Los presidentes de Alemania, Roman Herzog, y Perú, Alberto Fujimori, desbordaron las fronteras de ambos países y pronunciaron en Colonia discursos de dimensión latinoamericana.
Los pueblos latinoamericanos "están tan cerca de Alemania como los norteamericanos, mucho más cerca que otros pueblos con los cuales nos vinculan menos raíces comunes", dijo Herzog el día 11 en el 80 aniversario de la Asociación Iberoamericana de Hamburgo.
Aludió así a los cinco millones de alemanes o descendientes que viven en América Latina, sobre todo en Brasil, Argentina, Chile y Guatemala.
En busca del papel que desempeñará en el siglo XXI, conseguida la reunificación del país, Alemania está redefiniendo sus relaciones en el mundo, de la misma manera en que la Unión Europea busca su posición entre Asia y América del Norte
Como la mayoría de los oradores de las "Jornadas latinoamericanas" celebradas la pasada semana en Colonia, Herzog señaló que Alemania ocupa el segundo lugar, después de Estados Unidos, entre los inversores extranjeros en América Latina.
Puntualizó que aquí la industria germana "va a la vanguardia en los mercados automotor y químico" y que "está muy bien en los sectores de la telecomunicación y la tecnología ecológica", en momentos en que el segmento de servicios admite una ampliación.
Herzog se remitió al romanticismo alemán, representado por Heinrich Heine (1797-1856), y al poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) para describir las estrechas relaciones culturales que vinculan a Alemania con América Latina.
Habló del auge de la literatura latinoamericana en la década de los 60 y sentó las bases de un mejor entendimiento cultural germano-latinoamericano por intermedio del colombiano Gabriel García Márquez, la chilena Isabel Allende, el brasileño Jorge Amado o el mexicano Leopoldo Zea.
Elogió la "increible heterogeneidad» de las actuales manifestaciones culturales latinoamericanas, que van desde la artesanía regional hasta un "arte cosmopolita".
Citó al escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, quien el día 6 fue galardonado con el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, en Francfort, como ejemplo del interés alemán por la intelectualidad latinoamericana.
El presidente de Alemania asistió a la ceremonia de entrega de dicho premio y fue el primero en felicitar al escritor, en presencia del embajador de España, José Pedro Sebastián de Ericey, y unas 400 personalidades alemanas.
Fujimori arrancó risas y aplausos a los asistentes cuando, apartándose del texto original, contestó a la mención de Vargas Llosa, su rival en las elecciones de 1990. Dijo que al triunfar en dichos comicios había dejado el camino libre para que Vargas Llosa continuara haciéndose famoso en el mundo como escritor.
Herzog recordó que Alemania ha sufrido el flagelo de dos dictaduras, por tanto sabe lo difícil que resulta reconstruir un país.
Por eso, Alemania ayuda a "consolidar la democracia, el Estado de Derecho, una justicia independiente, una moderna administración estatal, el respeto de los derechos humanos, la formación política de la población y la justicia social".
Reiteró igualmente el concepto "cooperación estratégica entre Alemania y América Latina", que había planteado por primera vez durante su visista al Brasil el año pasado.
Esto consiste en hacer frente de común acuerdo a los desafíos inminentes: el agujero de ozono, el narcotráfico, la delincuencia internacional, la explosión demográfica, la pobreza, la migración y los fundamentalismos de todo tipo.
Para ello es necesario desarrollar tres estrategias: la integracionista y la ecológica en América y Europa, y la de la paz en el mundo.
El presidente peruano calificó a la reunificación alemana como una empresa admirable que enseña que "la razón siempre triunfa".
Cuando asumió el poder en Perú, dijo Fujimori, el país se encontraba al borde del colapso estatal, la ruina económica y el caos social. Hoy, sin embargo, su gobierno consumado un "pequeño milagro, gracias al pueblo peruano".
Destacó que ha reinsertado al país en la comunidad financiera internacional, reformado profundamente el Estado, aniquilado prácticamente el terrorismo y reducido la hiperinflación al 11 por ciento anual, en tanto el crecimiento económico será este año de 3,5 por ciento y en 1997 de cinco por ciento.
Las inversiones extranjeras han aumento en 500 por ciento en los últimos cuatro años y las inversiones prometidas para los próximos tres años ascienden a 8.700 millones de dólares.
El anfitrión del banquete, Albrecht Raedecke, presidente de la Asociación Iberoamericana de Hamburgo y del Banco Germánico de América del Sud, calificó a Perú de "puma latinoamericano" en vista de los logros obtenidos en tan poco tiempo por el gobierno de Fujimori.
Dijo sentirse orgulloso de haber sido quien entragara personalmente a Fujimori la invitación para que visitara Alemania y de haber obtenido una aceptación "tan espontánea como las medidas correctas" que suele adoptar en su país.
El presidente peruano se despidió manifestando su satisfacción por poder dar la bienvenida el año próximo en Lima a la Cuarta Conferencia Latinoamericana de la Economía Alemana. (FIN/IPS/rc/ag/ip/96