El reconocimiento de que hasta 1991 en la "Escuela de las Américas" se usaron manuales militares que incitaban a la violación de los derechos humanos avivó las críticas sobre una supuesta "doble moral" de Estados Unidos en sus relaciones con América Latina.
Una investigación realizada por una comisión del Departamento de Defensa de Estados Unidos reveló la semana pasada que entre 1982 y 1991 en ese organismo se instruyó a militares de la región en técnicas violatorias de los derechos humanos.
La investigación fue exigida por el Congreso estadounidense tras recibir denuncias sobre ilegalidades allí cometidas.
De acuerdo con los manuales entregados a los oficiales que asistían a los cursos en la escuela, es lícito el uso de la intimidación, los sobornos, ejecuciones extrajudiciales, falsas detenciones y la aplicación de drogas contra los prisioneros de quienes se desea obtener información.
En diciembre de 1989 Estados Unidos invadió Panamá y derrocó al general Manuel Noriega tras ser acusado por Washington de violar los derechos humanos, anular las elecciones del 7 de mayo de ese año y de traficar con drogas.
Curiosamente, Noriega había pasado el curso de inteligencia de la Escuela de las Américas con uno de los puntajes más altos logrados por un militar latinoamericano desde que el centro fue fundadpo en 1946 en las riberas del canal de Panamá.
Otros nueve militares que lideraron dictaduras en América Latina también pasaron por los cursos que impartió la Escuela a 45.000 oficiales de la región en sus 50 años de existencia, entre los cuales 170 ocuparon luego la jefatura de sus ejércitos y altos cargos en gobiernos de facto.
La Escuela de las Américas se retiró de Panamá en octubre de 1984 -en cumplimiento de los tratados canaleros de 1977- y se trasladó a Fort Benning, en el estado estadounidense de Georgia, donde tiene su sede actual.
El informe del Departamento de Defensa, así como otras revelaciones hechas por un particular, provocó duras críticas y una demanda de cierre de la Escuela por parte del congresista del Partido Democráta Joseph Kennedy.
Kennedy dijo que los jerarcas del centro de instrucción siempre se ufanaron de que 10 de sus ex alumnos habían llegado a la presidencia en América Latina. "Lo único malo es que ninguno de ellos fue elegido democráticamente", afirmó.
El sacerdote de la orden Maryknol Roy Bourgeis, presentó el 26 de septiembre un video en Washington con el testimonio de un hombre que acusó a Estados Unidos de haber secuestrado y torturado a civiles panameños cuando la escuela se encontraba en este país.
Según la corresponsal en Washington del diario panameño La Prensa, Betty Brannan, el testigo presentado por Bourgeis afirmó que en varias ocasiones civiles panameños secuestrados fueron utilizados como "conejillos de indias" en los cursos de tortura impartidos a los oficiales de la región.
Brannan precisó que también se enseñaba a recurrir a tormentos psicológicos, como grabaciones con gritos desgarradores de niños y mujeres o el secuestro de familiares de los detenidos.
Los métodos de interrogatorio descritos por el testigo fueron una práctica corriente durante los regímenes militares de facto que imperaron en Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia y Chile en las décadas de 1960, 1970 y parte de 1980.
El sociológo Raúl Leis, directivo del no gubernamental Centro de Estudios y Acción Social (Ceaspa), señaló a IPS que el esquema contrainsurgente que ha dominado la política militar de Estados Unidos hacia la región "no ha cambiado pese al fin de la guerra fría".
Además de los 45.000 oficiales graduados en la Escuela de las Américas, el ejército estadounidense ha impartido adiestramiento militar de corta duración a alrededor de 250.000 uniformados de la región en las bases radicadas en las riberas del canal.
Asimismo, formó 20 equipos móviles integrados por unos 30 hombres para ir a impartir entrenamiento "in situ" en varios países del área en los últimos años, destacó Leis.
"En otras palabras -subrayó- en las bases del canal ha funcionado una universidad de la guerra que nada tiene que ver con la defensa del canal y que en muchas ocasiones ha enseñado a los ejércitos latinoamericanos a combatir contra sus propios pueblos".
Precisó que los métodos usados en la Escuela de las Américas "revelan la doble cara de Estados Unidos hacia América Latina y que (Washington) tiene una cara oculta en prevención del futuro, pese a que ahora proclama el respeto por los derechos humanos y los gobiernos regidos por civiles".
Calificó como "lamentable y grave" que una institución influyente como la Escuela de las Américas, "que potencia el liderazgo entre sus egresados, siga empujando a oficiales de América Latina a asumir un rol represivo y antisubversivo".
"¿Qué ocurriría si las cosas (en América Latina) no marchan como ellos (Estados Unidos) quieren?", se preguntó Leis.
En 1978, este sociólogo y el periodista Herasto Reyes publicaron un libro en el que denunciaban el uso de los mismos métodos violatorios de los derechos humanos ahora revelados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
El directivo de Ceaspa indicó que ello reafirma aún más la posición de los sectores que se oponen a que Estados Unidos prolongue su presencia militar en Panamá luego del 31 de diciembre de 1999, cuando prescriban los tratados del canal.
Explicó que "nada impide" que en las bases que Washington desea mantener en el canal vuelvan a formarse equipos móviles de entrenamiento militar para ser enviados a otros países del área, como ocurrió entre 1946 y 1984, cuando la Escuela de las Américas funcionaba en este país.
Sin embargo, el secretario adjunto del Ejército de Estados Unidos Joe Reeder, afirmó en Washington que "nada de lo que se alega sobre lo que se enseña en la Escuela de las Américas tiene vigencia o relevancia hoy en día".
En medio de críticas de la prensa estadonunidense, Reeder dijo que "los manuales eran pocos y apenas fueron descubiertos los sacaron de crculación", pese a que no aclaró por qué se usaron durante nueve años sin ser detectados por el gobierno. (FIN/IPS/sh/dg/ip-hd/96)