AMBIENTE: Vigilan vuelos migratorios de gavilanes a las pampas

Cientos de miles de gavilanes Swainson iniciaron su maratónica migración que los llevará a través de 16 países americanos, un viaje épico de 11.000 kilómetros.

Tras abandonar a fines de octubre las llanuras del norte de Saskatchewan y Alberta, en el oeste de Canadá, como tambien en el noroeste de Estados Unidos, los gavilanes deben llegar a sus zonas de invernada en las pampas argentinas a mediados de noviembre.

Mientras vuelan, funcionarios responsables de la fauna silvestre en dos continentes los observan para comprobar si un nuevo acuerdo internacional evitará su envenenamiento con pesticidas en Argentina que, en los últimos años, han matado a más de 20.000 gavilanes y diezmado las bandadas que regresan al norte.

"Creo que las cosas andarán mejor este año", pronosticó Pierre Mineau, jefe de la sección de pesticidas del Servicio Canadiense de Fauna Silvestre, una sección del Ministerio del Ambiente. "No creo que resolveremos el problema, pero pronto veremos cuánto hemos progresado".

Brian Woodbridge, homólogo de Mineau en el Servicio Forestal de Estados Unidos en Yreka, California, se mostró más cauto. "Voy a esperar y ver qué pasa este año antes de izar la bandera de la victoria", dijo.

Woodbridge y Mineau forman parte de un grupo de expertos norteamericanos que quedaron azorados por las bajas en las bandadas de gavilanes Swainson, una de mas mayores especies de aves sobre las llanuras de Canadá y Estados Unidos, que todavía suman 400.000.

"Afortunadamente, todavía no son aves raras", apuntó Mineau.

La respuesta del enigma se produjo cuando granjeros argentinos y estudiosos descubrieron grandes cantidades de gavilanes muertos en los campos que habían sido rociados con monocrotofos, un insecticida tóxico que ha sido prohibido en Canadá y voluntariamente quitado de circulación en Estados Unidos por su antiguo fabricante, Dupont.

Sin embargo, el insecticida se sigue vendiendo en América Latina. La compañía suiza Ciba-Geigy lo comercia bajo la marca Nuvacron.

En Argentina, la sustancia química fue empleada para combatir las plagas de saltamontes, uno de los alimentos básicos de los gavilanes, en los campos de alfalfa, girasol y algunos cereales.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, en un estudio financiado por Canadá, compiló datos de 18 informes de envenenamientos entre octubre de 1995 y febrero de 1996, el mayor de los cuales arrojó un saldo de 3.000 gavilanes muertos.

No obstante, Woodbridge informó haber visto que una entera bandada de 7.000 aves resultó exterminada.

En un caso, "encontramos gavilanes que sobrevolaban campos que acababan de ser rociados. Fueron abatidos porque sus alas quedaron parcialmente contaminadas", declaró a la revista Audubon.

En respuesta a la masacre, el gobierno federal argentino prohibió el empleo de monocrotofos para controlar los saltamontes y en los campos de alfalfa donde los gavilanes buscan su alimento.

Una fuerte presión pública e internacional obligó a actuar a Ciba-Geigy. En agosto, funcionarios de la compañía se reunieron en Washington con ambientalistas canadienses y accedieron suspender las ventas de monocrotofos en las pampas, recomprar las existencias en depósito y tratar de persuadir a otros fabricantes que los imiten.

Woodbridge, quien acaba de llegar de otro viaje a Argentina, declaró a IPS desde su oficina en el norte de California que la respuesta había sido mejor de lo esperado.

"Allí hay gran actividad en apoyo del gavilán Swainson", informó.

"En las pampas, hay carteles por todas partes que dicen 'no maten esas aves'. Está causando una minirrevolución. En el gobierno, por ejemplo, hay gente que está tratando de poner en marcha numerosas alternativas a largo plazo en la administración convencional de la agricultura", apuntó.

Mineau tambien elogió a sus contrapartes en el gobierno argentino "que han tomado esta cuestión muy seriamente.". Señaló que una ley argentina sobre pesticidas, que data de 1969, ahora parecía "increíblemente retrógrada".

Sin embargo, indicó que esas medidas siguen siendo problemáticas en Argentina, particularmente en una época de austeridad oficial. Expresó tambien que la muerte de los gavilanes subrayaba la necesidad de un nuevo mecanismo para afrontar cuestiones transnacionales de pesticidas.

Explicó que la clase más persistente de pesticidas, conocidos como órganoclorinos (que incluyen el DDT) son regulados por tratados internacionales. No obstante, esto no ocurre con los menos persistentes, si bien resultan a veces agudamente venenosos.

Luchar contra sustancias químicas ponzoñosas en todos los países sobre los cuales pasa esa ave migratoria es casi imposible, observó Mineau. "Yo participé en los esfuerzas para que fueran prohibidas en Canadá, y eso ya es un progreso".

Judy Shaw, gerente de políticas gubernamentales de Ciba-Geigy en Toronto, defendió lo actuado por su empresa y dijo que el problema surgió porque nuevos cultivos fueron introducidos recientemente en las pampas. "Cuando cambia la agricultura y los métodos de cosecha, entonces debemos ajustar las herramientas que usamos".

Expresó que "dudo mucho que los monocrotofos hayan sido pensados como avicidas". Agregó que su compañía jamás aprobó su empleo para controlar saltamontes, y la sugerencia de Mineau, que se debió advertir específicamente sobre su uso en ese sentido, habría sido demasiado complicado. (FIN/IPS/tra-en/sd/yjc/ego/en).

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