El director general de FAO, Jacques Diouf, destacó hoy el desequilibrio entre un Norte industrializado "obeso" y un Sur en desarrollo que padece hambre, al celebrar en Roma el Día Mundial de la Alimentación.
Diouf advirtió que más de 800 millones de personas no tienen la seguridad de saciar el hambre, pese a que la producción mundial de alimentos es suficiente para todos.
Frente a la inseguridad alimentaria de varios países, otras naciones presentan superproducción de alimentos y no saben qué hacer con sus excedentes, agregó.
"Y también resulta paradójico que 2.000 millones de personas padezcan carencias nutricionales, mientras en algunos países la obesidad reduce la esperanza de vida", dijo el director de FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
La superación de esas contradicciones será tarea de los jefes de Estado y de gobierno que entre el 13 y el 17 de noviembre participarán de la Cumbre Mundial de la Alimentación, que FAO prepara en Roma.
La Cumbre, para la que ya confirmaron su participación los líderes de 100 países, tiene de objetivo lograr un compromiso internacional con la causa de la seguridad alimentaria mundial.
Las existencias almacenadas de cereales en el mundo han caído a bajo nivel y los precios aumentaron entre 30 y 50 por ciento.
La Tierra deberá proporcionar alimento en el 2030 a una cantidad adicional de 3.000 millones de personas.
"Para mantener los niveles actuales de disponibilidad de alimentos será necesario aumentar de forma rápida y sostenible la producción, para incrementar los suministros más de 75 por ciento sin tener que destruir los recursos naturales", dijo Diouf.
Para terminar con el hambre, es necesario "garantizar el acceso de todos a los alimentos" y buscar "nuevos modelos de producción y de abastecimiento que tengan en cuenta el equilibrio ambiental y la disponibilidad de recursos hídricos", señaló.
En su opinión, debe seguirse el ejemplo de la llamada revolución verde, que permitió a Asia "vencer la escasez".
"Lucha contra el hambre y la desnutrición" es el lema del Día Mundial de la Alimentación de este año, que coincidió con el 51 aniversario de la fundación de FAO
En la ceremonia oficial organizada por FAO intervino el presidente de Costa de Marfil, Henri Konan Beddie, quien destacó que 130 de los 800 millones de personas que padecen hambre residen en Africa.
Beddie instó a los jefes de Estado y de gobierno del Norte que asistirán a la Cumbre de noviembre a tener en cuenta que la ayuda al Sur exige el alivio de su deuda externa.
El Sur también necesita apoyo para lograr precios justos para sus materias primas y un nuevo enfoque en el diseño e implementación de proyectos de desarrollo para evitar la repetición de derroches del pasado, afirmó.
El ministro de Ambiente de Italia, Edo Ronchi, prometió una contribución "esencial" de su país para el éxito de la Cumbre Mundial. Italia aportó 1,3 millones de dólares a la organización de la conferencia.
Ronchi observó que la producción agrícola mundial se encuentra "estancada", mientras la demanda crecerá 60 por ciento en los próximos 25 años, según proyecciones de FAO.
El objetivo de alimentar adecuadamente la población mundial del siglo XXI exige medidas eficaces para conservar los suelos fértiles, mejorar el uso del agua, controlar las plagas de la agricultura y modificar incluso las costumbres alimentarias, declaró el ministro.
El Papa Juan Pablo II destacó en un mensaje a FAO el valor de la solidaridad y de la comunión de los bienes, pues "la ayuda material es insuficiente". (FIN/IPS/jp/ff/dv/96
