Australia no se ha recuperado todavía de la derrota sufrida ante Portugal en la votación para ocupar uno de los 10 puestos no permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El primer ministro John Howard ordenó una revisión a fondo de las gestiones diplomáticas desempeñadas por el servicio exterior durante los últimos dos años para asegurarse un lugar -entre los cinco renovados este año- en el órgano más poderoso de la ONU.
El país gastó más de 500.000 dólares en esa campaña, pero tuvo que encajar, al concluir la jornada del lunes en Nueva York, un resultado de sólo 57 votos a su favor en la Asamblea General de la ONU, contra 124 que respaldaron a Portugal.
Este resultado levantó mucha especulación en los medios de comunicación, donde se analizan tres posibles explicaciones al fracaso diplomático.
Los medios se preguntan si una presión de India pudo gravitar, si el recién laureado premio Nobel de la Paz -residente en este país-, el exiliado de Timor Oriental José Ramos-Horta, realizó una campaña de desprestigio, o si la política de Canberra contra la inmigración asiática le enajenó el voto de esa región.
Greg Sheridan, editor de asuntos internacionales del diario The Australian, sugirió que el tono "gratuitamente anti-indio de los comentarios hechos por algunos de nuestros representantes" durante el debate del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares (CTBT) pudo haber provocado la reacción de Nueva Delhi.
India se negó a firmar el CTBT en septiembre, cuando fue rubricado por la mayoría de los Estados miembros de la ONU, incluyendo a las cinco potencias nucleares reconocidas (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos). La actitud de Nueva Delhi arrastra, por oposición, la negativa de Pakistán.
Pese a que Canberra se puso en la vanguardia de la moción que atrajo hacia la Asamblea General la resolución sobre el texto del CTBT, criticando duramente la posición india, el delegado permanente de Australia en la ONU, Richard Butler, sostuvo que ello no fue el factor decisivo en la derrota de esta semana.
Butler argumentó que si India tuviera tanta influencia sobre los Estados miembros, no hubiera perdido tan feamente a manos de Japón la puja por obtener el lugar de Asia entre los miembros no permanentes del Consejo, por 40 votos contra 142.
Tras haber anticipado, sólo unas horas antes de la votación, que Australia contaba con 125 votos, Butler sugirió después, al igual que ciertos medios, que en esta ocasión hubo compraventa de votos. Similares cargos fueron hechos por India contra Japón.
"Cuando los países atrasados en sus pagos a la ONU aparecen poco antes de la votación con un cheque certificado, es natural que se hable mal del asunto. Pero yo sólo puedo decir que las habladurías existieron", declaró Butler al Australian Financial Review.
El rumor que más circuló en Nueva York esta semana sugiere que Portugal pagó los aportes atrasados de algunos países africanos para conseguir su voto, pero la acusación fue enérgicamente negada por Lisboa.
Portugal se ha mostrado sensible a la causa de los militantes independentistas de Timor Oriental, que sostienen lo contrario en cuanto a Australia, lo cual dio base a la sospecha de que Ramos- Horta puede haber usado su nueva influencia para desviar votos.
En una entrevista radial, Ramos-Horta -que reside en Sydney- sostuvo que la actitud de Australia hacia Timor Oriental pudo haber contribuido a su derrota, pero que éste no parece ser el factor decisivo.
Ramos-Horta admitió que algunas delegaciones le consultaron sobre la política de Australia hacia Timor Oriental, y que él les confió su temor de que la posición de Canberra pudiera ser favorable a Indonesia si la cuestión se planteara en el Consejo de Seguridad.
"Mis desacuerdos con Australia sobre Timor Oriental son profundos, pero yo tengo un deber de lealtad para con este país", dijo Horta, quien goza de residencia permanente.
Richard Woolcot, experimentado diplomático retirado, que representó a Australia cuando por última vez ocupó un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, en 1984, también cree que la cuestión de Timor Oriental fue un factor marginal en la derrota de Australia.
El diplomático señaló la abrumadora victoria de Japón sobre India, pese a que la política japonesa hacia Indonesia y Timor Oriental es casi idéntica a la de Australia.
En la votación del lunes, Australia compitió dentro de un grupo de países que dispone de dos plazas, llamado "Europa Occidental y Otros", que en esa última categoría incluye a las antiguas colonias británicas. El otro puesto fue llenado por Suecia.
La elección de este año consistió en llenar cinco plazas que dejan vacantes Botswana (Africa), Alemania e Italia (Europa Occidental y Otros), Honduras (América Latina) e Indonesia (Asia).
Esos puestos, con un mandato de dos años (1997-98), serán ocupados por Kenia (Africa), Portugal y Suecia (Europa Occidental y Otros), Costa Rica (América Latina) y Japón (Asia).
Los nuevos miembros no permanentes se unirán a los otros cinco, que tienen mandato hasta finales de 1997: Chile, Egipto, Guinea- Bissau, Polonia y Corea del Sur. Sin contar a los cinco miembros permanentes: Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/ks/cpg/arl/ip/96