La expresión del voto mediante computadoras otorgó un aire de modernidad a las elecciones municipales celebradas hoy en Brasil, pero contrastó con la repetición de atentados, muertes y otros actos de violencia que siguen marcando la política nacional.
En Alagoas, un pequeño y pobre estado del noreste, las autoridades registraron 16 muertes con probables razones políticas durante la campaña electoral. A pedido de la justicia electoral, el ejército asumió la seguridad de los comicios en el estado.
Pero la violencia también estuvo presente en las áreas que concentran el poder económico y la población del país.
En Belfort Roxo, en la periferia de Rio de Janeiro, un candidato fue asesinado y el alcalde Mair Rosa resultó herido de tres balazos la semana pas ada, en atentados aparentemente vinculados a la disputa electoral.
También en Rio de Janeiro, el automóvil de una candidata a edil fue blanco de disparos de armas de fuego.
En este jueves electoral, un candidato a alcalde en el interior de Rio Grande do Sul, en el extremo sur de Brasil, también sufrió un atentado, al ser alcanzado de un tiro en la cabeza, hallándose en muy grave estado.
En Acre, región amazónica, el automóvil del hermano del candidato a alcalde de Sena Madureira, Normando Sales, fue baleado tamnbién este jueves.
En cambio, las "urnas electrónicas" funcionaron muy bien. La votación por computadoras se realizó en 57 municipios con más de 200.000 electores o que son capitales estaduales, comprendiendo a 32,4 por ciento del electorado brasileño, que totaliza 100 millones de personas.
El sistema informatizado, que se utiliza por primera vez masivamente en Brasil, registró sólo cerca de uno por ciento de errores, según los tribunales electorales que comandan los comicios en cada estado.
En Rio de Janeiro, el presidente del tribunal regional, Antonio Carlos Amorim, dijo que "menos de un por ciento" de las urnas electrónicas presentaron problemas, cuando se esperaba que se rondara el cinco por ciento.
En la mayoría de los casos, los problemas derivaron de errores de los operarios encargados de las secciones recolectoras de votos, indicaron técnicos del Tribunal Superior Electoral, con sede en Brasilia.
En esos sitios, la votación se hizo por el método convencional, en boletas en las que el elector debe escribir el nombre o número de sus candidatos.
La situación más grave se registró en Maceió, capital de Alagoas, el mismo estado campeón en materia de violencia política.
Muchos de los componentes de las secciones se ausentaron y la mitad de ellas no pudo funcionar en la mañana de este jueves. La solución encontrada fue volver al sistema tradicional de votación y registro.
En Sao Paulo, que concentra 6,7 millones de electores, la justicia electoral calculó en 1,2 por ciento las urnas electrónicas que no pudieron operar.
Las lluvias torrenciales que llevaron a que los ríos locales se desbordaran estuvieron en el origen de la mayor parte de las dificultades, al inundarse algunos locales.
En los 57 municipios que inauguraron la votación electrónica, el método se reveló ágil. La mayoría de los electores no necesitó el tiempo asignado para ejercer su derecho al voto (un minuto), ya que bastaba digitar en un ordenador los números de los candidatos a alcalde y ediles.
Solo analfabetos, personas de escasa información o ancianos tuvieron dificultad en votar en las computadoras.
Pero se registró una vez más la generalizada violación de dos normas que rigen en Brasil durante los comicios: la prohibición de venta de bebidas alcohólicas y de propaganda en los locales de votación.
Numerosas personas permanecieron detenidas algunas horas por esos delitos electorales. (FIN/IPS/mo/dg/ip/96