SRI LANKA: PNUD ayuda al gobierno a reconstruir bastión Tamil

Los esfuerzos del gobierno de Sri Lanka para ganar la aceptación de los pobladores de la península septentrional de Jaffna, devastada por la guerra civil, han recibido por primera vez el apoyo de una agencia internacional.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) aceptó hacer una donación de 250.000 dólares a Sri Lanka para estudiar un programa de rehabilitación del baluarte de los separatistass Tigres Tamil, capturado por el gobierno en abril.

Si bien el monto de la donación es pequeño, el acuerdo representó un suceso para el gobierno de la presidenta Chandrika Kumaratunga, quien necesita mostrar que está consolidando el suceso militar con un programa de reconstrucción.

La donación del PNUD es una respuesta a su pedido de asistencia por parte de donantes internacionales, para acelerar el retorno a la normalidad en Jaffna.

La donación financiará un análisis de las prioridades y costos estimados para reconstruir Jaffna, destruída por 14 años de sangrienta guerra civil.

"El apoyo del PNUD permitirá al gobierno formular un paquete de propuestas que son esenciales para atraer financiación internacional suplementaria", declaró Nay Htun, director del PNUD para Asia-Pacífico.

Expresó que las prioridades para las tareas de rehabilitación serán decididas en estrechas consultas con la gente de Jaffna y sus dirigentes locales.

El gobierno de Colombo está buscando asistencia internacional para reconstruir Jaffna, el epicentro de la guerra civil que, según cifras oficiales, causó hasta ahora la muerte de 50.000 personas. Jaffna es el corazón de una patria ideal para la minoría Tamil.

Los separatistas Tigres de Liberación de Tamil Elaan (LTTE) han venido luchando para convertir a Jaffna en la capital de su estado independiente en la parte nororiental de la isla.

Casi el 18 por ciento de la población de Sri Lanka está constituída por Tamil, en tanto los singaleses integran el 75 por ciento restante.

El LTTE, que gobernó virtualmente un estado en Jaffna durante la última década, con sus propios bancos, moneda y fuerza de policía, fue desalojado de la península en abril por las fuerzas de Colombo, tras una serie de ofensivas que costaron ingentes pérdidas en hombres y material al gobierno.

Los Tigres Tamil instalaron provisoriamente su cuartel general en el distrito de Wanni, al sur de Jaffna, si bien siguen considerando a la península como la pieza central de su lucha.

Entretanto, el gobierno se ha embarcado en un ambicioso programa de reconstrucción, con la esperanza de brindar a la población de Jaffna instalaciones y amenidades que la mantengan alejada de las fuerzas separatistas.

Ambos bandos consideran que deben obtener una completa victoria militar para ganarse el apoyo incondicional de la población civil.

Jaffna ha estado sin electricidad durante gran parte de la década pasada, y sus residentes sufrieron por causa de los embargos impuestos por el gobierno sobre bienes esenciales, porque temía que cayeran en manos de los Tigres.

Inmediatamente despues de la conquista de Jaffna, Colombo redujo su abultada lista de productos prohibidos, en la cual figuraban chocolate, baterías para linternas y gasas sanitarias. El chocolate porque daba energía a los guerrilleros, las baterías eran usadas para detonar bombas y las gasas para curar a los heridos.

El gobierno ya envió a Jaffna buques cargados con víveres, ropas, materiales de construcción y medicamentos, pero está buscando un multimillonario paquete de ayuda para reconstruir la red caminera de la península, reanudar el abastecimiento de electricidad y poner en pie hospitales y escuelas en ruinas.

Sin embargo, los donantes se mostraron renuentes a responder al llamado de Kumaratunga, afirmando que el programa de reconstrucción de la presidenta carecía de rubros específicos y no daba detalles sobre el tipo de gastos que debían realizarse.

"Los donantes sostuvieron que correspondía hacer una severa comprobación de las necesidades", señaló Nay Htun en Colombo.

Agregó que el PNUD identificará la extensión de los daños e indicará las áreas susceptibles de rehabilitación, lo cual facilitará el aporte de financiación internacional.

El éxito del gobierno en la reconstrucción de Jaffna decidirá la suerte de los civiles en esa área.

Un analista dijo en Colombo que "así como lo fue para los Tigres, Jaffna ahora debe ser el escaparate del gobierno. Si pueden normalizar la península, entonces la retendrán, sino volverá a caer en manos de los separatistas".

El gobierno tambien está tratando de aislar a la guerrilla de la población Tamil, para destruir su legitimidad y base de apoyo. Se cree que una gran cantidad de Tamil apoyarán al ejecutivo si sus existencias vuelven a la normalidad y sus padecimientos concluyen.

"Los Tamil, como cualquier srilankés común, están hartos de esta guerra. Esperan que el gobierno les preste una real atención para resolver sus problemas", dijo el analista T. Sabaratnam.

Como respuesta, el gobierno ha propuesto un plan de paz, destinado a transformar Sri Lanka en un sistema federal de gobierno, y ofreciendo reivindicaciones a las minorías.

El plan de paz está siendo examinado por una comisión parlamentaria pero ya suscitó críticas de singaleses de derecha, que acusan al gobierno de ofrecer demasiadas ventajas a los Tamil.

A su vez, los separatistas no piensan quedarse cruzados de brazos mientras el gobierno reconstruye Jaffna y trata de brindar nuevas esperanzas a los Tamil.

En junio, una combatiente suicida fracasó en su intento de matar al ministro de Viviendas, Nimal Siripala de Silva, que dirige el programa gubernamental de reconstrucción. La bomba ultimó a numerosos funcionarios oficiales pero solo hirió levemente al ministro. (FIN/IPS/tra-en/ms/kd/ego/ip).

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