SURINAME: Nuevo gobierno promete ejercer conducción económica

Suriname rompió este fin de semana el bloqueo político que mantuvo al país sin gobierno efectivo durante casi cuatro meses, cuando la Asamblea Nacional formó la mayoría necesaria para tomar juramento a un nuevo presidente.

El gobierno de Holanda se apresuró a anunciar que proseguirá ejecutando su programa de asistencia bajo la nueva administración, e igualmente Washington dio la bienvenida a la instalación del gobierno, que es el resultado de un trabajoso pacto entre pequeños grupos parlamentarios.

El proceso de fragmentación política que siguió a las elecciones parlamentarias de mayo pasado dejó al país sin una clara mayoría en la Asamblea para elegir al jefe del Estado y del gobierno, entrando el país en un período de temor e incertidumbre por la falta de una nueva dirección económica.

Con el juramento de Jules Wijdenbosch como Presidente y de Pretaapnarain Radhakishun como Vicepresidente, y la perspectiva de formación de un nuevo gabinete de ministros esta misma semana, la población exhaló un suspiro de alivio y esperanza.

"Existe general satisfacción ante la terminación de ese período", dijo el comentarista político Eugene Gessel, en referencia al proceso electoral y de formación de gobierno. "El país está unido y cada cual va a ocuparse de su trabajo, como de costumbre".

Wijdenbosch prometió poner el desarrollo económico en el primer lugar de sus preocupaciones. El nuevo mandatario piensa dispensar especial atención a la atracción de inversiones extranjeras, a la construcción de viviendas y a mejorar el sistema educacional.

El proceso político de este año dio como resultado, entre otras cosas, el fin del Nuevo Frente, una alianza de cuatro partidos que gobernó interinamente el país desde 1991 hasta mayo pasado, con el apoyo de Holanda.

El Nuevo Frente ganó en realidad las elecciones de mayo, ubicándose sólo dos escaños por debajo de los 26 necesarios para formar gobierno. Pero en las últimas semanas se desintegró durante las votaciones para la Presidencia.

Otro producto de la fragmentación política fue la división de hecho del partido hinduísta VHP, el cual podría haberse asegurado por mucho tiempo los votos de la comunidad india, que representa 31 por ciento de la población del país.

Sin embargo, el VHP se dividió en dos facciones. Una de ellas, integrada por los elementos más jóvenes del partido, dio su apoyo al nuevo gobierno, con lo cual tornó virtualmente inútil en la Asamblea Nacional a un grupo antes poderoso, respaldado por las empresas.

La economía de Suriname se deterioró sin pausa durante 16 años, en forma paralela al largo período de inestabilidad política que comenzó con el sangriento golpe militar de 1980. Dos años más tarde, el ejército ejecutó a 15 destacados ciudadanos.

Un segundo golpe fue asestado en la víspera de Navidad de 1991, pero dio entrada al régimen interino regido por el Nuevo Frente, que dirigió al país hasta que fue restaurada la democracia con las elecciones parlamentarias celebradas en mayo de este año.

La responsabilidad de aquellas alteraciones del orden constitucional es generalmente atribuida a Desi Bouterse, líder del Partido Democrático Nacional (PDN), que ahora es el socio mayor de la nueva coalición de gobierno.

Esta vez, no obstante, Bouterse tendrá que ocupar un lugar de poco destaque y continuar atendiendo a ciertos asuntos internos, en lugar de jugar un papel importante en la nueva administración.

El PDN obtuvo 16 escaños entre los numerosos partidos que disputaron las elecciones de mayo, con lo cual se ubicó como el mayor bloque parlamentario pero quedó a 10 bancas de distancia de la mayoría de 26 que se requiere para formar gobierno.

Por lo tanto, tuvo que recurrir al apoyo de varios grupos parlamentarios menores, incluso aquellos que representan a buena parte de las comunidades hindú e indonesia, obteniendo finalmente el voto de 28 escaños en respaldo de la flamante coalición.

Conscientes de las atrocidades atribuidas a Bouterse por su protagonismo en el régimen de los años 80, el PDN y sus nuevos aliados acordaron que el ex hombre fuerte no desempeñaría ningún papel activo en el gobierno que ahora se inaugura.

De acuerdo al pacto político, el PDN no tendrá responsabilidad en las carteras de Finanzas, Defensa y Asuntos Exteriores.

Ya antes de las elecciones, La Haya había dejado en claro que se oponía a un posible gobierno de Bouterse, llegando al extremo de amenazar con reducir el nivel de asistencia. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/arl/ip/96

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