La presidenta del Partido Comunista (PC) de Chile, Gladys Marín, fue detenida hoy por orden judicial en un proceso por supuestas injurias y calumnias contra el ex dictador y comandante del Ejército, general Augusto Pinochet.
La detención, realizada con un gran despliegue de efectivos de la policía civil, motivó protestas de los líderes de los cuatro partidos de la gobernante Concertación por la Democracia, que visitaron a Marín para expresarle su solidaridad.
La acción del Ejército contra la dirigente comunista se fundamenta en un discurso que pronunció el 11 de septiembre, en el 23 aniversario del golpe de estado de 1973, en el cual Marín aludió a Pinochet como violador de los derechos humanos.
"Este es un juicio político. Pinochet no tiene derecho a querellarse contra mí ni contra ningún chileno. No me voy a desdecir", señaló la líder comunista horas después de la detención, cuando fue llevada a declarar ante la jueza Ada Gajardo.
Los máximos dirigentes del PC llegaron hasta el palacio presidencial de La Moneda para expresar sus críticas al Ministerio del Interior, que a su juicio no ha dado a Marín el trato que merece la presidenta de un partido político.
Hugo Gutiérrez, abogado de la presidenta del PC, señaló que la detención se produjo cuando aún está pendiente el fallo de la Corte Suprema sobre un recurso de amparo presentado por Marín, quien pidió anular el auto de procesamiento en su contra.
El abogado protestó porque el máximo tribunal aún no ha puesto en tabla ese recurso y anticipó que Marín se va a atener al fallo judicial, sin solicitar la libertad provisional en caso que sea rechazada su presentación.
La presidenta del PC, que fue diputada por tres períodos antes del golpe de 1973, se expone a una pena de prisión de entre 541 días y cinco años en caso de ser declarada culpable en el proceso iniciado en septiembre por el Ejército.
Las expresiones de Marín sobre Pinochet tuvieron lugar en un acto litúrgico celebrado en el aniversario del golpe en el cementerio general de Santiago, ante el Memorial de los Desaparecidos y Ejecutados Políticos.
En ese monumento están grabados los nombres de unos 2.500 chilenos víctimas de la represión ejercida durante la prolongada dictadura de Pinochet (1973-90), quien recibió sistemáticas condenas de Naciones Unidas durante su permanencia en el gobierno.
La detención fue realizada por agentes de civil que interceptaron el vehículo de Marín en un sector del sur de Santiago, para conducirla luego a un cuartel policial donde fue visitada por los líderes de los partidos oficialistas.
Hasta allí llegaron los presidentes de los partidos Demócrata Cristiano, Alejandro Foxley, Por la Democracia, el diputado Jorge Schaulsohn, Socialista, el diputado Camilo Escalona, y Radical Socialdemócrata, el senador Anselmo Sule.
Este último subrayó que Marín es una "dirigente política de un partido importante y serio, y nos preocupa que se le detenga por haber expresado opiniones políticas respecto de episodios nacionales en un acto litúrgico".
El diputado Jorge Pizarro, vicepresidente de la Democracia Cristiana, señaló que Pinochet "aplica la ley del embudo", pues invoca su condición de ex jefe de Estado para emitir opiniones políticas y recurre a los tribunales como comandante del Ejército cuando es criticado.
Pizarro sostuvo que lo adecuado sería que Pinochet renuncie a su cargo de comandante del Ejército, que puede ejercer hasta marzo de 1998, para dedicarse plenamente a la política.
El escitor, ex senador y ex presidente del PC Volodia Teiltelboim dijo a su vez en La Moneda que los comunistas pidieron al gobierno del presidente Eduardo Frei un pronunciamiento claro sobre la detención de su máxima dirigente.
Teiltelboim subrayó que estas situaciones proyectan una imagen internacional de Chile en que los militares siguen ejerciendo cuotas de poder e impidiendo el ejercicio de la libertad de expresión. (FIN/IPS/ggr/jc/ip-hd/96