ALIMENTACION: Campesinos andinos trazan su propio camino a Roma

Organizaciones campesinas de los países andinos de América del Sur trazan caminos propios para dejar la miseria y apuntalar la seguridad alimentaria en la subregión: desde nuevas agrupaciones para producir hasta el diseño de políticas públicas.

Se trata de objetivos planetarios que discutirá la Cumbre Mundial de la Alimentación, del 13 al 17 de noviembre en Roma, vistos desde la experiencia de organizaciones no gubernamentales y gremiales reunidas en Caracas, y cuyos participantes dialogaron con IPS.

"La participación de la comunidad será la clave de cualquier programa que traduzca el plan de acción de Roma", destacó Rito Gómez, presidente de la Asociación de Usuarios Campesinos de Colombia, impulsora de "un contrato social rural".

En Bolivia, mujeres campesinas que cuestionaron donaciones y organizaron una granja avícola pudieron lograr "la nutrición de nuestras familias y el acceso a mejores alimentos en la comunidad", narró Ninoska Arauz, del Centro de Mujeres Rurales del municipio de Mineros, provincia de Santa Cruz.

"La globalización es un proceso inventado por los poderosos, que los débiles no pueden enfrentar cada quien por su lado", señaló José Muñoz, del proyecto Tunapuicito, que en el oriente de Venezuela reúne a 200 familias sembradoras de tubérculos y raíces para elaborar alimentos concentrados para animales.

Antonio Moreno, secretario de la Confederación Campesina del Perú, abogó por "un plan integral de desarrollo rural", que vaya desde la recuperación de plantas nativas hasta la conquista campesina de poder político local y parlamentario.

Su colega Germán Espinoza, de la Federación de Organizaciones Campesinas de Ecuador, teme que el medio rural ecuatoriano sea campo de conflicto si el gobierno no cambia las políticas hacia el sector, con reorientación de recursos y alivio de los intereses onerosos que se cobran por los créditos.

"La diversidad de propuestas y experiencias muestra la riqueza de respuestas al modelo único neoliberal que se quiere imponer", según Manuel Gómez, de la red venezolana Acción Campesina, organizadora del encuentro.

Esa búsqueda y defensa de la diversidad guió el debate sobre "Organización y participación campesina en los procesos de integración y globalización", revisándose desde pequeñas experiencias locales hasta grupos de medidas nacionales.

Por ejemplo, se estudió el programa de reinserción social y económica en el campo colombiano de ex guerrilleros que depusieron las armas y recibieron tierras, crédito o asistencia.

Unos 700 antiguos guerrilleros obtuvieron 13.600 hectáreas y el resultado es el mejoramiento de "la infraestructura social e institucional en las áreas campesinas donde se asientan", dijo Luis Hernández, del programa gubernamental para la reinserción de ex insurgentes.

Los ex guerrilleros ganan protagonismo en sus comunidades a los políticos tradicionales "y, como los procesos de apertura han golpeado a los pequeños productores, para minimizar el impacto ayudan a organizar entes colectivos", explicó Hernández.

Frente a otro drama colombiano, el narcotráfico, la Asociación de Usuarios propone un programa de erradicación parcial de plantaciones de coca, su sustitución progresiva y mejores precios para los cultivos tradicionales.

En Perú, la Confederación que dirige Moreno tiene un programa para reconstruir el campo en 10 años, que comienza por "revertir" la política neoliberal del presidente Alberto Fujimori, que busca el "fraccionamiento" de los sindicatos gremios y destina 50 por ciento del presupuesto del Estado "a pagar deuda y gastos militares".

El programa de la Confederación incluye la "defensa del medio ambiente, la recuperación de las papas y demás plantas nativas, la defensa del germoplasma, luchar contra la pobreza y por la seguridad alimentaria, y procurar con diversificación y planificación que el agricultor escape del monocultivo", informó Moreno.

Destacó además la necesidad de "una nueva educación, que por ejemplo, enseñe a usar abono natural en vez de agroquímicos", y de "buscar poder político, para que en el parlamento esté nuestra gente y no una figura como Susy Díaz (ex bailarina de un local nocturno) y su llamado Movimiento Agrario".

Por su parte, Espinoza expresó preocupación ante los efectos de "las políticas neoliberales", que beneficiaron "sobre todo a los exportadores bananeros y camaroneros, mientras se ha descuidado la producción de alimentos básicos para la población".

El problema "se acentúa en la sierra (montañas andinas), donde prolifera el minifundio, en tierras muy agotadas", agregó.

"En nuestra agenda agrícola y alimentaria figura la adopción de medidas que aumenten el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables", dijo Espinoza, "y reorientar recursos en créditos a la producción, con tasas adecuadas de interés".

En Colombia "proponemos en primer lugar la planificación, para que cese la anarquía de que todo el mundo produce lo que quiere, cuando y como quiere", expresó Rito Gómez, y en segundo término, fijar "metas exigibls a los planes".

Por ejemplo, aprobada la reconversión de deudas agrícolas por 375 millones de dólares, la definición de metas permitirá exigir al gobierno que cumpla con los plazos para sus aportes.

La seguridad alimentaria en Colombia, de acuerdo con Rito Gómez, "pasa por establecer qué podemos exportar y qué redes de comercialización vamos a poner a disposición del campesino".

Esa demana se justifica porque "un empresario moderno primero vende, y después produce lo que va a vender. El campesino primero produce y después regala su producción", agregó.

Los participantes en el encuentro de Caracas coincidieron en que es preciso contar con nuevas propuestas de educación para potenciar la autoestima del campesino, con base en ejemplos palpables entre los que fue destacada la experiencia de la granja avícola de Mineros, en Bolivia.

"La autoestima ha crecido entre nuestras 500 asociadas al valorarse su trabajo, su capacidad para la producción y para la programación", aseguró Arauz.

Así mismo, "la administración de los recursos por las madres implica más inversiones en las cosas que necesitan las familias", explicó.

La necesidad de garantizarse su mercado y de competir con pollos y huevos importados de Brasil, por otra parte, hace que las avicultoras de Mineros extremen el cuidado de sus productos. "Somos para los consumidores una garantía de calidad", dijo Arauz.

"La búsqueda de más alimentos para todos", resumió el venezolano Manuel Gómez, "pasa ahora y pasará después de la Cumbre de Roma por una vida más digna, porque todos los campesinos vivamos mejor". (FIN/IPS/hm/ff/dv pr/96

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