SUDAN: Régimen islámico quiere la paz pero rechaza secularización

El presidente de la Asamblea Nacional de Sudán declaró hoy a la prensa que la Constitución sudanesa seguirá basándose en la ley sharia (código musulmán de derecho religioso), que no es aceptada por los rebeldes del sur del país, de mayoría cristiana y tradiciones africanas.

La guerra civil que se desencadenó hace 14 años por la reacción separatista del sur contra la implantación de un régimen islamista, se ha cobrado ya dos millones de vidas, en su mayoría mujeres y niños, y cuesta al gobierno un millón de dólares diarios, según el representante de la ONU en Jartum.

Según Christopher T. Jaeger, representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el gobierno todavía encuentra dificultades para dar por terminado el capítulo de la guerra y entrar en una nueva era de paz, pese a que el conflicto es uno de los más largos y más caros del mundo.

Esa estimación del gasto diario del gobierno no incluye la destrucción de bienes materiales ni el costo de oportunidades perdidas, de acuerdo con Jaeger.

Francis Deng, un político de la rebelde región del sur, escribió en un reciente libro que los factores más importantes de esta guerra son, en primer lugar, una crisis de identidad, y encima de ello la pobreza, especialmente en las zonas menos desarrolladas del país.

"El subdesarrollo, el mal desarrollo y la exclusión social y económica, son los factores que contribuyen a esta guerra", opinó Deng.

El político previno que la paz sólo podrá asentarse en el desarrollo del sur de Sudán y de algunas áreas olvidadas de norte.

La paz pareció estar cerca cuando distintas facciones rebeldes del Ejército Sudanés de Liberación Popular (SPLA) firmaron un acuerdo de paz con el gobierno, en abril de este año.

Las exigencias de los rebeldes, sin embargo, han resultado una píldora difícil de tragar para el régimen islamista.

El gobierno invitó finalmente a una nueva conferencia de paz, a fin de discutir las demandas de las facciones rebeldes.

Ya están realizándose los preparativos para esta amplia conferencia, en la que deberán estar presentes todas las facciones rebeldes, representantes del gobierno y altos oficiales del ejército.

Un grupo rebelde de las montañas de Nuba, por ejemplo, que dirige Mohamed Haron Kafi, exigió una constitución laica para unir al país.

Las otras dos facciones, el Movimiento Independiente del Sur del Sudán que lidera Riek Mashar, y el SPLA Bahr El Ghazal, que encabeza Kerbino Kanyien Bol, demandaron la creación de un consejo supremo para los 10 estados del sur y un acto de autodeterminación del pueblo de la región.

Todas esas condiciones fueron finalmente rechazadas por el gobierno.

Abdel Bagi Hamdan, jefe del SPLA en las montañas de Nuba, pidió que continuaran las negociaciones para resolver los asuntos que aún son objeto de discrepancia. "Queremos comprobar en qué medida este gobierno es más serio que los anteriores", declaró. (FIN/IPS/tra-en/nb/pm/arl/ip/96

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