El traslado de Viena a Gaza de la agencia de la ONU encargada de la ayuda a los refugiados palestinos introdujo incertidumbre en cuanto a los servicios que ese organismo presta a a 3,2 millones de personas desplazadas por las guerras de Medio Oriente.
El cambio de sede se cumplió de acuerdo con una decisión tomada hace dos años por el secretario general de la ONU (Organización de Naciones Unidas), Boutros Boutros-Ghali, cuando israelíes y palestinos comenzaron el proceso de paz en curso.
Unos 80 funcionarios de la llamada Oficina de Socorros y Trabajos de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNWRA) se instalaron el 26 de agosto en el nuevo local de la agencia en la ciudad de Gaza.
El mandato de la UNWRA finalizará en 1999 y los palestinos ponen en duda la capacidad de su gobierno de absorber las tareas de esa agencia, que atiende a refugiados en Líbano, Jordania, Siria y en los campamentos que subsisten en Cisjordania y Gaza.
El traslado de la UNWRA se resolvió "para contribuir al proceso de paz y como prueba de confianza en su desarrollo. Se trata de estar en el área, cerca de los beneficiarios del servicio", explicó el portavoz de la agencia, Ron Wilkinson.
Creada en 1950, dos años después de que la primera guerra árabe- israelí obligara a cientos de miles de palestinos a concentrarse en improvisados campamentos en países vecinos, la UNWRA permaneció en Beirut hasta 1978.
La guerra civil de Líbano determinó su instalación en Viena donde, pese a la transferencia de personal y tareas a Gaza, la UNWRA mantendrá abierta su oficina, para atender el pago de salarios de los 23.000 empleados con que cuenta en varios países.
La nueva sede es responsable de asuntos legales e incluso financieros de la UNWRA, que tiene un presupuesto anual de 350 millones de dólares, pero Gaza no dispone de comunicación directa con Líbano y Siria.
La mayoría de los empleados de la UNWRA en Gaza son palestinos que no tienen el necesario permiso para atravesar Israel, y esas circunstancias obligan a limitar sus atribuciones.
Wilkinson dijo que la ONU se propone transferir a la Autoridad Nacional Palestina los servicios de salud y educación que presta la UNWRA en Gaza y Cisjordania.
"No es sensato mantener dos sistemas paralelos. Intentamos armonizar nuestros servicios con las escuelas de la Autoridad Palestina, de modo que el día en que cerremos nuestra oficina sólo sea necesario entregar las llaves", declaró.
Pero no hay fecha todavía para esa fusión de prestaciones, debido a los serios problemas financieros del gobierno palestino. "No podemos retirarnos en el corto plazo", admitió Wilkinson.
"Continuaremos prestando servicios mientras la agencia cuente con financiación", agregó.
Los servicios de la UNWRA a los 500.000 palestinos residentes en campamentos de refugiados en Gaza tuvieron en 1995 un costo de 87 millones de dólares. La Autoridad Palestina permanece en la insolvencia y se enfrenta este año a un déficit presupuestal de 127 millones de dólares.
Mientras, crece en Gaza la preocupación acerca del reclamado "derecho de retorno" de los refugiados a las áreas de las que fueron expulsados por las guerras de 1948 y 1967. Al menos dos millones de palestinos asistidos por la UNWRA viven fuera de Cisjordania y Gaza.
"El problema de los refugiados debe mantenerse vivo", advirtió Hosam Khader, miembro del consejo legislativo palestino y defensor del derecho de retorno.
Khader creció en un campamento de refugiados de Belata, en Cisjordania, luego de que su familia huyera de la ciudad de Jaffa, situada al sur de Tel Aviv.
Muchos refugiados "no pueden volver ahora" a su lugar de origen, "pero deben conservar el derecho a decidir", agregó.
El gobierno israelí se opone al derecho de retorno en cuanto supone el regreso de refugiados palestinos a sitios que ahora forman parte de Israel.
No obstante, el gobierno laborista derrotado en las elecciones de mayo estaba dispuesto a negociar el reasentamiento de refugiados en Cisjordania y Gaza. También aceptó discutir el retorno de unos 50.000 desplazados que perdieron su derecho de residencia.
Israel y los palestinos acordaron negociar la cuestión de los refugiados como capítulo de las conversaciones sobre el estatuto final de Gaza y Cisjordania, comenzadas poco antes de las elecciones de mayo, que dieron el triunfo al derechista Partido Likud.
Otros asuntos de estatuto final se refieren al futuro de Jerusalén, los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza y las fronteras definitivas.
Michael Stoltz, portavoz del primer ministro israelí Binyamin Netanyahu, puntualizó que la negociación del caso de los refugiados no tendrá lugar en varios meses.
Stoltz dijo que no hay planes en preparación para reanudar la discusión. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/ff/pr/96