La reelección presidencial se ha convertido en el centro del debate político en Panamá, pese a que faltan tres años para las elecciones y a la pérdida de popularidad sufrida por el presidente Ernesto Pérez Balladares.
Tras iniciar su mandato el 1 de septiembre de 1994 con un índice de popularidad del 86,9 por ciento, Pérez Balladares fue cayendo paulatinamente hasta llegar al 53,1 por ciento a mediados de agosto, según una serie de encuestas realizada por la compañía internacional Ditcher y Neira.
El gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD) también disminuyó sus índices de popularidad, pasando de 40 a 18 por ciento en los dos últimos años, según una medición realizada este mes por la encuestadora CID-Gallup.
Pérez Balladares -postulado por el PRD y otros dos pequeños partidos- obtuvo una mayoría relativa de 34 por ciento en los comicios de 1994, sólo dos puntos por encima de Mireya Moscoso candidata a la presidencia por el Partido Arnulfista.
A pesar de ello un portavoz del PRD informó que el tema de la reelección presidencial y la segunda vuelta electoral van a ser promovidos durante un debate que se realizara en el parlamento para reformar la actual ley electoral.
Roberto Abrego, presidente de la Comisión de Gobierno del parlamento, afirmó que esos dos temas van a ser incluidos por el PRD en el anteproyecto de reforma electoral elaborado por el Tribunal Electoral de Panamá.
La propuesta del PRD generó diversas reacciones de parte de la oposición, grupos independientes y sectores disidentes del partido gobernante.
Moscoso dijo que su partido "luchará para que se cumpla el calendario electoral sin ningún tipo de alteraciones". Pérez Balladares culminará su mandato el 1 de septiembre de 1999.
El ex vice presidente Guillermo Ford, del derechista Movimiento Liberal Republicano Nacionalista -cuarta fuerza electoral del país- se mostró disponible a discutir los cambios propuestos por el PRD a la ley electoral.
"Yo reto al PRD a debatir la reelección" del presidente, subrayó Ford.
La posición de Ford fue compartida por el rector de la católica Universidad Santa María la Antigua Stanley Muschett, quien abogó por "no temerle al tema de la reelección. Si se quiere discutir que se discuta", precisó.
Pero varios miembros del PRD, que disienten de la gestión de Pérez Balladares, advirtieron que la reelección sería un error.
Alvaro Menéndez, fundador del PRD y antiguo colaborador del extinto general Omar Torrijos, indicó que el presidente "luce muy débil, desde el punto de vista político, para lograr la reelección" en mayo de 1999.
Añadió que el programa de ajustes económicos aplicado por Pérez Balladares "por presión de los organismos mundiales le han hecho bajar la popularidad" que ostentaba al inicio de su mandato.
Un 73,5 por ciento de las personas consultadas en la última encuesta de Ditcher y Neira, en agosto, se mostraron en desacuerdo con el programa ecónomico de Pérez Balladares, que incluyó reformas al código laboral, eliminación de aranceles de importación y privatización de empresas públicas.
El ex subsecretario general del PRD, Pedro Pereira, afirmó que esa organización no tiene futuro porque se ha transformado "en un partido electorero, de cuotas de poder, de rapiñas, de clanes y de bandas" desde que Pérez Balladares asumió la presidencia.
La diputada del partido en el poder Balbina Herrera respondió que "es el electorado el que tiene la decisión final".
A su juicio, la reelección que propondrá su partido cuando se discuta la reforma de la ley electoral en el parlamento procura conceder "un derecho que el pueblo tiene para mantener en el poder a los políticos que han gobernado bien".
Para el primer vicepresidente Tomás Altamirano Duque "no hay nada malo en que un presidente exitoso intente prolongar su mandato" por otros cinco años.
Pese a que el PRD y sus aliados cuentan con mayoría absoluta en el parlamento, la instauración de la reelección y de la segunda vuelta que plantea el PRD deberán ser sometidas a un referendo, según lo establece la actual constitución.
El analista político Juan Manuel Castulovich vaticinó que el intento "naufragaría en el referéndum al que debe ser sometido".
"Me cuesta encontrar lógica en los amagos (del PRD) en promover el acto reformatorio", consideró. (FIN/IPS/sh/dg/ip/96)