Carente de capital extranjero y en malas condiciones para aprovechar por completo el levantamiento de un conjunto de medidas punitivas de la ONU, Serbia silencia a sus disidentes nacionalistas y entierra las diferencias con sus vecinos rivales.
Los principales pasos en el camino hacia los mercados mundiales de capital son acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya firmados y sellados, y el Banco Mundial, seguidos de la completa integración a ambos.
El beneficio adicional del acuerdo para la región es la renuncia efectiva a la larga resistencia de Belgrado a firmar por los activos de la antigua Federación Yugoslava, reducida por la secesión y la guerra a dos estados, Serbia y Montenegro.
Fue esta resistencia, liderada por nacionalistas serbios que aún consideran ilegal las secesiones de 1991 y el subsiguiente renacimiento independiente de los estados de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia, la que detuvo el proceso durante meses.
La Comisión Badinter de la Conferencia Internacional sobre la Ex Yugoslavia determinó en 1992 que la vieja federación se había "disuelto" en varios estados, permitiendo que los nuevos fueran reconocidos internacionalmente.
Belgrado nunca aceptó esta disposición, y por lo tanto no tuvo derecho a los activos de la vieja federación.
También hubo una considerable oposición a suscribirse a la férrea disciplina del FMI, considerada por muchos como "interferencia extranjera". La insistencia del FMI sobre la privatización tampoco fue aceptada por autoridades del Partido Socialista.
Pero la aceptación de los deseos del FMI y el Banco Mundial garantizará el levantamiento de la última y final "muralla" a las sanciones aplicadas a Belgrado en castigo por fomentar la guerra en Bosnia-Herzegovina.
Casi todos los observadores acordaron que el gobierno no tenía otra opción, enfrentado al creciente desastre económico y sin capitales extranjeros.
Bajo el cronograma fijado en noviembre por las conversaciones de paz de Dayton, el último conjunto de sanciones, que prohíbe a Belgrado el acceso a los fondos de los mercados internacionales de capital e instituciones, deberá ser levantado tres semanas después de las elecciones nacionales en Bosnia-Herzegovina, previstas para el 14 de septiembre.
Otro motivo es más prosaico. El gobernante Partido Socialista planificó una elección general para el 3 de noviembre, y espera sacar ventajas de lo que el equipo de su campaña presentará como el "triunfo" del gobierno para levantar el duro régimen de sanciones.
Las condiciones del FMI comienzan con la aceptación de Belgrado de 36,52 por ciento de los activos y obligaciones de la ex federación de seis miembros en manos de la institución. Belgrado se había resistido a este precedente de la cuota desde que se creó, en noviembre de 1992, tras la desintegración de la vieja Yugoslavia.
Más difícil en el largo plazo es un programa de ajuste estructural, basado en la reducción del gasto público y el pago de 104 millones de dólares que Belgrado debe al FMI.
Además, Belgrado deberá dejar de resistirse a la privatización, aunque su socio menor, Montenegro, ya dio el paso inicial en este terreno.
La vieja federación fue uno de los miembros fundadores del FMI en 1944, con un depósito de 60 millones de dólares. Sus activos habían superado los 1.000 millones de dólares antes de que el país se desmoronara en 1992.
Ese año había tomado prestado del FMI unos 450 millones de dólares. Expertos financieros estiman que los 104 millones de dólares de deuda previa a 1991 se deduzcan de ese total.
El decreto fue aprobado la semana pasada por el parlamanto yugoslavo sin debate. "La reintegración de Yugoslavia a la comunidad financiera mundial es una precondición importante para nuestra reanimación económica y la eliminación de serias consecuencias de las sanciones internacionales impuestas por las Naciones Unidas", indicó el decreto del cuerpo.
La ministra de Finanzas, Tomica Raicevic, dijo a los periodistas tras la sesión parlamentaria que la aprobación del cuerpo de las actividades del gobierno "también era una de las condiciones fijadas por el FMI", además de la aceptación de la cuota y la obligación de saldar sus deudas.
La decisión también abre el camino a otra fuente de fondos directos, aunque bajo condiciones igualmente estrictas, el Banco Mundial, el cual considerará la restauración de la integración de Belgrado durante la próxima reunión anual, a celebrarse en octubre en Ginebra.
Pero diplomáticos en Belgrado creen que el país deberá satisfacer un oneroso paquete de condiciones políticas y económicas antes de que el FMI decida reactivar la integración de Yugoslavia y abra a la financiación.
Las reformas económicas radicales son prioritarias para la decisión del FMI de respaldar la economía, señaló Mihajlo Nikolic, del banco nacional yugoslavo, quien durante su asesoría al banco central fue separado de su cargo por respaldar el mismo plan ahora aprobado.
"El gobierno tendrá que tragarse una de las condiciones clave fijadas por el FMI, el programa de privatización", añadió un diplomático occidental que solicitó el anonimato.
Privatización es una palabra pronunciada sin entusiasmo en las oficinas del gobierno en Belgrado. A excepción de la oferta de Raicevic para privatizar 30 por ciento de la empresa de correos y telecomunicaciones del Estado, no hay planes para desmantelar el control estatal de las compañías férreas, de gas, petróleo y energía.
La existente ley sobre privatización propuesta por los propios socialistas prevé "la privatización voluntaria de empresas" sin un organismo general que supervise el programa, como en el caso de otros países ex comunistas de Europa central y del este.
El presidente serbio, Slobodan Milosevic, aún enfrenta la oposición del ala conservadora de su propio partido, y de la marxista de viejo estilo Izquierda Yugoslava Unida, dominada por la esposa de Milosevic.
Estos continúan creyendo que el futuro económico puede ser encontrado en el comercio con China y Corea del Norte sin la necesidad de la privatización a gran escala y el compromiso con Occidente y los organismos financieros internacionales. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/lp/if-ip/96