El presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, amonestó severamente al ministro de Ambiente y Seguridad Nuclear de Ucrania, Yuri Kostenko, por sus declaraciones "alarmistas" sobre el estado del sarcófago que contiene el destrozado reactor número cuatro de Chernobyl.
En 1986, la central de Chernobyl fue escenario del peor accidente nuclear de la historia. El reactor número cuatro explotó, y la nube radiactiva no sólo afectó a Ucrania y Rusia, sino también a la actual Belarús y algunas regiones de Suecia.
La explosión afectó un área donde vivían 600.000 habitantes, de los cuales hasta 1993 habían fallecido 7.000 a causa de la alta radiación recibida. El reactor fue recubierto con una capa de material de hasta ocho metros de espesor, formando la estructura que fue bautizada como el sarcófago.
El ministro sugirió que tres recientes aumentos en el flujo de neutrones dentro del sarcófago podrían significar el comienzo de una reacción en cadena que podría provocar una nueva explosión.
Sin embargo, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Volodymyr Horbulin, afirmó que Kostenko está equivocado, y el director de la planta de Chernobyl, Sergei Parashyn, negó cualquier aumento en el nivel de radiación.
Según Parashyn, lluvias torrenciales ocasionaron la filtración de agua por debajo del reactor encerrado y esto ocasionó una falla en el equipo de medición, que registró un cambio en la densidad del flujo de neutrones.
Un portavoz de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) coincidió con esta evaluación, aunque admitió que posiblemente nunca se encuentre una explicación completa, mientras expertos occidentales consideran que es poco probable una nueva explosión.
Un especialista británico explicó que, aunque se registró un nivel de radiación o flujo de neutrones 100 veces superior al normal, sólo tres de los 25 instrumentos de medición instalados dentro del sarcófago registraron ese aumento.
"Si éste fuera el comienzo de una reacción en cadena, todos los monitores responderían", insistió. Esta opinión es compartida por Valery Khukhar, principal asesor presidencial sobre política nuclear.
"No hubo incremento alguno de calor o de radiación gama, lo cual ocurriría en caso de un aumento del flujo de neutrones", destacó.
No obstante, un funcionario del Ministerio de Energía Atómica de Rusia advirtió que los equipos del sarcófago para la detección de radiación gama y de neutrones no es confiable.
"La vida útil de los sistemas para registrar el nivel de radiación gama y de neutrones, así como la temperatura y la humedad dentro del sarcófago que encierra la unidad cuatro de la central nuclear de Chernobyl, ha expirado, y ya no se puede confiar en sus lecturas", sostuvo Georgiy Kaurov, jefe de información del Ministerio.
Kostenko atribuyó inicialmente el aumento de radiación a fallas en los equipos de medición, pero posteriormente aceptó que se trataba de registros válidos y urgió a Occidente a acelerar la construcción de un nuevo sarcófago.
La decisión de Ucrania de cerrar Chernobyl para el año 2000 se basó en la promesa de países occidentales de financiar la construcción de una nueva estructura, y expertos occidentales opinan que ahora Ucrania está utilizando el incidente para obtener los fondos.
La nueva estructura ofrecería una protección segura para más de 200 toneladas de combustible nuclear que aún permanecen en el reactor cuatro, hasta que su radiactividad se reduzca al punto de que el manejo del material esté exento de riesgos.
El actual sarcófago fue construido hace ya una década como medida de emergencia, con una vida útil de 10 años. (FIN/IPS/tra-en/ai/rj/ml/en/96