Sudáfrica puede llegar a ser el único país del mundo cuyas monedas lleven inscripciones en 11 lenguas.
Ello ocurre porque este país de Africa meridional tiene ese número de idiomas oficiales, todos ellos compitiendo por un uso equitativo. Por raro que parezca, podría ser necesario enmendar los billetes de banco para escribir el nombre del Banco de la Reserva (banco central) en cada uno de los 11 idiomas.
"Nuestros billetes fueron diseñados de acuerdo con la simetría de dos idiomas, el inglés y el afrikaans", hizo notar Daan Naudi, del Banco de la Reserva. "Es posible, por lo tanto, que haya que hacer un nuevo diseño para incorporar a todas las lenguas".
El problema nace de la situación en que se encuentra Sudáfrica después de asistir a la caída del apartheid, dando lugar a una convivencia aparentemente harmónica entre diferentes razas, con una nueva Constitución que garantiza los derechos de todos los grupos sociales, incluyendo a los homosexuales.
No sólo por esto último -primer país del mundo en reconocer los derechos de los homosexuales-, la experiencia sudafricana supone crear "la más grandiosa nación del mundo". También incluye elevar la categoría de las lenguas africanas, que el apartheid colocó en desventaja.
El esfuerzo exige, además, hacer posible que los sudafricanos estudien y trabajen en sus lenguas maternas.
Zulú, xhosa, afrikaans, sotho del norte, inglés, tswana, sotho del sur, tsonga, swati, venda y ndebele, conforman la lista de las 11 lenguas ahora oficiales.
En un extremo de la escala se encuentra el zulú, la lengua materna más ampliamente hablada (22 por ciento de la población), mientras que en el otro está el ndebele, que es hablada por 1,5 por ciento de los habitantes, en total 41 millones.
De acuerdo con la nueva Constitución puesta en vigor este año, el idioma propio es un derecho fundamental que el Estado debe proteger, así como debe modernizar y desarrollar todas esas lenguas reconocidas, incluyendo el lenguaje gestual.
La tarea de desarrollar esos 11 idiomas, sin embargo, supone un cúmulo de complicaciones.
De acuerdo con la experta ligüística Khethiwe Marais, la Constitución declara que son oficiales los diversos idiomas que se hablan en el país, pero "no existe un acuerdo claro sobre lo que realmente significa esa condición de "oficial".
Podría significar una lengua de archivos, o que cada uno tenga el derecho de ser atendido en su idioma materno en oficinas públicas, o incluso que los documentos se hagan en todos los idiomas con fines simbólicos, según la experta.
La garantía de que las nueve lenguas anteriormente descuidadas puedan de verdad desarrollarse podría exigir que se les diera el mismo tipo de atención del que ha disfrutado el afrikaans.
A lo largo de los últimos 300 años, el afrikaans se desarrolló a partir de la base del holandés (o neerlandés), con una mezcla de elementos de otras lenguas europeas, asiáticas y africanas, como si fuera un dialecto del idioma originario.
Sin embargo, el enorme apoyo financiero que recibió, sumado a la creación de instituciones afrikaner, lo han convertido en un idioma con toda la barba.
"Ese idioma se desarrolló en virtud de una voluntad política", dijo Marais. "Se convirtió en una cuestión pública y se le aportaron recursos, que es exactamente lo que nosotros necesitamos para promover las lenguas postergadas".
Marais forma parte de un equipo de ocho personas nombrado en noviembre pasado por el ministro de Arte, Cultura, Ciencia y Tecnología, Ben Ngubane, para asesorarle en la preparación de un plan nacional de idiomas.
Las conclusiones de este equipo están contenidas en un informe titulado "Hacia un Plan Nacional de Idiomas para Sudáfrica", cuyas recomendaciones incluyen la realización de campañas de concienciación y un trabajo sobre los medios de comunicación para que concedan espacios equitativos a todas las lenguas.
Los expertos también recomiendan que se pongan plazos concretos a las tareas, como la estipulación, por ejemplo, de que un estudiante de nivel secundario debería estar en condiciones, hacia el año 2010, de escribir su examen de quinto curso en el idioma que él elija.
Se mantienen en pie, no obstante, muy difíciles cuestiones. Una de ellas es saber si será de verdad posible conseguir la plena participación de las lenguas africanas en todos los niveles de la administración y en el sector privado.
En el plano nacional existe una clara inclinación en favor del inglés, pero algunos expertos se preguntan cómo se podrá poner en práctica algo así en un país cuya mayoría no puede trabajar con suficiencia en ese idioma.
"Hacer todo en 11 lenguas oficiales es una idea noble, pero nuestro gobierno tiene un montón de ideas nobles que siempre terminan en eso, en nobles ideas", ironizó el investigador Mpho Mothokoa. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/arl/cr/96