No muchos países caribeños pueden jactarse de sobrevivir más de tres meses sin gobierno, pero eso es exactamente lo que ocurrió en Suriname luego que elecciones inconclusas dejaron al país sumido en la incertidumbre política.
Sin embargo, esta república de habla holandesa parece nuevamente encarrilada tras haber elegido como presidente hace dos días a Jules Wijdenbosch, de 55 años.
Wijdenbosch inaugurará su período el 14 de septiembre, con su compañero de fórmula Pretaap Radhakishun como vicepresidente.
Dos rondas previas de votación por el parlamento unicameral de 51 escaños no obtuvieron resultado y dejaron a la Asamblea de Unidad Popular de 869 miembros, incluídos los representantes nacionales, regionales y distrituales, la tarea de adoptar una decisión crucial.
Wijdenbosch, que fue el candidato de una coalición multipartidaria recientemente formada, derrotó al ex presidente Ronald Venetiaan por 438 votos favorables contra 407. De ese modo, la administracion del país quedó en manos de una coalición por segunda vez en seis años.
Desde las elecciones de 1991, Venetiaan, un ex maestro de escuela, lideró el grupo multirracial de cuatro partidos que virtualmente se desintegró en las últimas semanas, con varios parlamentarios de tres pequeñas agrupaciones que se unieron a Wijdenbosch, vicepresidente del Partido Demócrata Nacional (NDP).
El NDP, que ahora encabeza la alianza política en el poder, está liderado por el ex hombre fuerte del ejército, Desi Bouterse, quien perpetró dos golpes de estado en 10 años y estuvo a la cabeza de un gobierno militar que llevó el país a la ruina.
Sin embargo, Bouterse, quien conquistó 16 escaños en el comicio del 24 de mayo, no tendrá participación en el actual gobierno. Un acuerdo previo con el NDP y sus socios inhibió a Bouterse de jugar algún papel en la nueva administración.
Muchos analistas opinaron que es una suerte de castigo para un hombre que es considerado culpable de la ejecución de 15 opositores, incluídos políticos y periodistas, en 1982.
Muchos de los antiguos electores de Suriname no están preparados para perdonar al ex coronel por su rol desde el primer golpe en febrero de 1980, y por montar un segundo 10 años más tarde.
No obstante, sigue siendo tan popular entre la joven generación que el bloque de 16 bancas ganado por el NDP duplica la cantidad de cualquier otro partido. La nueva administración cuenta con 28 de los 51 escaños parlamentarios, lo que le brinda dos bancas para la mayoría, más la presidencia.
Otra posterior penalización de Bouterse se produjo en la designación de los ministros del gabinete. En el gobierno de coalición, el NDP no tendrá los ministerios claves de Finanzas, Defensa y Asuntos Exteriores.
Esa iniciativa, en parte, es para satisfacer a Holanda, el antiguo poder colonial de Suriname, que todavía ejerce tremenda influencia a través de gran cantidad de programas de ayuda.
Incluso antes de las elecciones, La Haya dejó en claro que estaba en contra de un posible gobierno de Bouterse, y llegó a amenazar con la reducción de su nivel de asistencia. Sin embargo, según los analistas, Holanda debe contentarse ahora con el resultado del último comicio, porque el ex dictador quedó radiado de la función pública.
El gobierno holandés había prevenido que decidiría su actitud sobre futura cooperación con Suriname "una vez que los miembros del nuevo gobierno y su programa sean conocidos".
Segun el ministro holandés de Asuntos Exteriores, Hans van Mierlo, las relaciones con Suriname no necesariamente deben deteriorarse. Si Bouterse jugaba un papel importante en el nuevo gobierno "la cuestión hubiera cambiado".
Para mucho surinameses, es el momento de lanzar un suspiro de alivio. "Estamos muy contentos que (el proceso) haya llegado a su fin", declaró Eugene Gessel, un respetado comentarista político.
El país ha pagado, económicamente por el período de acefalía anterior y posterior a las elecciones. Por una convención, la administracion anterior se vió impedida de adoptar decisiones importantes, tras la disolución del parlamento algunas semanas antes del comicio y durante el período posterior.
Numerosas solicitudes de firmas extranjeras para trabajar concesiones madereras, con inversiones por valor de 500 millones de dólares, permanecieron sobre los escritorios de los burócratas.
La incertidumbre afectó tambien la marcha del proceso de integración con los vecinos del Caribe. En julio de 1995, Suriname se convirtió en el único miembro no angloparlante de la Comunidad del Caribe (Caricom) y fue en medio de ajustes necesarios que se produjeron las elecciones. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/ego/ip).
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