Bajo un acuerdo sujeto a aprobación legislativa, el multimillonario de Texas Charles Hurwitz acordó hoy entregar 29.000 hectáreas de bosques de secuoyas a cambio de 380 millones de dólares, tierras, y otros bienes del gobierno, en una medida que indignó a ambientalistas.
Lejos de poner fin a un conflicto de 10 años sobre el bosque de Headwaters, que se extiende sobre 232.000 hectáreas, unos 400 kilómetros al norte de esta ciudad, el acuerdo fue condenado por defensores de las secuoyas, según quienes es necesario proteger el hábitat de muchas especies en peligro.
Más de 1.000 personas realizaron el fin de semana una manifestación de protesta pacífica en la localidad de Arcata, cerca de Headwaters.
Las demostraciones continuarán mientras dure la extracción de madera en otras partes del bosque, en la punta noroeste de California, único hábitat de varias especies animales y vegetales, anunciaron activistas.
La senadora demócrata Dianne Feinstein de California, quien medió durante semanas de negociaciones, dijo que con el acuerdo "todos salieron ganando".
"Sabíamos que no satisfaría a todos los ambientalistas, pero se puede hacer lo que se puede", dijo la senadora, y añadió que "si alguien está dispuesto a reunir dinero y hacer una oferta, está en libertad de hacerlo".
Los defensores del medio ambiente se proponen continuar la lucha. Alrededor de 96 por ciento de los 7,7 millones de hectáreas de secuoyas que una vez cubrieron la costa de California han sido taladas durante el último siglo.
Las protestas comenzaron 10 años atrás, cuando Hurwitz, de la empresa Maxxam Inc., compró la compañía Pacific Lumber, de San Francisco, por 1.800 millones de dólares. La explotación de la madera se intensificó tras la compra.
Desde entonces, grupos ambientalistas urgen al gobierno a que tome la tierra, abandonando demandas federales contra el financista de texas resultantes de la quiebra del banco que poseía. El gobierno federal ha gastado 1.600 millones de dólares en pagos a inversores del banco.
Los activistas están especialmente indignados ante el hecho de que el plan del gobierno de adquirir la madera bajo un nuevo acuerdo depende de la finalización en 10 meses de un plan de conservación de las tierras remanentes de Pacific Lumber en el área.
Teóricamente, el plan brindaría protección para las especies, pero también permitiría la explotación de la madera al menos por 25 años.
Durante los 10 meses de trabajo del plan, deberá detenerse la tala en las tierras a ser vendidas. Pero si no hay un acuerdo sobre un plan de conservación, la totalidad del paquete, incluyendo la compra de la reserva, quedará anulada. (FIN/IPS/tra-en/pc/yjc/lp/en/96