Las elecciones municipales de Brasil se definirán en segunda vuelta anunciada para el 15 de noviembre en Río de Janeiro, Sao Paulo y otras grandes ciudades, según las encuestas a boca de urna divulgadas al finalizar la votación de hoy.
Los resultados confirman encuestas anteriores, que anunciaron grandes diferencias a favor de los candidatos oficialistas, apoyados por los alcaldes en funciones.
Celso Pitta, un economista negro casi desconocido hace tres meses, y candidato del conservador Partido Progresista Brasileño estuvo cerca de lograr la mayoría absoluta de votos, que le habría dado el triunfo en la primera vuelta.
Pitta obtuvo 44 por ciento de los votos declarados a los encuestadores del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE), el doble de Luiza Erundina de Souza, del izquierdista Partido de los Trabajadores, que será su única adversaria en la segunda ronda.
Mientras, el arquitecto Luiz Paulo Conde, del Partido del Frente Liberal, habría logrado 36 por ciento de los votos en Río de Janeiro, de acuerdo con los sondeos a boca de urna. Sergio Cabral, del Partido de la Social Democracia, quedó segundo, con 23 por ciento.
La sorpresa saltó en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, donde Celio de Castro, del minúsculo Partido Socialista, obtuvo la mayor votación, segun la encuesta del IBOPE.
De Castro, que hace dos semanas era aventajado por dos adversarios en la intención de voto en Belo Horizonte, ocupó este jueves el primer lugar, con cerca de 35 por ciento de los sufragios.
Los resultados oficiales en los 57 municipios que tuvieron votación electrónica serán divulgados a más tardar en la madrugada del viernes, aseguraron las autoridades electorales.
En los otros 5.500 municipios, que mantuvieron el sistema tradicional de papeletas de votación, el escrutinio podría prolongarse 10 días, como es habitual en Brasil, declaró Marco Aurelio de Mello, presidente del Tribunal Superior Electoral.
Los problemas en las computadoras utilizadas en los centros de votación electrónica fueron más de los previstos por las autoridades electorales y afectaron entre tres y cuatro por ciento de los equipos, admitió Mello.
En Sao Paulo, no funcionaron 3,6 por ciento de las "urnas electrónicas", equivalentes a 479 unidades. En el estado de Rio de Janeiro la proporción se acercó a cinco por ciento. En esos casos, los electores votaron en la forma convencional.
De todas formas, la innovación fue "un éxito", evaluó Mello. Las elecciones informatizadas dotaron de mayor agilidad a la votación.
La rapidez de procedimientos se notará especialmente en el escrutinio de los votos emitidos en los 57 municipios escogidos, cuyo electorado suma 32,4 millones de personas, sobre un total de cien millones en todo el país.
Las autoridades confían en que 70 por ciento de los votantes utilicen urnas electrónicas en las elecciones presidenciales, parlamentarias y provinciales de 1998. En el 2000, cuando se realizarán nuevamente elecciones municipales, la informatización de los centros de recepción de votos será total, predijo Mello.
El principal resultado de la votación electrónica consiste en la eliminación de la posibilidad de fraude, un problema que afectaba los comicios en Brasil, agregó. (FIN/IPS/mo/ff/ip/96