Las relaciones entre Bangladesh e India están gobernadas por los ríos que los dos países comparten y los dos países encaran una nueva negociación, que puede decidir el comienzo de una etapa de cooperación o la persistencia de viejas disputas.
La clave del futuro de la relación bilateral reside en las aguas del embalse de Farakka, sobre el río Ganges, que nace en el Himalaya y tiene su curso bajo en Bangladesh, después de atravesar el noreste de India.
El embalse de Farakka, localizado en el estado indio de Bengala occidental, aledaño a Bangladesh, fue asunto central de las conversaciones mantenidas por el el canciller indio Inder Kumar Gujral en su visita a Dhaka, a comienzos de septiembre.
La división de las aguas de esa represa también fue eje de la inmediata visita a Bengala occidental del canciller de Bangladesh, Abdus Samad Azad.
Las relaciones bilaterales mejorarían sensiblemente si el acuerdo para el uso compartido de las aguas de Farakka se lograse antes de enero, cuando el caudal del Ganges comienza a mermar debido a la temporada seca de cinco meses. De no ser así, las dos partes se volverían nuevamente la espalda.
Así mismo, la eventual solución del caso de Farakka podría servir de modelo para el resto de Asia meridional, cuyos tres mayores ríos, el Ganges, el Indo y el Brahmaputra, extienden sus cuencas a través de las fronteras nacionales.
Todo depende principalmente de la respuesta de Nueva Delhi a demanda de Dhaka de 34.500 pies cúbicos por segundo de agua durante la época seca, que finaliza en abril y en la cual, el caudal del Ganges es un promedio de 55.000 pies cúbicos por segundo.
India aceptó conceder esa cantidad de agua a Bangladesh en el convenio de 1977 sobre Farakka, que caducó hace más de 10 años.
Dhaka exigió eb las últimas conversaciones más agua que en el pacto de 1977. El gobierno de Sheikh Hasina, respaldado por la Liga Awami, es considerado más proclive a la amistad con India que el régimen militar imperante en Bangladesh en 1977.
El canciller indio Gujral cree que la demanda de Dhaka puede ser concedida, pero pidió a Azad que demuestre a las autoridades del estado de Bengala occidental del carácter genuino de su demanda.
La gobernación de Bengala occidental, controlada por el Partido Comunista, insiste en que el estado necesita 40.000 pies cúbicos por segundo de agua en la época seca, para evitar la obstrucción por sedimentación del puerto de Calcuta.
Los expertos difieren en cuanto a los medios para salvar el puerto, pero concuerdan en que el dragado, aunque costoso, sería una alternativa viable en caso de que se accediera al pedido de aguas de Bangladesh.
El gobierno de Hasina advirtió que si no hubiera acuerdo en los próximos tres meses para el aprovechamiento compartido de las aguas de Farakka, se resentiría su prestigio y la oposición anti India podría utilizar la cuestión como arma poderosa.
"El caudal del Ganges se ha reducido desde 1977, y puede ser difícil otorgar a Bangladesh 34.500 pies cúbicos por segundo en la temporada seca. Pero concuerdo en que India debe ser generosa y conceder lo razonablemente posible", dijo Ramaswamy Iyer, experto en la materia y ex funcionario del gobierno central.
Las obras del embalse, que se halla 18 kilómetros aguas arriba de la frontera con Bangladesh, comenzaron en 1961. India desestimó el temor de Bangladesh (entonces Pakistán oriental) de que la represa podría reducir el agua para riego.
La mutua hostilidad y la guerra que India y Pakistán libraron en 1965 impidieron toda negociación del asunto.
Las cosas empezaron a mejorar con el nacimiento de Bangladesh, en diciembre de 1971. En 1975, las dos naciones alcanzaron un acuerdo para compartir las aguas del Ganges al menos durante 40 de los días de sequía. Pero Nueva Delhi se rehusó a ampliar el pacto al año siguiente.
Un convenio más amplio y duradero fue firmado en 1977, pero a su vencimiento no fue renovado, y las relaciones bilaterales se enrarecieron en los años 80.
Bangladesh arguye que la construcción del embalse provocó trastornos ambientales en su territorio y afectó los medios de susbistencia de millones de campesinos.
Un informe publicado en Suecia identificó el peor impacto de la represa de Farakka en el distrito de Khulna y en el sur del distrito de Rajshahi, ambos en Bangladesh y con una población de 35 millones de habitantes,
Las granjas, la pesca y la actividad forestal resultaron duramente perjudicadas, obligando al menos a dos millones de personas a emigrar de Khulna.
El consumo de pescado, la principal fuente de proteínas en Bangladesh, cayó más de un tercio, y la producción de madera disminuyó dos tercios, según el informe. (FIN/IPS/tra- en/pb/kd/mu/ff/en/96