Al menos dos personas resultaron muertas y otras siete, incluyendo dos policías, seriamente heridas en furiosos motines de protesta por la falta de pan que sacudieron esta capital y otras ciudades sudanesas.
En Jartum, una estudiante universitaria fue abatida a balazos por fuerzas de seguridad, mientras un grupo de estudiantes quemó vivo al dueño de una panadería que rehusó hornear pan.
En varias partes de la ciudad, los demostrantes, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, quemaron neumáticos, ropa vieja y periódicos para protestar, porque desde hace cuatro días falta el pan, cuyo precio está por las nubes, y nadie sabe a qué se debe.
El gobernador del estado de Jartum, Badr Edden Taha, dijo el lunes en una declaración radial que los manifestantes saquearon propiedades estatales y dañaron numerosos automóviles. Un banco agrícola informó que sus 20 minibuses quedaron destruidos.
Los comercios permanecen cerrados desde el lunes y el transporte funciona restringido porque los conductores retiran voluntariamente los vehículos de la calle por temor a ser atacados, o por orden de las fuerzas de seguridad.
Demostraciones similares se produjeron en las ciudades de Port Sudan, en el este, Wad Madani, en el centro y Ataber, en el norte.
Un vocero de la policía antimotines se quejó a la prensa que la fuerza no disponía de suficiente gas lacrimógeno, bastones y fusiles y, por lo tanto, estaba mal equipada para hacer frente a 400.000 manifestantes, sobre todo porque la protesta continúa.
El gobierno, que estaría importando harina de estados árabes y negociando con los panaderos para controlar el aumento del precio del producto, aseguró a la nación que esta semana habrá pan en cantidades suficientes para cubrir las necesidades del público.
Una declaración del Ministerio del Interior exhortó a la ciudadanía a unirse a comisiones mixtas de funcionarios oficiales, miembros de la Federación de Trabajadores, estudiantes y propietarios de panaderías para estudiar los motivos de la escasez y fijar nuevos precios del pan, especialmente en Jartum.
La declaración expresó que la situación estaba "bajo control", e instó a los heridos que acudieran a los hospitales en Jartum para su tratamiento, asegurando que no serán arrestados. No obstante, acusó a los líderes de partidos políticos prohibidos de fomentar la revuelta y amenazó con arrestar a los responsables.
"Nunca ocurrió en la historia de este país y de la lucha por cambios políticos, que un ciudadano es quemado vivo", señaló el ministerio, afirmando que el asesinato del panadero fue un acto maligno y condenable por parte de personas religiosas.
En respuesta, los sindicatos estudiantiles de las tres principales universidades de la capital, Jartum, El Nilein y la Sudanesa de Ciencia y Tecnología, rechazaron los cargos de pillaje y dijeron que los comités organizadores de la revuelta dieron a los pobres 700 sacos de sorgo y 10 sacos de 50 kilos de azúcar.
Los estudiantes denunciaron que el gobierno arrestó a más de 700 personas y afirmaron que, a su vez, mantienen cautivos a 60 policías. El gobierno dijo que los agentes habían sido heridos y se encontraban bajo tratamiento médico.
Muchos estudiantes, niños de la calle y funcionarios gubernamentales que se unieron a las manifestaciones, fueron llevados por sus camaradas a clínicas privadas para curar las heridas sufridas en la refriega.
Hashim Badr Sulieman, un demostrante que el lunes fue herido de bala en la cabeza, rehusó ser llevado a un hospital estatal y dijo a otros manifestantes que no se iba a entregar al gobernante Frente Nacional Islámico (NIF).
Un anciano en la calle Makk Nimer, en el centro de la capital, desafió a la policía para que lo mate. "Por favor, disparen, estoy listo a morir en sus manos. Si nos matan, háganlo ahora, así (el jefe del estado general Omar) el Bashir y (el titular del parlamento, Hassan) Turabi, podrán gobernar sobre nuestras tumbas".
A pesar de las afirmaciones del gobierno que los motines cesaron, y la advertencia que cualquiera que sea encontrado en la calle despues de las 17,00 horas local será arrestado, las demostraciones continuaron en aldeas vecinas a Jartum.
No está claro porqué falta el pan y no ha sido visto en los últimos cuatro días en los comercios.
Informaciones sin confirmar atribuyen el problema al fracaso del gobierno para importar más harina y a dos días de escasez de agua que motivaron cortes en el serrvicio de electricidad y parálisis en los molinos harineros. (FIN/IPS/tra- en/nb/jm/kb/ego/ip).
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