Representantes de unos 20 grupos ecologistas de América Latina, Europa y Asia, propusieron en Honduras una moratoria mundial contra la expansión de la industria camaronera, que amenaza con destruir los recursos costeros del planeta.
Al término de un foro para evaluar el impacto ecológico de la camaricultura, los grupos ambientalistas sostuvieron que la industria del camarón cultivado está causando serios daños en países como India, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Brasil, Bangladesh y Tailandia.
Mattew Gianni, de la organización ecologista Greenpeace, una de las coordinadoras del foro, dijo este jueves a IPS que si los países no se unen para "frenar la expansión de la camaricultura, las consecuencias ecológicas serán nefastas para el planeta".
"Si comenzamos ahora a ejercer presión para declarar una moratoria mundial contra la expansión de ésta industria, estaremos a tiempo para salvar nuestras vidas, porque desarrollo no significa exterminio de los recursos naturales", afirmó.
Los grupos ecologistas emitieron una proclama conocida como "Declaración de Choluteca", que busca frenar la expansión del camarón cultivado, mientras se estudia la mejor forma para hacer de esta industria una actividad sostenible.
La propuesta será elevada a las Naciones Unidas y los organismos de crédito internacional a fin de condicionar la ayuda que otorgan a los países del Tercer Mundo que practican la camaricultura.
De acuerdo a los participantes del foro, la camaricultura carece de mecanismos tecnológicos viables que garanticen una explotación racional de los recursos, pues utilizan métodos a base de químicos que descomponen las especies marinas.
Saúl Montúfar, de la organización para la Defensa de la Flora y Fauna del Golfo de Fonseca (Coodefagol) de Honduras, dijo que los ecologistas no se oponen a la existencia de camaroneras, sino "a su forma de trabajo, que en nada beneficia al ambiente y los seres humanos".
En el Golfo de Fonseca, un área marítima que comparten Honduras, Nicaragua y El Salvador, la camaricultura amenaza con agotar los recursos marinos si continúa su expansión desordenada iniciada hace ocho años.
El Ministerio de Ambiente de Honduras, dijo su titular Carlos Medina, es consciente del daño que las camaroneras están realizando en el país. "Declaramos hace un mes una moratoria a su expansión", recordó.
"La moratoria, que durará un año y puede ser prorrogable si así lo amerita la situación, consiste en no dar licencias para la expansión de nuevas fincas camaroneras, ni de aquellas hectáreas dadas en concesión a esta industria y que aún no han sido utilizadas", dijo.
La situación del Golfo de Fonseca amerita un estudio serio de impacto ambiental, porque "desarrollo y sostenibilidad no debe entenderse como una cuestión de lucro", aseveró.
El anuncio de Medina fue aplaudido por los asistentes al foro, que apreciaron una iniciativa para frenar el deterioro de una de las reservas ecológicas más importantes con que cuenta América Central.
El encuentro de Cholutecma iniciado este martes, fue calificado por los empresarios camaroneros de Honduras como una "intromisión extranjera" en sus intereses.
Honduras y Nicaragua son los dos países centroamericanos cuyos recursos marinos podrían agotarse si no se controla la industria del camarón cultivado.
En Ecuador, principal productor de camarón cultivado a nivel latinoamericano y cuarto a nivel mundial, la camaricultura ha agotado casi todos los recursos marinos, denunció Acción Ecológica, un organismo ambientalista de Quito. (FIN/IPS/tm/dg/en/96