Fuerzas policiales reprimieron hoy fuertemente en el centro de Santiago marchas no autorizadas de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), principal matriz sindical de Chile, que anunció un posible paro nacional.
El socialista Roberto Alarcón, presidente de la CUT, dijo que la central exigirá la renuncia del intendente de la Región Metropolitana, Germán Quintana, a quien responsabilizó por la "represión desmedida" de la policía de Carabineros.
La matriz sindical convocó a la manifestación "Por la Dignificación de los Trabajadores Públicos", en apoyo a la huelga que mantienen los funcionarios municipales desde hace 10 días y a reivindicaciones de empleados hospitalarios.
Dos columnas que partieron desde los extremos de la Avenida Libertador Bernardo O'Higgins debían converger ante la sede de la CUT, pero fueron dispersadas por orden del intendente Quintana en las cercanías del palacio presidencial de La Moneda.
Los incidentes entre los manifestantes y la policía, que usó carros hidrantes y gases lacrimógenos, se prolongaron por unas dos horas, provocando congestiones de tránsito, con alrededor de 80 detenidos, según informes extraoficiales.
Quintana justificó la represión policial, insistiendo en que la marcha fue una "acción ilegal" que constituyó "un desacato a la autoridad" y acusó también a los dirigentes sindicales de haberse negado a dialogar antes de la manifestación.
Los intendentes son en Chile las principales autoridades del gobierno en las 13 regiones, designados directamente por el Presidente de la República, y sus responsabilidades fundamentales son las de resguardar el orden público.
Alarcón señaló que los directivos de la CUT evaluarán los resultados de esta manifestación, así como la actitud de las autoridades, para resolver si convocan a un paro nacional de funcionarios del sector público.
El comunista Humberto Cabrera, líder de los trabajadores de la Salud, sostuvo que los gremios de trabajadores fiscales están siendo "empujados" a una paralización "por la actitud represiva del gobierno".
Las autoridades reiteraron que las elecciones municipales del próximo domingo se llevarán a cabo con normalidad, pese a la huelga de los trabajadores de unas 340 comunas de todo el país.
Este miércoles surgió la posibilidad de que el arzobispo de Santiago, Carlos Oviedo, oficie de intermediario para abrir un diálogo entre los dirigentes municipales y el gobierno de Frei, que hasta ahora se ha negado a negociar con los huelguistas. (FIN/IPS/ggr/dg/lb-ip/96
