La contumacia de los violadores de niños, que suelen repetir el delito después de salir de las cárceles, podría conducir en Perú a una modificación de la sancion penal, aplicando la castración química a los culpables.
La reforma penal sería impulsada por el horror que desató en la opinión pública el descubrimiento de la violación y asesinato de 11 niñas, cometidos en los últimos meses en Lima e Ica, una provincia situada 200 kilómetros al sur de la capital, aparentemente cometidos por una sola persona.
El tema se suma a las frecuentes denuncias de abusos sexuales de menores en Perú y al descubrimiento de un crimen semejante en Bélgica, cometido por una banda de criminales dedicados a la producción de videos pornográficos con niños, varios de los cuales fueron asesinados después de ser violados.
Una encuesta realizada por America TV de Lima reveló que el 80 por ciento de los televidentes que llamaron al mencionado canal estaban a favor de la castración, 17 por ciento pidió la pena de muerte y tres por ciento se conforma con la aplicación de la cadena perpetua.
La parlamentaria Susana Díaz anunció el día 4 un proyecto de ley que contempla la castración de los violadores de niños, iniciativa que fue respaldada por la Fiscal de la Nación, Nélida Colan, después que la parlamentaria aclaró que no proponía mutilar a los culpables, sino anular químicamente sus hormonas.
"Los abusadores de niños son reincidentes, probablemente incurables. Hay que sacarlos de circulación. En octubre de 1995 presenté un proyecto de ley para castigarlos con la pena de muerte y fue rechazado porque un Tratado internacional que firmó Perú no lo permite", dijo Díaz.
"Lo modifiqué, proponiendo cadena perpetua, lo presenté en mayo y volvió a ser rechazado, porque les pareció excesiva la pena y porque ya figura esa sanción pero sólo para los que asesinan a los niños violados", añadió.
Decenas de casos de abuso sexual contra menores de edad se presentan todos los meses a la policia de Lima.
"Los culpables suelen ser parientes, incluso padres, o vecinos. Las víctimas quedan muertas en vida, marcadas emocionalmente, pero los culpables quedan libres después de unos meses o un par de años", dijo la parlamentaria.
"Pero si la pena de muerte y la cadena perpetua les parecen excesivas a algunos defensores de los derechos humanos, espero que acepten que se anule el impulso sexual a los sujetos incapaces de tener relaciones normales y prefieren abusar de los niños", manifestó.
Por su parte, Colan expresó su preocupación por los numerosos casos de violaciones de menores y el alto índice de reincidencia en tales delitos, y admitió que la legislacion podrá reformarse para establecer la "castracion química", similar a la aprobada en California, Estados Unidos.
Las declaraciones de la parlamentaria y la Fiscal fueron formuladas dentro del clima emocional generado por la captura de Nicolás Gutiérrez, de 35 años, sorprendido en Ica cuando intentaba violar a una menor de nueve años en un terreno baldío, en el que se encontraron los cadaveres de otras cuatro niñas.
La policía lo reconoció después como uno de los sospechosos investigados meses atrás por la comisión de siete crímenes similares, ocurridos a fines del pasado año y comienzos del presente en dos barriadas del sur de Lima.
Gutierez, drogadicto e hijo de una mujer con alteraciones mentales, abandonó Lima cuando percibió que las investigaciones podrían descubrirlo y se fue a Ica, en donde se alojo en casa de familiares, según la policia.
Horrorizados y asustados por las amenazas de los vecinos, los parientes de Gutierrez primero negaron conocerlo y luego sostuvieron que lo creían incapaz de ser un homicida, y ahora declaran que debería ser castrado químicamente pero no sentenciado a la pena de muerte.
Los vecinos lo describen como un sujeto que solía hacer trabajos ocasionales de peón o limpiador de automóviles, lo consideran autor de algunos hurtos de ropa tendida a secar y afirman que se subía a los techos de las casas para espiar y fumar cigarrillos de pasta básica de cocaina.
Psiquiatras consultados por IPS, que pidieron anonimato porque no lo han examinado, estiman que Gutiérrez es "parafílico y psicópata, probablemente incurable".
Si Gutiérrez confiesa finalmente ser autor de la violación y asesinato de las 11 niñas, dejará a la policía en comprometida situación, no sólo porque no efectuó el seguimiento de un sospecho y lo dejó reincidir cinco veces más, sino porque antes acusó a otras dos personas.
Por el asesinato y violación de las primeras niñas victimadas en las barriadas limeñas Pachacamac y Villa María del Triunfo, ocurridas a fines del año pasado, fue capturado un enfermo mental que confesó ser su autor, pero luego se retractó y se suicidó lanzándose desde una ventana del palacio de Justicia.
El otro, un cubano asilado en Perú desde hace 12 años, de vida marginal y presunto drogadicto, aún está preso. (FIN/IPS/al/ag/pr-hd/96