Las elecciones municipales del jueves en Brasil confirmaron la emergencia de nuevos liderazgos que, según coinciden los analistas, dificultarán la reelección del presidente Fernando Henrique Cardoso.
El alcalde de Sao Paulo, Paulo Maluf, surge con fuerzas renovadas como virtual candidato presidencial en 1998, lo que estimula a su derechista Partido Progresista Brasileño (PPB) a oponerse al proyecto de Cardoso de renovar su mandato por cuatro años.
Maluf logró la hazaña de imponer, como su probable sucesor, a un candidato casi desconocido hace cuatro meses. Celso Pitta aún tendrá que ganar la segunda vuelta el 15 de noviembre, para convertirse en el primer alcalde negro de Sao Paulo, pero sólo algo muy grave puede quitarle el triunfo.
En la primera vuelta, el jueves, obtuvo 49 por ciento de los votos válidos, más del doble de su adversaria Luiza Erundina, alcaldesa durante el período 1989-1992 que, por ser del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), tiene limitadas posibilidades de alianzas.
Maluf, derrotado en las tres elecciones presidenciales anteriores, recuperó con su popularidad en la mayor metrópoli brasileña las credenciales para presentarse nuevamente como fuerte candidato al poder central.
Por la izquierda emergen dos nuevos líderes en el sur del país: Jaime Lerner, del Partido Democrático Laborista (PDT), y Tarso Genro, del PT y alcalde de Porto Alegre.
Lerner confirmó su total dominio en el estado de Paraná, que gobierna desde el año pasado y donde se calcula que sus candidatos triunfaron en 80 por ciento de los municipios.
En Curitiba, la capital estadual, su apoyo llevó a Cassio Taniguchi a obtener 54 por ciento de los votos válidos, con lo cual logró la victoria en lap rimera vuelta.
Su grupo prácticamente monopoliza el poder en la ciudad desde hace dos décadas, con gestiones creativas que produjeron una alta calidad de vida.
Con la decadencia del líder laborista Leonel Brizola, nuevamente derrotado en Rio de Janeiro, Lerner se fortaleció como probable candidato del PDT a la presidencia del país, con un programa que apunta a las ciudades como fuente y base de soluciones para el país.
Pero fue el PT el que se consolidó como el eje de la izquierda en Brasil, repitiendo un buen desempeño en las grandes ciudades industriales, como Sao Paulo, Rio de Janeiro y Belo Horizonte, y sorprendiendo en regiones menos desarrolladas.
Sus candidatos pasaron a la segunda vuelta como favoritos en Campo Grande, una capital estadual del centro-oeste, y Belem, capital de Pará, en el norte. Además disputan otras capitales en el noreste, como Maceió, Aracajú y Natal.
Dentro del PT, cuya tendencia al crecimiento se manifestó también en la buena votación distribuida por todo el país, Genro se destacó al hacer del vicealcalde, Raul Pont, su sucesor por amplio margen.
Por ello ya es visto como una alternativa a Luis Inacio Lula da Silva como candidato del partido a la presidencia del pas.
En Rio de Janeiro, el alcalde Cesar Maia, del Partido del Frente Liberal (PFL, conservador), también ganó proyección nacional con el triunfo de su candidato, Luiz Paulo Conde, que necesita no obstante confirmarlo en la segunda vuelta.
La emergencia de esos líderes que pueden postular a la presidencia en 1998, hace más difícil para Cardoso reunir el apoyo necesario en el Congreso para aprobar la enmienda constitucional que permita la reelección.
Los actuales alcaldes de Sao Paulo y Rio de Janeiro pertenecen a grandes partidos de la coalición gubernamental, cuyo apoyo es indispensable para obtener la mayoría requerida de 60 por ciento de los parlamentarios que permita votar la enmienda.
Cardoso opinó que las elecciones municipales no tendrán ninguna influencia sobre cuestiones nacionales, como la reelección o una recomposición de su gabinete.
Pero los triunfos electorales, aunque locales, alimentaron nuevas ambiciones presidenciales. Los resultados no respaldan un nuevo mandato para Cardoso, señalaron dirigentes de la izquierda como Lula.
El partido de Cardoso, el de la Socialdemocracia, triplicaría sus actuales 370 alcaldes. Pero más importa políticamente la derrota de su candidato en Sao Paulo, el ex ministro de Planificación José Serra, que llegó en tercer lugar y quedó eliminado para una segunda vuelta.
Además, duros ataques durante la campaña provocaron desavenencias entre los socialdemócratas y partidos aliados a nivel nacional, como el PPB de Maluf, lo cual no le facilita el camino a Cardoso. (FIN/IPS/mo/dg/ip/96
