VENEZUELA: La guerra de las colas trae 1.000 millones de dólares

La guerra entre Pepsi y Coca-Cola dejará a Venezuela inversiones por más de 1.000 millones de dólares en cinco años, según cifras conocidas en el fragor de sus combates por este mercado.

Hace exactamente un mes, un golpe de mano de Coca-Cola despojó a Pepsi de su socio de 47 años, la embotelladora venezolana Hit, del grupo Cisneros, en conjunto con el cual dominaba 87 por ciento de este mercado de 22 millones de habitntes.

La asociación Coca Cola-Hit costó al gigante estadounidense 300 millones de dólares, según fuentes en Wall Street, y se pactaron inversiones en plantas, tecnología y publicidad por 200 millones, más otros 100 millones de dólares aprontados para la batalla legal con Pepsi-Cola.

Pepsi inició la batalla ante el organismo gubernamental que proteje la libre competencia en Venezuela, alegando que la alianza Coca Cola-Hit constituye un monopolio de hecho sobre 84 por ciento del mercado, y lanzó una campaña publicitaria para tratar de conservar fidelidad entre sus consumidores.

Alberto Uribe, presidente de Pepsi para América Latina, se entrevistó con el jefe de Estado venezolano Rafael Caldera y le informó de un "programa para volver", con inversions de 400 millones de dólares en tres años, a partir de 1997.

El ejecutivo dijo que Pepsi evalúa la posibilidad de retornar sola a Venezuela o en sociedad con un grupo local. Fuentes empresariales dan cuenta de intensas negociaciones con la cervecera Polar, el mayor grupo privado del país.

Por su parte, Roberto Goizueta, presidente internacional de Coca-Cola, también visitó a Caldera y le informó de inversiones que la corporación efectuará en Venezuela por 500 millones de dólares en cinco años.

Caldera aseguró a unos y otros que su gobierno sería neutral en esta "guerra de las colas", y su ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, se regocijó por la epertura de espacios a la competencia y el flujo de inversiones.

Venezuela acumuló en los últimos 15 años inversiones extranjeras directas por 7.000 millones de dólares y tiene expectativas de captar otros 3.000 millones en un trienio.

El grupo Cisneros, que destaca por su actividad en el terreno de las telecomunicaciones -con proyectos como Galaxy y Direct TV- y tiene una facturación anual superior a 3.000 millones de d]olares, estudia compensar la ofensiva Pepsi-Polar lanzando en 1997 una nueva cerveza en Venezuela, marca Frya.

Este proyecto requerirá inversiones de 200 millones de dólares, por lo que el conjunto de la guerra de las colas por el mercado venezolano puede provocar inversiones de unos 1.000 millones de dólares en el mediano plazo.

Venezuela es un mercado pequeño pero emblemático en el negocio de las bebidas, que la población consume intensamente con las comidas y según fuentes de la industria es marcador de las posibilidades de expansión en la zona tropical de América.

Goizueta opinó que aunque el consumo per cápita venezolano es de 212 bebidas gaseosas por año, puede crecer y aproximarse por ejemplo al mexicano, de 530 refrescos/año por habitante.

Coca Cola, que vendía anualmente en Venezuela 15 millones de cajas de refrescos -unidad de medida de 24 botellas de ocho onzas cada una- puede vender a partir de 1997 unos 220 millones de cajas, según Goizueta.

La alianza Coca Cola-Hit dejó a Filipinas como único mercado significativo del Sur en desarrollo donde el refresco azul domina al rojo.

En América del Sur, la proporción Coca Cola-Pepsi (excluídas otras marcas) favorece al refreco rojo en proporción 57-36 en Argentina, 54-18 en Bolivia, 55-8 en Brasil, 64-18 en Chile, 43-11 en Colombia, 55-27 en Ecuador, 67-30 en Paraguay, 42-23 en Perú y 67-30 en Uruguay. (FIN/IPS/hm/dg/if/96

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