuba, a través de la aprobación de la ley Helms- Burton, y la amenaza competitiva de productos mexicanos como el tomate y cemento.

Se trata de temas que generan votos, señaló el experto.

El embajador de Estados Unidos en México, James Jones, reconoció que el proceso electoral en su país "impactó negativamente en la instrumentación del TLC".

Luego de los comicios, programados para el segundo martes de noviembre, todo volverá a la normalidad, aseguró.

Al inicio de la campaña presidencial México fue nombrado varias veces por los políticos como uno de sus caballos de batalla electoral, lo que generó protestas formales del gobierno del presidente Ernesto Zedillo.

Basado en normas del TLC, Clinton comprometió a México en 1995 un préstamo de 20.000 millones de dólares para ayudar a salir de la crisis estallada a fines de 1994.

Ello molestó a la oposición conservadora local, que consideraba para entonces a México frágil económicamente, inestable políticamente y corrupto en todos los ámbitos.

Mientras avanzó la campaña el tema se fue desinflando por el desinterés del electorado, el pago adelantado de los préstamos y la recuperación económica lograda por el gobierno de Zedillo.

También pesó la política antidrogas de México, que, según Washington, permitió que su socio del TLC sea el país que más decomisos de droga hizo en el mundo durante 1995.

El TLC benefició a sus socios con incrementos en su comercio, que superaron 10 por ciento anual, ganancia que por el momento no parece tener ninguna posibilidad de extenderse a otros países de América, sostuvo Chabat. (FIN/IPS/dc/dg/if/96)

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