CHILE: ONG atraviesan por etapa de crecientes dificultades

Exodo de profesionales, dificultades para concursar en proyectos, mayor disputa por recursos y pérdida del perfil tradicional son algunos de los problemas que afectan a las organizaciones no gubernamentales (ONG) de la región de Coquimbo, en el centro-norte de Chile.

La situación, en todo caso, no es exclusiva de esa región sino que afecta a las ONG de diversas ciudades del país, según expresaron a IPS algunos entrevistados.

"La mayor parte de las ONG está muriendo", dramatiza Eduardo Santander, director de la Fundación Emaús, entidad vinculada a la Iglesia Católica que funciona en La Serena, a 470 kilómetros al norte de Santiago.

"Día a día se hace más difícil presentarse a la licitación de recursos estatales a través de proyectos", añade, explicando que su organización, cuando quiere hacerlo, tiene que contratar servicios externos de asesoría.

Formular técnicamente un proyecto tiene un costo de 250.000 pesos (poco más de 600 dolares) y no hay ninguna seguridad de obtener los recursos nacionales porque se presentan varias entidades y la selección no siempre se hace con criterios transparentes, se lamenta Santander.

Los recursos externos con que funcionaban mayoritariamente las ONG durante el régimen militar (1973-1990) son cada vez más inaccesibles porque a juicio de algunas agencias de cooperación internacional, Chile ya no necesita ese tipo de ayudas.

La Fundación Emaús desarrolla actualmente tres proyectos, uno de los cuales es financiado por el Comité Episcopal de la Iglesia Católica de Italia y los otros dos por recursos del Estado chileno.

A juicio de Santander, en la asignación de fondos internos para las ONG se está ejerciendo "una presión política" que favorece a aquellas entidades con posiciones favorables al gobierno.

Para el director de Emaús La Serena, la idea de las ONG "es una excelente manera de hacer el bien común" pero debe haber una regulación que impida la arbitrariedad en la distribución de recursos públicos.

Ese fue uno de los temas de discusión en la Coordinación Nacional de ONG rurales, reunida en Santiago, ocasión en que algunas entidades plantearon "inquietudes" por la forma y los métodos en que se han llevado a cabo algunos concursos.

También fue centro de reclamos de la Asociación Chilena de ONG (Acción AG), que agrupa diversas entidades del país.

Según documentos de esa agrupación, las ONG deben hacer un esfuerzo "por sacar los fondos publicos destinados al desarrollo social, del sistema 'clientelístico' de la política criolla".

Acción AG postula la necesidad de una legislación específica para las ONG y la adopción de normas éticas para autorregular su funcionamiento.

"En estos momentos las ONG están en un período de baja. La cooperación internacional no se ha retirado totalmente pero sí ha desaparecido respecto de algunas áreas de trabajo y de algunas instituciones", expresó Helvia Montoya, representante de Juventudes para el Desarrollo Productivo (JUNDEP), en La Serena.

La baja no es el caso de JUNDEP, entidad que mantiene 14 proyectos en diversas localidades del medio rural de Coquimbo. "De esos 14 proyectos sólo cinco están financiados por recursos del Estado y los otros nueve cuentan con ayuda externa", celebra Helvia.

La coordinadora del Programa Rural de JUNDEP, que también funciona en Santiago, explica que las agencias externas ya no financian completamente los proyectos sino que exigen de 30 a 40 por ciento de financiamiento local.

Para Helvia, el hecho de que las ONG funcionen con recursos públicos no quiere decir que necesariamente pierdan autonomía respecto del Estado o el gobierno.

"Ya se superó la etapa en que se estaba a favor o en contra del gobierno. Disponer de recursos públicos no implica subordinación", argumenta.

La coordinadora de JUNDEP sostiene que la situación actual requiere una revisión incluso del concepto "ONG", ya que han aparecido en los últimos años entidades que de tales sólo tienen el nombre y en nada se parecen a las organizaciones surgidas en Chile en los años 70 y 80.

Para que las ONG no pierdan su esencia no deberían dejar de hacer acciones y levantar propuestas de acuerdo a las necesidades de las comunidades con las cuales trabajan, apunta.

Atraídas por la oferta de cuantiosos recursos, a través de un extenso y amplio programa de apoyo a comunidades pobres de la región Coquimbo, en los últimos meses han surgido varias ONG, algunas de las cuales son agencias de entidades de Santiago.

Montoya sostiene que un registro reciente de ONG en la región, cuya poblacion bordea el medio millón de personas, contabilizó más de 30 asociaciones, contra una veintena hace tres años.

Para Helvia -que ha estado reuniéndose con representantes de otras organizaciones rurales de la región- las ONG han pérdida parte de su carácter tradicional.

A veces se juntan dos o tres profesionales desempleados y forman una ONG para concursar en licitaciones de proyectos. Esas son más bien formas de obtener empleo o de aumentar los ingresos pero no constituyen realmente ONG.

En otros casos, entidades que asumen tareas de consultoría a empresas privadas se presentan a concursos de proyectos como ONG. Ello ha ocurrido incluso con universidades públicas, que antes no disputaban ese tipo de financiamientos.

Montoya estima que no ha habido una reducción global de los recursos destinados a programas sociales pero sí una mayor disputa por esos fondos.

Además, actualmente es más difícil obtener recursos externos porque las agencias se han vuelto más exigentes, haciendo auditorías externas, pidiendo más controles y mayor cumplimiento de tareas. (FIN/IPS/gcm/dg/dv/96

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