Los desafíos de un mundo cambiante han puesto en crisis la educación superior de América Central, se advirtió en el primer foro regional "La Universidad Centroamericana hacia el tercer milenio", celebrado esta semana en Costa Rica.
El director regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Juan Chong, atribuyó la crisis al impacto de profundos cambios en el mundo y al acelerado proceso de transformación y crecimiento de la ciencia y la tecnología.
Se dice, agregó Chong, que entre 1900 y 1950 se produjeron más cambios tecnológicos que en toda la historia anterior de la civilización, y que el ritmo de los descubrimientos y sus aplicaciones tecnológicas se ha multiplicado desde entonces por seis, mientras el volumen de información disponible en el mundo se duplica cada dos años.
Tras preguntarse qué hacer en América Central frente a los retos existentes, Chong señaló que la región debe "echar a volar la imaginación y la creatividad para diseñar la universidad que necesitan estos países para el tercer milenio que se avecina".
Para el éxito de la misión, destacó la importancia de la cooperación internacional como aliado adicional para lograr el desarrollo y la transmisión de conocimientos, investigación, innovación, enseñanza y capacitación, y educación permanente.
Por su parte el presidente del Consejo Superior Universitario de Centroamérica, Gustavo García de Paredes, apuntó que estos "tiempos nuevos" afectan seriamente a todas las universidades del mundo, pero el mayor desafío es para América Latina.
Los problemas de los centros de enseñanza superior se focalizan en las áreas de la calidad y la eficiencia académica y administrativa, que se vuelven más difíciles de atender con las menguantes disponibilidades presupuestarias y físicas que las agobian en forma permanente, dijo García de Paredes.
El proyecto de cambio y renovación que exige la crisis de esas instituciones "tiene que ser agresivo y totalizante", para hacer posible el cambio de estructuras secularmente obsoletas, variar procedimientos académicos y atender las cuestiones universitarias sustantivas, agregó.
Entre tales cuestiones, García de Paredes citó el déficit de calidad docente, la necesidad de mejorar la capacitación de académicos, estudiantes y administrativos, y de desarrollar con decisión y política continuada las metas que por consenso señalen los claustros académicos.
Carlos Tunnermann, consejero del director regional de la UNESCO, observó que la universidad constituye un recurso fundamental para la competitividad de los países en el mundo actual.
Es en las universidades donde se promueve la mayor parte del valor agregado a los bienes, porque es en las esferas superiores de la educación donde se realiza la mayor parte de las investigaciones científicas y tecnológicas que demanda la globalización en todas las esferas, afirmó Tunnermann.
Así mismo, indicó que el mejoramiento de la educación exige aumentar el apoyo financiero al sector, que debería aumentar del promedio actual de cuetro por ciento a seis o siete por ciento del producto interno bruto de cada país.
En fuentes del foro regional se calculó la población universitaria de América Central en unos 400.000 estudiantes. (FIN/IPS/wc/ff/ed/96
