El ejército de Burundi comunicó por fin la ejecución de varias decenas de personas entre el grupo de 112 hutus detenidos en la localidad suroccidental de Matana hace dos semanas, acusados de colaborar con grupos rebeldes.
El grupo había sido arrestado el 13 de este mes por fuerzas del propio ejército, dominado por la minoritaria etnia tutsi.
A diferencia de otras masacres perpetradas en Burundi, esta no fue seguida de desmentidos de altos militares, sino que fue anunciada oficialmente este lunes en la capital, Bujumbura.
Los aldeanos ejecutados, tanto hombres como mujeres y niños, pertenecían a la etnia hutu, que forma el mayor grupo étnico de Burundi, representando 80 por ciento de una población total, estimada en seis millones de habitantes.
El portavoz del ejército, teniente coronel Isaie Nibizi, dijo que los soldados involucrados en la matanza han sido arrestados. "Se trata de un asunto desagradable", reconoció.
Según ciertos informes, la masacre se produjo como venganza por la muerte de 20 tutsis a manos de la guerrilla hutu en una aldea vecina, el 11 de este mes.
El arresto de los soldados es señal de que el hombre fuerte del país, mayor Pierre Buyoya, puede estar esforzándose para cumplir su promesa de imponer la disciplina en un ejército que por largo tiempo ha sido irresponsable y que es culpado del asesinato de Melchior Ndadaye, ex presidente hutu.
Buyoya, quien fue jefe de Estado entre 1987 y 1993, volvió a tomar el poder por la fuerza el 25 de julio, prometiendo restaurar la ley y el orden en este conflictuado y pequeño país de Africa central.
De inmediato después de asumir la Presidencia, Buyoya destituyó al jefe del estado mayor del ejército y al jefe de la gendarmería como parte de su plan para controlar a los militares.
Un miembro hutu del Parlamento dijo a IPS que las personas de su etnia están habituados a no salir de sus casas después de la puesta del sol, y que tampoco lo hacían cuando el presidente era Sylvestre Ntibantunganya, de su propia comunidad.
"Sin embargo, en Bujumbura, ahora podemos estar fuera de casa hasta la salida del sol si lo deseamos", reconoció.
Si bien existe una calma relativa en la capital, el campo sigue siendo inseguro, tal como lo reflejan los ataques de la guerrilla hutu y la última masacre de este mes. (FIN/IPS/tra-en/mn/kb/arl-ml/ip/96