AMERICA: EEUU levanta muros mientras discute temas migratorios

Delegados de 10 países de América se reúnen en México para evaluar sus políticas migratorias y coordinar estrategias, mientras Estados Unidos se felicita por levantar nuevos muros en su frontera usando tecnología de guerra.

Se trata de un capítulo más en una serie de choques entre esfuerzos diplomáticos dirigidos a atender un problema social que enrarece las relaciones entre los latinoamericanos y Estados Unidos y medidas policiales que buscan frenar la migración.

La cita de dos días, iniciada este martes, analizará los avances de los acuerdos adoptados en la Primera Conferencia Regional sobre Migración, realizada en marzo con la participación de Belice, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá.

En esa oportunidad se decidió coordinar estrategias para proteger los derechos de los migrantes, castigar a quienes promueven su tráfico y respetar la decisión soberana de cada país a salvaguardar sus fronteras.

La nueva reunión, donde participa Estados Unidos, es de carácter técnico y busca perfeccionar el trato a un problema que debería ser visto como un "fenómeno integral, sin criminalizarlo", dijo Enrique Loaeza, coordinador de Protección y Asuntos Consulares de la cancillería de mexicana.

En más de una ocasión el gobierno del presidente Ernesto Zedillo presentó protestas diplomáticas contra Washington por el trato que se da en Estados Unidos a los indocumentados, quienes son contratados como mano de obra barata.

México y Estados Unidos comparten una frontera de 3.200 kilómetros por la que cada año cruzan en forma ilegal alrededor de un millón de latinoamericanos, especialmente mexicanos y centroamericanos.

En forma paralela al encuentro sobre migración, se informó desde el sur de Estados Unidos que en menos de dos meses estará concluida la construcción de un muro metálico de 2,8 kilómetros de longitud y tres metros de alto coronado con un rollo de alambre de púas.

"Esta obra de ingeniería representa un orgullo", señaló Jaime Arras, uno de los portavoces de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

El muro, que se suma a otros levantados antes por orden de Washington para contrarestar la migración, tiene un costo superior a los 300.000 dólares y será reforzado con tecnología de guerra como luz mercurial, cámaras de video de alta sensibilidad y sensores de suelo para rastrear a todo indocumentado.

Arras indicó que la nueva barrera, que separa ciudad Juárez, en México, y Sunland Park, en Estados Unidos, tiene cimientos de concreto reforzado con metal para evitar la construcción de túneles y que sus sistemas de control son parte de los usados por el ejército estadounidense en situaciones de guerra.

Jorge Bustamente, presidente del Colegio de la Frontera Norte, instituto académico mexicano especializados en temas migratorios, sostiene que Estados Unidos mantiene una doble moral, pues por un lado persigue a los migrantes y por otro los usa como mano de obra barata.

Según la estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos, en Estados Unidos se han incrementado las posturas xenófobas y de discriminación racial, y hay un auge de nacionalismos, tradiciones históricas profundas e "ideologías neofascistas y neorracistas".

En los úlitmos meses, el tema migratorio fue usado en Estados Unidos como caballo de batalla en la campaña electoral en la que aspira a la reelección el presidente Bill Clinton. Se reforzaron los controles en la frontera y se presentaron en el Congreso medidas para evitar que se contrate a indocumentados.

Pero los problemas migratorios no sólo existen en la frontera entre México y Estados Unidos. También los hay entre México y sus vecinos latinoamericanos, cuyos migrantes usan a este país como lugar de tránsito.

Para llegar a Estados Unidos miles de latinoamericanos cruzan México, donde según organizaciones humanitarias sufren múltiples vejámenes.

El gobierno mexicano desea el diálogo para entender el fenómeno migratorio y enfrentarlo como un problema social y no delictivo, declaró el canciller mexicano, José Gurría, al inaugurar la cita que reúne a representantes de 10 países.

México prometió adoptar políticas para mejorar el trato a los viajeros ilegales y evitar que sean sujetos de abuso. (FIN/IPS/dc/ag/ip-pr/96

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